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Mensaje del 10 de Sepriembre de 1998

Yo siempre he valorado las lágrimas porque no necesariamente son una consecuencia del sufrimiento, las lágrimas son una forma de manifestar físicamente el amor. No lo olviden nunca, toda lágrima derramada en Mi presencia será recompensada, toda lágrima que pueble vuestros ojos por Mi causa será siempre una bendición.


Mensaje del 10 de Septiembre de 1998

Habla Artemio:

Hoy es el segundo jueves del mes, 10 de Septiembre de 1998.

Señor no hace falta que te llame para que vengas Señor, ya durante la alabanza del tema que escuchamos Señor ya estabas aquí con nosotros y te arrodillaste tres veces delante de mi Señor, esa es la forma de indicarnos que en algún lugar del mundo o muy cerca nuestro alguien ha resucitado, es decir, alguien que ya estaba despedido por los médicos, por la ciencia vos Señor los hiciste volver a la vida como una consecuencia de la oración, gracias Señor porque tu generosidad Señor se muestra a cada instante, gracias Señor porque más allá de lo que nosotros pensemos, dudemos o creamos vos estás siempre presente para darnos aquello que necesitamos, gracias Señor porque tu generosidad no conoce límites Señor. Al final de este largo día Señor, hemos visto como tu gracia sobreabundó siempre Señor porque algunos creen que tu gracia puede sobreabundar en algunos lugares con el Templo, pero justamente Señor, tu gracia sobreabunda adonde vos querés que sobreabunde, sea el lugar que sea y también Señor te doy gracias porque a través de tantas cosas que pasaron estos días y hoy vos nos estás queriendo decir cuánto nos amás Señor, cuánto nos amás Señor.

Gracias Señor porque nosotros no merecemos ni por casualidad tanto amor gratuito Señor, gracias Señor porque tu Misericordia se derrama sobre todas las cosas y del desierto más estéril nacen las flores más hermosas, de un momento para otro si esa es tu voluntad. Gracias Señor porque nos tomó la tarde y la noche con el corazón rebosante de satisfacción porque hemos comprobado una vez más cuánto es el poder de tu gracia Señor, es cuestión Señor de estar disponible nada más, eso pedís de nosotros Señor, el resto lo ponés vos, uno te presta las manos, el corazón, la mente, las piernas y vos lo usás como vos querés. Señor, las gracias que uno te da no es nada en comparación de lo que tendríamos que darte Señor, solamente en este momento al aspirar el mismo aire que vos respirás y que respira tu Madre y la Madre Teresa ya sería para desgranarnos en gracias Señor por ese privilegio tan grande de respirar el mismo aire que ustedes respiran.

Sientan en vuestra boca, no hay ninguno de los presentes que al mover su lengua y saborear no siente gusto a sangre, prueben, eso nos está indicando Señor hasta que punto tu sangre es la que siempre nos está redimiendo, inagotable, infinita, extraordinaria, llena de todos y solamente con respirar hondo, tu respiración nos has dado el gusto de tu sangre en vuestra boca. Gracias Señor porque realmente al mirarte a lo largo del día uno ve que está llenando todo de prodigios Señor, ni por casualidad somos merecedores de todo eso Señor pero lo reconocemos y lo aceptamos porque sino tendríamos orgullo Señor y aunque seamos pequeños gusanitos pero en todo caso gusanitos creados por vos y en consecuencia si somos hechos por vos estamos disfrutando todo lo que vos querés que disfrutemos. Otra vez Señor gracias por todo, me acuerdo Señor cuando Gabriela Mistral decía: fatigaré tu oído de rezos y sollozos, lamiendo como un lebrel tímido los bordes de tu manto, no pueden esquivarme tus ojos amorosos ni tampoco esquivar el riego caliente de mi llanto.

