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Mensaje del 26 de Diciembre de 1998

El niño en el pesebre vino a traer la justicia, la paz, el amor, todo lo que quieras pero hay algo rarísimo, la justicia, ¿qué es la justicia?, es darle a cada uno lo que le corresponde. Mensaje del 26 de Diciembre de 1998

Habla Artemio:


Ven Señor Jesús, ven, ven Señor, ven Señor Jesús. Todo lo que hemos hecho
Señor es alabarte y reverenciarte Señor porque te amamos mucho, te queremos mucho, ven Señor Jesús.

Jesús viene hacia acá y se sienta en la silla aquí al lado mío, están todos los demás, la Corte Celestial, Ángeles, Arcángeles, Querubines, por supuesto María y todos. Delante del Señor pidamos en silencio todo lo que necesitemos.

Señor nosotros te pedimos muchas cosas pero seguramente necesitamos muchas más por eso todo lo que veas vos que nosotros necesitamos tenelo en cuenta y danos Señor porque a veces uno pide algo y no sabe que hay cosas que está necesitando más que esas.

Dice Jesús:


Celebro con alegría que tantos en el mundo hayan festejado Mi nacimiento, no puedo pedir que todo sea tan santo y tan espiritual, pero Yo estoy convencido que aquél que enciende una luz, se esmera en preparar una comida, aquél que desea Feliz Navidad aunque no sepa de qué se trata de alguna forma lo vive a su manera el nacimiento, Mi nacimiento.

Piensen que si observamos a lo largo de la historia todas las formas en festejar Mi nacimiento hay para todos los gustos y hay montones de formas diferentes, según cada cultura, según la forma de ser de cada uno, nunca se olviden que el Señor mira las cosas con ojos distintos que los que la miran ustedes, por lo tanto a lo mejor algo que ustedes no dan valor, para Mí lo tiene y mucho y tal vez otras cosas que ustedes le otorgan un gran valor para Mí no lo tiene. Por eso tienen que hacer según vuestra conciencia y si ustedes creen que hacen bien, bien está.

Sepan que si miramos el mundo a lo largo y a lo ancho pocos han podido regocijarse con Mi nacimiento. Mis queridos, el hombre sufre mucho, sufren los niños, sufren los adultos, sufren los viejos, hay mucho sufrimiento Mis queridos, ahora hay que enseñarle a las personas que ofrezcan su sufrimiento por algo, hay que enseñarle a que el sufrimiento sea una cosa positiva, de esa manera las cosas serán distintas pero cuidado, una cosa es ofrecer el sufrimiento que no se puede evitar y otra cosa es sufrir por causa de los otros.

Tiemblen hermanos, tiemblen por aquellos que hacen sufrir a los otros, llámense gobernantes, llámense como quieran llamarse, pero tiemblen hermanos por todos aquellos que hacen sufrir a los otros, aparte está lo de ofrecer el sufrimiento pero no el sufrimiento como algo sistemático, creo que me entienden muy bien. El sufrimiento al cual me refiero puede ser desde una simple palabra dicha para herir o aquellos que privan a los demás hasta de lo fundamental para vivir, de un extremo al otro se abarcan miles y miles de formas de sufrimiento y esa es Mi preocupación Mis queridos, que se le saque el valor al sufrimiento ofreciéndolo está muy bien, pero que se tenga que sufrir porque no hay más remedio eso no me gusta, me repugna y ustedes saben muy bien que aunque estén festejando la Navidad Mis heridas siguen perdiendo sangre para pagar las deudas de todos aquellos que viven a contramano.

Dice la Virgen María:

En estos días todos ven que estoy muy entretenida y ocupada en atender al niño, como festejo está muy bien pero lo que acaba de decir Mi Hijo, esas palabras también las hago Mías.

Y a ustedes les digo: si quieren que Yo no los niegue delante del Señor empéñense a lo largo de la vida de quitar, al menos en lo que puedan, las injusticias que existen en el mundo, cada uno en su lugar y aunque les parezca que hizo poquito cada uno debe responder: en donde vive, con quién vive, en lo que hace, con quien lo hace; es decir dar un testimonio en el lugar que les ha tocado.

Quien no se preocupa de luchar contra las injusticias, pequeñas o grandes, tengan cuidado, porque Yo los negaré delante del Padre. Nadie está libre de lo que acabo de decir ni aquellos que piensan que tienen un gran grado de Santidad, nadie está libre. Por otra parte, aquellos que creen que tienen un gran grado de Santidad es lo que menos tienen Santidad.

Dice la Madre Teresa:

Yo me he movido siempre en medio de las injusticias pero ¿saben lo bueno que he conseguido de todo eso?, que nunca me acostumbré a aceptarlas a pesar de haber vivido siempre entre ellas, nunca las acepté, entiéndanlo, no es que vivir en medio de las injusticias uno se va endureciendo y termina por resbalarle muchas cosas, puede que ocurra, pero en mí no ocurrió y le doy gracias al Señor de que siempre permanecí fiel a los principios que Él me enseñó.

