Mensaje del 04 de Abril de 1998

Habla Artemio:

Hoy es sábado 11, no qué te digo, 04 de Abril, vísperas de el Domingo de Ramos.

Señor yo espero tu palabra, estás con una túnica como nunca había visto, muy holgada, muy linda, muy limpia, estás todo como para ir de fiesta, claro, es el Domingo de Ramos cuando vos entrás a Jerusalén y todos te aclaman pero tu rostro sigue triste porque todo aquello es la antesala de la muerte, todo eso es la antesala de la muerte, ellos te ponen palmas Señor como nosotros lo haremos y después te mataremos el viernes Señor, porque cada vez que hago algo indebido Señor, yo, como dije antes, contribuyo a dar un martillazo en tus clavos Señor. Y allí estás de pie enorme, más alto que de costumbre, tu Madre, la Madre Teresa, pero hay otras personas, está todo lleno, se ha llenado todo Señor y hay Ángeles que revolotean, revolotean de una forma que hasta parecería que hacen ruido sus alas Señor pero no es así sino directamente se trasladan de un lugar a otro sin necesidad de aletear Señor.

Por eso, hablá Señor, hablá.

Dice Jesús:

Quien conduce bien y quien conduce mal es una cosa que me quedó pegada de todo lo que hablaste, si esperáramos captar solamente aquellos..., si esperaran cantar solamente aquellos que tienen buena voz que pocos cantarían, casi ninguno; si esperaran a conducir aquellos que se les dio el mandato de conducir o de pastorear una comunidad, si esperáramos que ellos lo hicieran que poco pastorearían y que poco conducirían.

Entonces, a no hacerse más esa pregunta, Yo no hago las cosas porque sí, no, quien quiera ver mal habría que decirle que Yo escribo muy bien en renglones torcidos, pero en este caso no hay ningún renglón torcido, solamente alguien que está disponible para que con su ser Yo haga lo que a Mi me parece que está bien, pensar otra cosa sería un acto realmente ofensivo para Mi Misericordia.

Es cierto que Yo le dije a los Sacerdotes: “lo que aten en la Tierra Yo lo ataré en el Cielo y lo que desaten en la Tierra Yo lo desataré en el Cielo”, es decir lo que ustedes perdonan Yo perdono, pero qué pasa si me encuentro con alguien que no comprende, no tolera, no acepta, que está enfermo por su vejez o por lo que sea, entonces puedo yo pensar que toda una comunidad tiene que pagar por ese ser que no les quiere perdonar los pecados porque a él todavía no le llego la suficiente apertura o no entendió exactamente Mis palabras, arreglados estaríamos, muy arreglados estaríamos.

Ya lo dije en otras oportunidades y lo vuelvo a decir porque pienso que en cada momento Mis palabras, aunque digan lo mismo, se dan en otro contexto y tienen otra significación, pidan con toda vuestra fuerza que el Espíritu Santo les ilumine, les guíe, les conduzca y préstense, sean sumisos al Espíritu Santo para que Él pueda hablar en ustedes que es Mi voz también. Entonces, nadie tiene derecho a decirles nada, porque si el Espíritu Santo habló Yo hablé y el Padre habló, en consecuencia eso está bien aunque hubiese una multitud que diga lo contrario.

Cuando dije antes que el Señor escribe derecho en renglones torcidos, no quise decir que vos sos un renglón torcido, quise significar…(se dio vuelta la cinta)…, donde quiero, como quiero y con quien quiero, todo lo demás sobra.

Yo creo que no hace falta decir más cosas en el día de hoy, porque en estas palabras que acabo de pronunciar hay suficiente jugo como para alimentarse durante mucho tiempo, mucho tiempo.