Gracias Señor, gracias porque puedo y podemos amarte y gracias porque nos amás Señor y entonces ya podemos entender Señor lo que leímos antes de tu Madre o lo que leímos después, solamente cuando dejamos entrar en nuestro corazón la llama ardiente de tu amor Señor entonces todo lo entendemos, todo lo comprendemos aunque guardemos silencio Señor y aquí estamos Señor hablándote en este día y todos los días a que alcance nuestras vidas porque no tenemos otra cosa más grande y más hermosa que hacer.

Dice Jesús:

Dichosos todos aquellos que creen que nunca los defraudaré porque todos ellos poseerán la Tierra, dichosos aquellos que pueden derramar una lágrima porque esa lágrima caerá sobre Mi Corazón y tendrá una respuesta.

Yo siempre he valorado las lágrimas porque no necesariamente son una consecuencia del sufrimiento, las lágrimas son una forma de manifestar físicamente el amor. No lo olviden nunca, toda lágrima derramada en Mi presencia será recompensada, toda lágrima que pueble vuestros ojos por Mi causa será siempre una bendición. Todo esto que estuvo pasando estos días les ha permitido crecer una enormidad y las cosas que se avecinan para otras personas también les harán crecer y en todos los casos sepan que me tienen siempre a Mí a vuestro lado, siempre con las manos dispuestas a tomar la de ustedes para conducirlos adonde sea mejor. ¿Pueden tener alguna duda o inseguridad cuando el Hijo de Dios, Dios mismo les toma de la mano para transitar por la vida?, ¿qué inseguridad pueden tener?, ¿qué duda pueden tener?.

Todo eso grítenlo a los cuatro vientos para que los hombres entiendan de una vez por todas que solo el amor es el medio para transformarlo todo, las bestias más feroces y los pájaros más tímidos comerán el mismo alimento en paz y con alegría. Mis queridos, todo es una forma de manifestar cuánto los amo, aquellos que un día pensaron hace años que esto era algo trivial y sin sentido hoy pueden comprobar hasta qué punto es posible hacer florecer una piedra, hasta que punto el desierto más estéril puede fructificar y hasta qué punto aquél que parezca más maldito se arrodilla aunque sea en su mente para pedir de alguna forma perdón, aunque no lo haga expresamente pero lo va a entender.

Las pruebas de fuego sirven para muchas cosas, para alejarse de Mí o amarme mucho más, bienaventurados aquellos que con las pruebas de fuego me aman mucho más, grítenselo a los hombres de las cuatro latitudes, de los cuatro puntos cardinales y díganle vuestras experiencias.

Dice Nuestra Madre, la Virgen:

He escuchado con atención lo que leías escrito por ese Hijo de la Luz que es Mamerto Menapace, ahora si les interesa puedo darle algún dato más sobre ese tiempo, si es cierto y que lo es que el Señor los amó desde el comienzo de todos los tiempos y le sigue amando, Yo también desde el momento en que el Verbo se hizo carne en Mi Corazón ya empecé a amarlos para siempre.

Si para algo les sirve les digo: ¿quieren tener en ustedes, sobre ustedes y para siempre en ustedes algo más hermoso que el amor de una Madre y en este caso la Madre de Dios?, considérense privilegiados y podrían entonar el Magnificat para agradecerle al Señor tanta generosidad con ustedes: “Mi alma engrandece al Señor y se alegra Mi Espíritu en Dios Mi Salvador, porque fijó sus ojos en la pequeñez de su esclava, en adelante todas las generaciones me llamarán Bienaventurada”.

Todo esto es muy normal dentro de la Economía Divina porque tanto el Padre, como el Hijo, como el Espíritu Santo no conocen otro idioma que el del amor, entonces seguramente no los tomará de sorpresa todas las cosas que estamos diciendo, pero sería importante Mis queridos que ahondaran mucho, tanto en el amor de Mi Hijo como en el Mío, ya he dicho otras veces como lo dijo Mi Hijo que se entiende muy poco o nada el alcance de lo que es la Misericordia, la Misericordia es un fruto del amor.