Dice San Martín de Porres:

Cuando lean muchas cosas de mi vida, cuando se enteren de muchas cosas en mi biografía no sean tan duros con aquellos que fueron muy injustos conmigo porque para ver algo hay que ubicarlo en la época en que se vivió, es así como ustedes tal vez lo que hacen ahora dentro de cien años puede ser mirada de otra manera, no mal pero el mundo se va perfeccionando, es decir los hombres.

Entonces no tengan tan en cuenta todas las injusticias que yo pasé, pero puedo asegurarles que han sido muchas, tantas, tantas..., ¿y a qué se debían esas injusticias?, no se podía aceptar que yo era un niño y un hombre bastardo, como si el no tener un padre visible ya era suficiente como para verme de lo peor y por otro lado, por mi piel negra. Y no crean que eso de la piel negra se terminó ¿eh?, una gran parte de la población del mundo mira a los negros con cierta aprensión, ya sé que de muchos es la culpa pero no es momento de endilgar culpas ahora, pero piensen todas las que pasé, yo cité nada más que dos cosas, mi nacimiento y mi color pero habría muchas más.

Digo todo esto mis queridos porque no se puede entonar: noche de paz, noche de amor, ¿es realmente noche de paz, noche de amor?, eso es sinónimo de justicia, ¿y adonde están las formas justas en el mundo?, tengo que hacer un esfuerzo para verlas porque no se olviden mis queridos, que algunos muy grande y otros en forma muy pequeña pero todos de alguna manera son injustos, a ponerse a revisar.

Dice San Artemio:

Al principio de mis apariciones todo el mundo, entre ustedes, me tenían con pedidos diarios y fueron pasando los días y como si se hubieran olvidado de mí pero yo estoy siempre disponible para lo que ustedes quieran, para ser intercesor de lo que ustedes quieran, pero mis queridos, me parece que en ustedes falta más oración, más oración, tal vez no en cantidad sino en calidad, porque no es cuestión de rezar tanto sino de hacerlo sinceramente con un corazón limpio de enconos, broncas, resentimientos, aunque no sea total pero recen siempre, pero acuérdense que las oraciones que son escuchadas son solamente aquellas que parten de un corazón entregado y arrepentido de todo lo que significa bronca, resentimiento, odio, soberbia, todo.

Por ahí los Ministros de la palabra y otros más quieren acentuar demasiado el problema de la impureza, los problemas del sexo, etc., no digo que eso no esté bien pero Yo les puedo asegurar: el principal problema que preocupa a Nuestro Señor, a su Madre y a todo el Cielo es el problema de la injusticia, es el problema de la injusticia, no den un paso que no sea justo, no digan una palabra si no piensan primero si es justa, con todos los errores que puedan tener pero que haya en ustedes siempre la tendencia constante a que hagan lo que hagan sea justo, si no pueden pensar mucho respecto a si están realmente en un buen camino respecto a esto pidan luces al Espíritu Santo diciéndole: Señor, muéstrame el camino justo en cada cosa que hago, que digo o que pienso.

Ocurrió que ustedes han vivido siempre en un continente en que prevalecieron las injusticias, no quiere decir que en los otros continentes no pero ahora estamos hablando de este, que como se les hizo carne de tal forma el vivir en un clima de injusticia que lo toman como algo natural y como si estuviera muy bien.
No se olviden que hasta uno puede ser injusto hasta con una planta que no se la trata con amor, con la tierra se la pisa en forma dañina, con todos los animales y bichos que haya sobre la Tierra.

Es cierto lo que dice San Pablo que todo lo que está sobre la Tierra les pertenece pero despacio, despacio, no por eso uno puede hacer lo que quiere con la naturaleza o con todo lo que habita la naturaleza, no, si una hormiga come tu rosal pues bien échale un insecticida pero al hacerlo apiádate de esa hormiga que muere.

Si esto vale para un simple insecto cuánto habría que decir sobre las personas, tampoco se amarguen pensando que viven dentro de la injusticia pero que no pase un día de vuestra vida sin que algo se ordene respecto a eso porque cuando uno empieza a pensar bien respecto a lo que a cada uno le corresponde entonces ya se tiene más de la mitad del todo.

El niño en el pesebre vino a traer la justicia, la paz, el amor, todo lo que quieras pero hay algo rarísimo, la justicia, ¿qué es la justicia?, es darle a cada uno lo que le corresponde, pues bien, ante cada cosa, ante cada ser humano qué le corresponde de acuerdo a su dignidad de persona, de acuerdo a todo lo que se pueda pensar sobre los otros, no cierren el balance de cada día sin reparar... (se dio vuelta la cinta).. ., que haya esa actitud en vuestro corazón.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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