Dice Nuestra Señora:

Por qué se extrañan cuando ven que ocurren algunos prodigios o algo que se sale de lo corriente, como lo que pasó en el acto donde inauguraron el Monumento a los soldados caídos por la Patria, claro, ellos no estaban preparados tal vez para ver eso como un prodigio pero para ustedes no debe ser ninguna novedad como el pedacito rojo que hay en el lugar del corazón de Mi Hijo al final de la Avenida. No tengo necesidad de decir quien colocó ese pedacito rojo, lo fundamental es que eso rojo está y está simbolizando algo, algo que debieron haber hecho los hombres ya y no lo hicieron, pero siempre hay alguna causa, evidentemente con una sociedad tan materializada como en la que viven, quien puede preocuparse demasiado en hacer el Corazón de Mi Hijo.

Pero Yo tenía que hablar algo sobre lo que pasó en ese acto…, es cierto, Yo quise manifestarme ante ellos, si hay un lugar exacto donde se levantara Mi Iglesia y la de Mi Hijo, el lugar exacto lo sabe el Padre, evidentemente que es cierto, que todo lo que esté entre la calle 9 de Julio y la Avenida Juan José Paso está signada por Mi y el Espíritu Santo está llenando de gracia todo este lugar, puede ser allí donde ustedes vieron hoy aunque creo que es demasiado chico el lugar pero hay mucho terreno entre 9 de Julio y Juan José Paso.

Sí te digo que, como adelanto, que va a estar en algunos de los terrenos que vos hoy miraste, Mi presencia en ese acto por supuesto fue un respeto por las almas de aquellos que murieron pero también para anunciarles a algunas personas y a ustedes también que ya tengo plena vigencia en el lugar y que puedo elegir a quien a Mi se me ocurra para manifestar. Yo me manifiesto en quien quiero, los ojos que ustedes tienen para mirar a la gente no son los ojos que tengo Yo, además ¿no le diste vos la bendición hace menos de dos meses a esa mujer?, entonces tu bendición ¿no vale nada?, vos le diste la bendición a esa mujer y esa bendición está obrando en ella, ¿cuánto tiempo va a vivir de una forma o de la otra?, a ustedes no les debe interesar, lo que ustedes deben hacer es seguir rezando por todos incluido a ella. Que saben aquellos que opinan tanto, que es lo que Yo estoy haciendo en el corazón de esa mujer desde que tiene tu bendición, ¿o acaso no te dije que quien se sentaba en ese sillón Yo le bendeciría especialmente?, pero no quiero usar palabras ásperas con nadie pero habrá que ejercitar un poco más la memoria, pero sobre todo ejercitar más la fe, si Yo dije: quien se sienta en un lugar será bendecido, he dicho que será bendecido y no le busquen otras explicaciones ni nada de argumentos humanos porque se van a llevar más de una sorpresa cuando vean el último día y abran los ojos en el otro mundo que está entre nosotros, por supuesto está entre ustedes, más de una sorpresa se van a llevar respecto al lugar que ocupan las personas porque ustedes tienen una forma de mirar, una forma de juzgar, una forma de decir, que en la mayoría de las veces no es la forma ni Mía ni del Señor.

Asi que, que esto sirva de ejemplo para todos aquellos que lean estas líneas, estos Mensajes, Profecías, Revelaciones o como quieran llamarle, ustedes tal vez se fijan demasiado en el diccionario respecto al significado de las palabras. Cuando uno habla de las cosas del Cielo o de las cosas Mías, de Mi Hijo, del Padre o el Espíritu Santo, etc., no pueden medir con la misma racionalidad o con las mismas palabras que miden cosas humanas, por eso a veces interpretan mal tantas cosas los seres humanos porque se manejan con conceptos que tienen otro contenido que el contenido que le damos nosotros. Si cambiando de un país a otro las palabras tienen distinto contenido, hasta de una provincia a otra tienen distinto contenido, cuánto más dentro del lenguaje de la Santísima Trinidad y de Mí.

No se llamen a engaño, tienen que entrar dentro de una visión distinta de las cosas, si ustedes son Hijos de la Luz, como de hecho lo son, entonces tendrán que mirar las cosas desde una Luz diferente, todo debe ser diferente.

