• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 20 de Abril de 1998

Hijos Míos, hay una sola forma de orar para que Yo escuche esa oración, estar en paz con todos, tener abierto el corazón para todos, entonces de esa manera es posible que nos entendamos pero si ustedes rezan, oran pero en vuestro corazón hay soberbia, odio, rencores, resentimientos, dudas es igual que si no rezara, muchos dicen: por qué Jesús no me escucha, es que Yo para escuchar un pedido de alguien tengo que pensar y ver cómo es este hombre con su hermano, sino esto no funciona.


Mensaje del 20 de Abril de 1998

Habla Artemio:

Señor, uno supone que todo lo que hablamos vos lo inspiraste y a veces uno tiene que dar algún ejemplo así para ver en qué mundo uno se está moviendo y para incluir dentro de las oraciones a cosas así terrible porque uno pensando en esa niña, uno piensa: qué hacer para que ese ser humano pueda crecer feliz a pesar de que el padre que tiene, porque el padre es el padre ¿no?. Yo no sé Señor si está bien a veces dar ejemplos así tan terribles, no sería mejor guárdarselos uno porque de tan espantosas que son hasta parecen de mal gusto decirlo pero en todo caso que esto Señor nos mueva a una compasión muy grande con todos los seres humanos; es decir toda esa gente que sufre en algún lugar, lejos o cerca uno también sufre, cada ser humano que sufre compromete mi propia humanidad, mi propio ser humano, es decir yo no puedo estar ausente del sufrimiento de, por lejos o cerca que esté, de alguien que es mi hermano o es mi hermana porque el problema Señor se presenta así, hay que salvar a esa niña y a su vez también sabemos que Jesús muere en la cruz también por ese padre, entonces cómo encontrar Señor la medida, las palabras justas, todo lo que corresponde para poder ver como hermano a un monstruo como ese padre, sin embargo Jesús murió en la cruz también por él, nos guste o no Jesús también murió en la cruz por él aunque sea un monstruo.

Ahí está Señor el tremendo problema que a veces uno tiene, es fácil condolerse de esa niña pero no es nada fácil pensar que ese hombre también es mi hermano, pensarlo en este sentido, es decir, tratar de llegar algún día a tener una sociedad donde ya no viva ese tipo de personas, pero a su vez si uno lo condena a él, para eso está la justicia para condenarlo, si uno lo condena a él entonces ya no lo ve como hermano y uno sabe Jesús que vos has muerto en la cruz por mi también, ese es el dilema que siempre se nos presenta con las cosas así tan graves y tan terribles.

Cómo hacer Señor para tener compasión incluso de un monstruo porque si yo me pongo en la posición de, habría que destruirlo, habría que sacarle con la pinza las uñas, los párpados, pincharle los ojos, entonces yo estoy en una posición tal vez igual o peor que él, porque yo estoy pensando o razonando, creo que bien mientras él no, es el mismo planteo que uno se hace delante de un hombre que está preso en una cárcel, cómo se comporta uno delante de ese hombre, sabe que mató, violó, hizo cincuenta cosas y sin embargo Jesús murió en la cruz también por él, esa es la realidad. Y nosotros tenemos que entender que todos merecen salvarse, ahora pero no somos ingenuos tampoco, se sabe que quien hizo maldades tiene que pagarlas, ¿de qué forma?, el problema está en que quien hizo maldades tendrá que pagar pero yo no puedo hacerle pagar odiándolo sino de alguna forma de retirarlo de circulación para que no haga más daño a nadie pero sin odiarlo, no digo que tenemos que quererlo como si fuera un amigo, no, pero como un hermano sí, nos guste o no, nos guste o no.

Por eso Señor, todos los días tenemos que crecer en el amor sino no pasa nada y el amor consiste justamente, como dice la Sagrada Escritura en comprenderlo todo, soportarlo todo, perdonarlo todo como dije, porque el amor es suave, compasivo y no es soberbio sino que siempre es un acto de entrega al otro si no pensamos así estamos fuera de tus principios Señor, no hay vueltas de hoja, yo puedo hacer con este malvado lo que quiero en el sentido de cerrarlo para que no haga más mal a nadie pero al hacerlo no lo tengo que hacer con odio sino con compasión, con amor, no hay vuelta porque sino falto a tus principios Señor por un lado y por el otro, me pongo a la altura de la persona, no hay vuelta. Jesús mismo dice en el Evangelio: es fácil querer a los amigos y a los que se portan bien, eso también lo hacen los fariseos, el asunto es querer a los malditos, a los que realmente no merecen nada.

