Es cierto lo que se anunció al comienzo, que esta era una noche muy especial, porque la gracia del Padre ha sido derramada sobre esta casa, sobre todos los presentes, sobre todas las familias de los presentes, sobre todos los que integran este conjunto de personas y sus familias, en consecuencia piensen que si el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo está sobre ustedes ¿qué más pueden pedir?, déjense penetrar como lo hicieron antes de estas palabras, de todo este ambiente que hay acá, porque ustedes están respirando el mismo aire que respiro Yo y respiran todos los que están aquí presentes y así como un perfume les invade totalmente así también la gracia de tantos les invade hasta los últimos confines de vuestro cuerpo y de vuestra alma y de vuestro espíritu.

Mensaje del 30 de Diciembre de 1998

Habla Artemio:

Desde que acomodé la silla Jesús está acá con nosotros y está toda la Corte Celestial, Ángeles de todas clases, Querubines, Arcángeles, Santos y otras personas que no conozco, algunos que nunca vi, está mi papá y mi mamá también.

Señor Jesús no es fácil estar en tu presencia y no perder el conocimiento o bien no saber qué decir, no es fácil Señor, pero lo que se pidió Señor, la sanación de todos los presentes, los ausentes, los cercanos, los lejanos y todo el mundo, creemos firmemente que tu Misericordia se ha derramado sobre todos Señor, sin excepción, porque es grande y es gratuita, no hacen falta méritos. Señor nos has tocado con tus manos, nos has mirado a los ojos, nos has llamado por vuestro nombre, nosotros no somos merecedores de tanto Señor pero no hacemos más que seguir lo que el Espíritu Santo nos indica y es lo que tu presencia nos inspira Señor, pero todos de una u otra forma Señor sintieron, vieron y sintieron tu presencia, de aquí en más Señor qué podemos pedir, no sentimos orgullo por eso sino que estamos orgullosos de vos que nos hayas hecho esa reverencia de mirarnos a los ojos, de llamarnos por nuestro nombre y de tocarnos Señor, en adelante ya todo será distinto, ya nada hay que temer, porque si vos Señor estás con nosotros, como siempre decimos ¿quién contra nosotros?.

Habla Señor que te escuchamos... (se interrumpe la grabación)..., nosotros Señor estamos siempre predispuestos a pensar que estas pequeñas cosas te molestan, pero vos sonríes y no dices nada, habla Señor.

Dice Jesús:

Es cierto lo que se anunció al comienzo, que esta era una noche muy especial, porque la gracia del Padre ha sido derramada sobre esta casa, sobre todos los presentes, sobre todas las familias de los presentes, sobre todos los que integran este conjunto de personas y sus familias, en consecuencia piensen que si el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo está sobre ustedes ¿qué más pueden pedir?, déjense penetrar como lo hicieron antes de estas palabras, de todo este ambiente que hay acá, porque ustedes están respirando el mismo aire que respiro Yo y respiran todos los que están aquí presentes y así como un perfume les invade totalmente así también la gracia de tantos les invade hasta los últimos confines de vuestro cuerpo y de vuestra alma y de vuestro espíritu.

Por ser este día 30 de Diciembre, quiero bendecirlos muy especialmente a ustedes, a todos los del grupo de oración que son considerados todos Hijos de la Luz y a todos los familiares como dije, la bendición muy especial sobre ustedes y siete generaciones más, que en Mi vocabulario significa siempre. Ustedes están dentro del proyecto del Señor, dentro del plan del Señor, en consecuencia tendrán que sufrir las cosas naturales que ocurren en la Tierra pero siempre estarán y tendrán la protección de la Divina Providencia que emerge de la Santísima Trinidad.

En este momento sientan como está entrando en vuestro cuerpo físicamente todas las gracias del Señor, todo el que quiere puede sentirlo, es como un pequeño hormigueo, un pequeño temblorcito esa es la gracia del Señor que está entrando en ustedes y les Santifica y cuando vayan a vuestros hogares, toquen todo lo que puedan, porque todo lo habrán Santificado.

Otro año más termina para ustedes porque para Mi no hay pasado ni futuro, todo es un continuo presente, ahora piensen que inician otro año habiéndolos el Señor bendecido muy especialmente y derramado su Misericordia sobre ustedes y sobre todos aquellos que ustedes aman.

Dice Nuestra Señora:

Todo el día y desde hace muchos días venís pensando que ocurrirá hoy, porque Yo te dije que ponía en lugar de tu Corazón el Mío, cuando vos preguntaste: ¿por una semana Señora?, Yo te dije hasta el 30 de Diciembre y ahora estás temblando pensando qué es lo que va a ocurrir de aquí en más.

Te digo delante de todos estos hijos dilectos, que Mi Corazón permanecerá para siempre en lugar del tuyo... (se dio vuelta la cinta)..., tenías temor en levantarte como quien ha sufrido una operación, si antes lo hacías ahora puedes hacerlo mucho más, no hace falta que levantes la mano para bendecir un nombre escrito o una fotografía, apoyalo en tu corazón que es el Mío y todo estará resuelto.

No preguntes por qué, en primer lugar porque lo he dicho muchas veces y en segundo no lo entenderías, como tal vez nadie de los presentes lo entienda, lo creen por fe, pero no lo entienden y me parece lógico que no se entienda.

Habla Artemio:

La Madre Teresa, San Martín de Porres y San Artemio, se arrodillan y empiezan a hablar en lenguas… (hablan en lenguas)... .

Los tres me piden que traduzca lo que han dicho: qué Mensajes podemos dar nosotros ante lo que acabamos de ver, absolutamente ninguno, solamente ponernos de rodillas como hicimos y decirte lo mismo que dijo la Madre Teresa el 1º de Enero de este año: nos ponemos de rodillas para adorar en tu corazón al Corazón de la Madre de Dios.

Todos los presentes se regocijan por esto, todos los que aquí han venido a acompañarnos en esta noche tan especial, celebran alborozados mientras ven que la Madre sonríe y Jesús levanta sus ojos al Padre. Vos seguís viviendo como lo hiciste hasta ahora, como si todo fuera igual, exactamente todo igual, porque más allá de esto que acaba de ocurrir, no creas que hay un privilegio especial, sino la ratificación una vez más de una cruz tremendamente pesada y tremendamente difícil de llevar.

Es cierto que nosotros adoramos el Corazón de la Madre de Dios, (siguen diciendo), pero no por eso dejamos de reconocer que aunque siendo un privilegio, es una carga tan pesada que ninguno debería envidiarte.

Amén.