Tengan presente siempre estas palabras, no sea cosa que les pase como aquellos que están en medio de un río y se mueren de sed, es cuestión de echar mano de la disponibilidad, abrir vuestro corazón y darle cabida en forma total y definitiva a Mi Hijo y a Mí, el resto se dará por añadidura, todo el resto se dará por añadidura, lo que importa es que tengan los Sagradísimos Corazones de Mi Hijo y Mío dentro del nuestro, todo lo demás, en todos los órdenes de la vida se dará por añadidura.

Dice la Madre Teresa:

Yo desde siempre pensé que entendía algo de la Misericordia del Señor pero al cerrar mis ojos y al contemplar la Luz de la Bienaventuranza Eterna entonces me di cuenta que no sabía nada, ¿por qué les digo esto?, porque la Misericordia del Señor es tan grande, tan tremendamente grande, tan inmensamente grande que si ustedes tomaran conciencia nada más de una milésima parte ya tendrían el alimento suficiente para resolver todos los problemas de vuestra vida, todos.

Por eso Mis queridos, el razonamiento no viene en vuestro auxilio, solamente vuestro corazón, pídanle al Espíritu Santo que les enseñe todo el alcance de la Misericordia, porque entonces, entonces sí que descubrirán todo un tesoro pero tan grande y una vez descubierto grítenlo hacia los cuatro puntos cardinales, así como si anduvieran como locos perdidos en medio del campo creyendo que nadie los oye y que están hablando solos a los pájaros y las plantas, grítenlo fuerte, bien fuerte para todos. Ustedes a lo mejor piensan que no les escucharán pero tengan la seguridad que hasta la tierra más estéril quedará fecundada por vuestras palabras. No teman mis queridos de hablar del amor, en todos lados y demuéstrenlo, vívanlo, si les llevan la atención o no es un problema aparte, háganlo convencidos porque ya al pasar por ustedes todo eso les dejará tanta ternura que vuestra vida se convertirá en un panal de abejas.

Ya lo dijimos una vez habiendo tanto por qué sollozar y morir en la congoja, por qué, por qué, por qué y que no les importe a ustedes el tono de vuestra voz y cómo puede caerles pesado o liviano aquellos que quieren tener la exclusividad del amor del Señor, nadie tiene la exclusividad de nada, en consecuencia, háganlo, háganlo y si alguno piensa que en su corazón tiene la exclusividad del Señor hablando de esta manera que sea bienaventurado.

Habla Artemio:

Ahora el Señor le va a permitir a Gabriela Mistral que diga algunas palabras, no importa que esto no sea incluido en los Mensajes, esto es obra de la Providencia, de la generosidad del Señor por alguien que vivió amando, Gabriela Mistral que está aquí con nosotros, con su rostro aindiado, sus pelos mal arreglados, sus zapatones gordos y esa tristeza inmensa por haber sufrido tanto, pero ella sonríe como siempre y dice:

Habla Gabriela Mistral:

Quiero agradecerte mi querido que te acuerdes con tanta frecuencia de mí, con tanta frecuencia y a través del tiempo, quiero expresarte que todo ese recuerdo constante que tenés de mí yo lo he usado para interceder delante del Señor por todo aquello que amás y además seguí tus pasos a lo largo de los años, viví con claridad meridiana cuánto hiciste por los niños y los jóvenes, no importa si te entendieron o no, qué puede importarles, la cuestión es haberlo hecho.

Y te digo algo más, a veces leo tu oración del maestro y leo la mía y te digo que no sé con cuál quedarme, no es para halagarte ni para quedar bien con vos, es cierto lo que te digo, es cierto y siempre estuve tan cerca de vos que ni remotamente puede imaginarse, es que siempre nos acercamos lo más posible a aquellos que nos aman.

No tengo más que decirles, que decirte y agradecerte desde lo más profundo de mi corazón el que me hayas recordado siempre desde pequeña.

Amén.

 

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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