Señor Jesús, hacenos crecer en el amor, hacenos crecer en el discernimiento para odiar el error pero no la persona equivocada, que son cosas distintas, detestar las cosas terribles pero no la persona, hacenos crecer Señor en el amor para que podamos mirar a los ojos de todos sin avergonzarnos nunca, en el sentido en que debe haber en nosotros la prudencia, la paciencia, el entendimiento, el discernimiento para que incluso el más maldito y malvado no provoque en nosotros odios, ni resentimientos ni nada por el etilo, no es fácil Señor por eso te pedimos ayuda a vos.

Ven Señor Jesús, ven, auxílianos en todos estos temas tan difíciles, en temas tan difíciles como saber visitar un enfermo para que ese enfermo crezca y uno también crezca, enséñanos Señor cómo hacer para comprender todas las cosas terribles que pasan en el mundo, enséñanos Señor a ser mansos y humildes de corazón para que nunca nos haga nuestro corazón creernos superiores a los demás, como decir: yo soy bueno, el otro es el malo, eso no puede ser, por eso: hacenos mansos y humildes de corazón para poder comprender por dónde van las cosas.

Ahora, es difícil perdonar Señor, si uno ama a un niño y ve que otro le hace daño entonces es difícil perdonar al que le hace daño a un niño, es muy difícil pero es necesario, no por eso quiere decir que le tengo que aplaudir y felicitar sino ubicar. El perdón es muy difícil, incluso se sabe que uno no llega a perdonar totalmente las ofensas por mucho tiempo, por eso Señor uno debe decirte: quiero perdonar Señor pero no puedo todavía, es el caso de la señora de ayer con ese hombre, aunque ella decía: yo no le guardo rencor a él, y yo pensaba para mis adentros: habría que ver, habría que ver si se enfrentara con ese que le dio el revólver a su hija a ver que haría, bueno.

Señor, no es fácil vivir de acuerdo a cómo vos querés que vivamos, no es simple Señor, es muy difícil porque teóricamente es simple o sencillo decir bueno tengo que mirar a este hombre con compasión pero si ese hombre me robó la alegría de vivir, me robó los seres que yo quería mucho y quiero, si ese ser me robó todo aquello que era fundamental para mi vida cómo hago perdonarlo Señor, ahí está el problema y sin embargo debo perdonarlo porque yo no puedo rezar Señor si estoy odiando a mi hermano, ni se me ocurre entonar ningún cántico de alabanza si estoy odiando a mi hermano , no puedo ni siquiera empezar una oración si no me he reconciliado aunque sea un poco con alguien que me hizo mucho daño, no es fácil.

Por eso Señor nuestra vida es un largo aprendizaje, un largo aprendizaje donde muchas veces Señor el perdón o lo que sea es una expresión de deseos más que una realidad, una señora me decía: yo tendría dos hijos, uno de diecisiete y otro de dieciocho años pero por culpa de mi suegra y de la ex mujer de mi marido que se confabularon para que yo perdiera los dos embarazos, claro, de lejos es fácil pero ¿puede esa mujer perdonar tan simplemente?, por eso Señor, ahora tienen un niño adoptado, pero mis hijos tendrían diecisiete y dieciocho dice ella, ahora cómo pedirle a esa persona que perdone tan fácilmente a su suegra y a su ex, a la ex de su marido, por eso, en teoría Señor es simple pero en situaciones concretas no es nada fácil.

