Si ustedes tuvieran noción de toda la gracia repartida por el Padre, darían gritos de júbilo porque es cierto que todo viene del Padre, de Mí y del Espíritu Santo pero Yo necesito de ustedes para hacer todas las cosas.

Mensaje del 02 de Mayo de 1998

Habla Artemio:

Hoy es 02 de Mayo.

Estoy en Catamarca, en la casa de R. Y L., y delante de mi está Jesús apoyado en la silla, del lado de R., está Nuestra Señora y de este lado la Madre Teresa y ahí atrás hay una montonera de personas, hay Santos, hay mucha gente que no conozco, hay Ángeles que se han puesto sobre el aparador, hay Ángeles más grandes. Habla Señor que tu siervo escucha.

Dice Jesús:

Bienaventurados todos los de esta casa por su generosidad, su apertura y su amor, porque por buena voluntad que vos hubieses tenido necesitaste de un lugar y de que alguien te trajera, por eso Yo los llamo bienaventurados e Hijos de la Luz.

Además, piensen que hasta el rincón más escondido de la casa está Santificado porque se ha invocado tanto esta semana Mi presencia, la de Mi Madre, el Espíritu Santo y el Padre que ya esta casa no está hecha de ladrillos, está hecha de Espíritu apilado.

La Epístola de Pablo a los Romanos 1 es la respuesta que Yo doy a toda esta semana, justamente si la doy es porque todo esto sobreabundó y ustedes ni remotamente llegan a medir lo que pasa en el corazón de tantas personas porque algunos vinieron, otros se anotaron, pero con esto sucede como con el sol, no tiene límites para llegar ni adonde llegar, la gracia se expandió hacia todos lados e incluso a aquellos que ni remotamente llegan o llegarán a saberlo han recibido la gracia y muchos que ni siquiera saben nada de todo esto se han sanado espontáneamente, cada uno se adjudicará los méritos, el médico, los enfermeros, la familia, pero hay una cuestión fundamental, la gracia se ha expandido sobre esta ciudad porque a Mí me pareció bien que así fuese. Si ustedes creen que todo se consumó en un ámbito o a pocos kilómetros de acá están equivocados, Mi gracia se derramó en grandes cantidades sobre montones de personas que ni siquiera saben de la existencia de ustedes, así funciona la Economía Divina.

Si ustedes tuvieran noción de toda la gracia repartida por el Padre, darían gritos de júbilo porque es cierto que todo viene del Padre, de Mí y del Espíritu Santo pero Yo necesito de ustedes para hacer todas las cosas.

Dentro de este contexto, los pequeños problemas o grandes problemas que pueden existir se reducen simplemente a muy poca cosa porque Mi presencia en este lugar les está asegurando todo y cuando Yo digo todo es todo.

Repito, bienaventurados hijos queridos por extender Mi Reino, que es el Reino del amor, de la paz, de la prosperidad.

Dice la Virgen María:

No quiero que nadie se asuste por esto pero Yo vengo muy seguido, casi diariamente a visitarlos porque aquí, porque aquí hay mucho amor y delante de Mí, de Mi Hijo y de todos estos seres que nos acompañan están todos aquellos que fueron convocados al comienzo, hombres de todas las latitudes, nacionalidades, razas y Credos, que por obra y Misericordia de Mi Hijo reciben en este momento toda clase de bendiciones, es decir, en este momento el hilo de la salvación de la humanidad pasa por esta casa. Ese debe ser un motivo para vivir en paz, con tranquilidad y es una forma de felicidad.

Yo los amo con todo Mi Corazón, los tengo siempre presente, las llamaradas que salen de Mi Corazón les está abrazando continuamente, además, en este momento el aire que entra en vuestros pulmones es el mismo aire que respiran Mi Hijo, Yo, la Madre Teresa y todas estas personas de la Corte Celestial y eso significa Santificación para todos, Santificación en este largo camino que transita el hombre sobre la Tierra en este valle de lágrimas, que tal vez sea una forma de decir porque cuando se está en la presencia del Señor hasta las lágrimas tienen un valor diferente y hasta se derraman con cariño.

Los aprieto a todos contra Mi Corazón, ese Corazón del que está participando Artemio porque allí está latiendo también Mi Corazón Inmaculado, la llama de Mi Corazón les está envolviendo, no solamente a ustedes sino al resto de la humanidad, bienaventurados, alégrense.

Dice la Madre Teresa:

Cuando yo veo todas estas cosas, cuando yo veo como la Misericordia del Señor se derrama sobre toda la humanidad porque ustedes convocaron a esa humanidad doliente entonces es como si empezara a confiar más en los hombres, no es que no confíe en ellos pero todos sabemos que en el hombre hay mala levadura, entonces al ver todo esto yo digo: Gloria al Señor que hace maravillas, Gloria al Señor que hace maravillas.

Estén todos en paz, tengan en cuenta que intercedo siempre delante del Señor por ustedes y por todos aquellos que ustedes convocaron esta noche. Es decir, esta casa esta noche tiene una dimensión universal, Gloria a Dios.

Amén.