Por eso Señor nosotros debemos crecer en el amor, si vos perdonaste Señor a quienes te hicieron tanto daño, eras el Hijo de Dios y sin embargo te llenaron de salibazos, te patearon todo tu cuerpo, te llenaron de heridas y te colgaron de una cruz y tuviste como última expresión: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”. Si vos que sos el Hijo de Dios tuviste esa expresión entonces uno que es un simple gusanito también tendrá que fijarse más aún todavía en como es todo esto de la Economía del amor y cuando logramos perdonar las ofensas entonces es allí donde parecería que nos nacen alas, en el sentido que nos ponemos a la altura de los Ángeles, pero no es simple Señor, danos la fortaleza, la paciencia, el discernimiento, la capacidad de comprensión para poder ubicarnos en este mundo en el que es tan difícil vivir, tan difícil vivir porque parecería que todos están confabulados para herirte, para lastimarte, para hacerte sangrar, parecería que todos están confabulados para hacerte sufrir. Danos Señor toda la paciencia, la perseverancia, la tolerancia parta poder ubicarnos en este mundo tan difícil de vivir, tan difícil.

Ven Señor Jesús, ven, ven Señor, ven Señor, ven Señor Jesús y decinos alguna palabra sobre todo lo que hablamos, el sábado fue tremendo todo lo que hablamos y todo lo que vos nos dijiste, tu Madre, la Madre Teresa y parecería que esta noche vuelve a ser muy difícil el tema pero Señor nosotros queremos crecer, no queremos ser siempre niños en entendimiento, queremos crecer, por eso Señor ven Señor Jesús, ven, ven Señor, ven Señor, ven. Y ya está con nosotros Jesús, su Madre, la Madre Teresa están aquí delante de nosotros, en el medio, giran varias veces y los miran a todos. Habla Señor que tu siervo escucha.

Dice Jesús:

Todo lo dicho esta noche representa para ustedes un enorme crecimiento y ya sabemos que crecer significa ir cambiando, sacando las estructuras mentales que nosotros teníamos formadas de antes para volver a tener otras maneras de mirar a las cosas, los hombres y el mundo pero en todo esto hay una regla fundamental que siguiéndola uno no puede equivocarse: ama mucho y haz lo que quieras; es decir que el camino del amor es el que nos permite no equivocarnos nunca y suponiendo que hiciéramos alguna cosa que no fuera tan correcta por el solo hecho de haberla hecho con mucho amor no tienen ningún efecto negativo sobre los demás, entonces esa es la regla maestra para entenderlo todo, amar mucho y crecer todos los días en el amor, crecer todos los días y ejercitarse en el amor difícil porque querer a los amigos, querer a los que son simpáticos, querer a los que nos hacen beneficio es muy simple y sencillo, ahora querer a aquellos que nos están clavando un cuchillo en nuestro cuerpo, en nuestra alma entonces ya cambian las cosas, ahí se vuelve más difícil todo, pero entiéndanlo, a medida que van entrando en eso entendiéndolo están cada día más cerca de Mí.

Hijos Míos, hay una sola forma de orar para que Yo escuche esa oración, estar en paz con todos, tener abierto el corazón para todos, entonces de esa manera es posible que nos entendamos pero si ustedes rezan, oran pero en vuestro corazón hay soberbia, odio, rencores, resentimientos, dudas es igual que si no rezara, muchos dicen: por qué Jesús no me escucha, es que Yo para escuchar un pedido de alguien tengo que pensar y ver cómo es este hombre con su hermano, sino esto no funciona. Algunos dicen: yo oro y oro y el Señor no me escucha, es cierto, es cierto, pero dejá entrar en tu corazón a tus enemigos, a los malvados, a los monstruos, a todos dejalos entrar en tu corazón y después rezá y tanto el Padre, como Yo o el Espíritu Santo oirán esa oración, de otra forma no.

Habla Artemio:

Está como un poco triste Nuestra Señora esta noche.

Dice Nuestra Señora:

Los Mensajes que fui dando desde hace mucho tiempo son escuchados por muy pocos, para Mi no es ninguna novedad, el corazón de los hombres está cerrado a todo lo que sea el problema de la justicia, muchos leen los Mensajes, lo llevan a su corazón pero no tienen la valentía de asumir en su vida la realidad, es decir el cambio, no me refiero a ustedes, me refiero a aquellos que tienen en sus manos el poder, tanto en el orden económico, político y sobre todo eclesiástico.

Como vamos a pedirle a alguien que vivió siempre en medio de los privilegios, que los deje de lado y empiece a mirar al que tiene cerca suyo como hermano... (se dio vuelta la cinta)..., pero piensen que el mensaje de Jesús hace dos mil años que está oyéndose sobre la Tierra, pero los hombres siguen siendo sordos y aquellos que tienen los privilegios no quieren dejarlos. Por eso la presencia Mía de hoy parece acongojada porque después de hablar todo lo que hablaron vienen a Mi mente otras cosas, ustedes se refirieron a cosas concretas, a ejemplos concretos pero mirando las cosas a nivel universal ¿cómo creen que todo está organizado?, el sol sale solamente para algunos, que en todo caso no es ni el diez por ciento de la población del mundo, para el resto no sale el sol y allí está el drama de todos, mientras repito, aquellos que tienen el poder en sus manos no dejen que el sol llegue a todos, las cosas no cambian pero Yo soy optimista y pienso que cuando el Espíritu Santo empiece a invadir todo en la Tierra, los hombres ablandarán su corazón y empezarán a escuchar la palabra del Señor.

Dice la Madre Teresa:

Para entender todo de esta noche y entrar en el camino del amor verdadero no hay otra receta que negarse a sí mismo, es decir no pedir, pedir y pedir para uno, sino poner a los demás en primer lugar, después uno, eso no quiere decir que no debemos querernos nosotros, sí debemos querernos porque debemos estar fuertes, hábiles, lúcidos, pero cuidado, poniendo todas esas energías al servicio de los demás.

Yo creo que mi vida es un ejemplo claro de todo esto, clarísimo, ahora no les parece un poco extraño mis queridos hermanos que cuando yo he muerto, no hace tanto tiempo, todos los diarios y revistas comentaban sobre la Madre Teresa. Pero lentamente se fueron apagando los comentarios y los buenos ejemplos que podría o no haber dado yo, lentamente empezaron a ocupar la primera plana de los diarios y de las revistas las mismas pavadas de siempre. Es decir, el amor de la Madre Teresa no vende diarios ni revistas, pero los cuerpos elegantes de las vedette vende mucho más que la Madre Teresa.

Por eso, aquellos que tienen el poder prefieren poner en sus hojas cuerpos muy esbeltos y lindos ante que el rostro arrugado de mí, ¿quién puede comprar una revista para mirarme a mí?, y pensar que en el momento de mi muerte y mis funerales todo el mundo hablaba. Han visto tanta falsedad, porque si todo lo que dijeron hubiera sido verdad, hubiera tenido más vigencia mis noticias, pero todo se fue apagando y ya nadie habla de la Madre Teresa, así van las cosas acá.

Quiero darles a ustedes mi especial afecto y cariño porque sé todo lo que valen y sé cuánto hay en vuestro corazón de amor hacia mí.

Amén.

Habla Artemio:

Y ahora Jesús quiere bendecir a cada uno de ustedes, pídanle al Señor todo lo que ustedes necesiten me está diciendo, no solamente para ustedes sino para todo el mundo, ya ha venido y ha tocado el cajón de los mil nombres o más.

Ahora se dirige a R., y le hace la señal de la cruz.

Va de M., y le hace la señal de la cruz.

N., le separa el cabello y le hace la señal de la cruz.

O., pone la mano izquierda sobre la mano de él y le hace la señal de la cruz.

P., le hace la señal de la cruz.

C., le hace la señal de la cruz.

N., le pone la mano izquierda sobre el hombro y le hace la señal de la cruz.

Va hacia vos ahora, te separa un poco el flequillo, pone la mano izquierda sobre tu mano y te la hace la señal de cruz.

Ahora de M., se inclina, la mira y le hace la señal de la cruz.

S., le pone la mano sobre el hombro y le hace la señal de la cruz.

Sigue con vos, primero te pone la mano en la cabeza y después te hace la señal de la cruz.

Sigue ahora con vos L., te hace la señal de la cruz.

M., te mira un rato largo y después te hace la señal de la cruz.

Ahora viene hacia acá, me hace la señal de la cruz, pone la mano derecha sobre el hombro izquierdo.

Va hacia el centro, los miro a todos y empiezan a marcharse, la toca a la N. en la espalda, a vos J. te toca las rodillas y se va por el pasillo Jesús, la sigue la Virgen y detrás la Madre Teresa. ¿Sienten el perfume que hay en el aire?, no es un perfume conocido ¿eh?, es como si fuera un poco el aroma del campo en la noche.

Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu de amor. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu de amor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor.

 

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