Hago hincapié en que las palabras tienen un contenido, para ustedes de acuerdo a vuestra razón, pero ese contenido es mucho más amplio y a veces hasta diferente en la mente de la Trinidad y de Mí y muchas palabras a lo largo de la historia tuvieron sentido diferente de acuerdo a quien las usó, entonces no quiero decir que todo se vuelve relativo, no, pero ¿mmm?, acepten un buen margen de imperfección en interpretar las cosas que Mi Hijo y Yo decimos, un buen margen de imperfección y que incluso que cuando algo les parece tan natural para interpretar pidan luces al Espíritu Santo y luego, y luego vean qué les dice el Espíritu Santo.

Yo veo que en este momento por tu mente están pasando algunas cosas y lo que pensas es cierto pero no lo digamos en voz alta, tengamos amor por esas personas que tienen sobre su conciencia un peso muy grande, ellos creyeron que te dejaban el peso a vos pero el peso quedó en ellos, vos sabés a quien me refiero y de quien se trata y pronto vas a saber de ellos.

Lo mismo en cuanto al cuadro que están pintando sobre Mí, ¿ustedes creen por ventura, y diciéndolo con modestia, que alguien podría reflejar con exactitud Mi rostro sobre un lienzo?, lo que pueden hacer es algo aproximado, porque ustedes razonan humanamente, entonces claro, de otra forma no pueden, entonces tratan de interpretar humanamente las cosas, por eso por ahí alguien le llamó: ¿cómo Reina sin corona?, pero ¿a Mí me hace falta una corona para que me digan Reina?, ¿a ustedes les parece que a Mí repito me hace falta una corona para que me digan Reina? y en cuanto al nombre ya he sido clara el otro día, pero al final terminarán dándome la razón a Mí, ahora debajo del cuadro pongan lo que quieran, porque es posible que con el tiempo lo reforme, pero pongan lo que quieran, no importa. ¿A alguien se le ocurre pensar que quiero ocuparme especialmente de una cosa, de la otra, de la otra o quiero ocuparme de todo?, ¿a quién se le ocurre eso?.

Entonces Mis queridos, hermanos, hijos, adorados Hijos de la Luz, depositarios de estas palabras de vuestra Madre y de su Hijo, entiendan que siempre van a ser imperfectas las interpretaciones humanas de todo lo que nosotros decimos e incluso los tiempos, las circunstancias, los lugares, Yo dije en este lugar, pero ustedes creen que si cambiaran metros o más de lugar Mi Templo ¿para Mi sería tan tremendo?, por supuesto que tengo Mis gustos, me gustaría más una cosa que la otra, pero hijos Míos, mientras tantos se están muriendo de hambre, mientras tantos sufren injusticias terribles, mientras tantos están sometidos a las brutalidades más espantosas, muriendo sin la esperanza de un reino justo, ustedes creen por ventura que la Madre de Dios se va a andar preocupando por una palabra o por la otra o por el lugar exacto que tendrá su Templo, que flaco favor me hacen aquellos que piensan que Yo tengo gustos así como si fuera una niña caprichosa. A mi me interesa la felicidad del hombre y si un Templo está diez metros más acá, diez metros más allá, la verdad que no tiene ninguna importancia, me interesa el templo que Yo puedo hacer en el corazón de ustedes y el templo que Mi Hijo puede hacer en el corazón de ustedes, ese templo sí me interesa, ese templo sí me interesa, lo otro es tan relativo hermanos, tan relativo.

No me hagan aparecer repito, como una niña caprichosa que quiere un lugar o quiere el otro, sí, es cierto, me gustaría ese lugar, como no, pero habiendo tanta cosas terribles de qué preocuparse vamos a preocuparnos por eso, claro que me gustaría ese lugar.

Entonces, sirva esto para ustedes, pero que sirva para todos los hombres de la Tierra, quiero templos en vuestros corazones donde habitar y donde pueda habitar Mi Hijo, esos templos son los que amo, los otros abundan y este por supuesto no será un Templo más, ya lo he revelado a la Luz de los colores del Jesús de la Misericordia el Padre establecerá un nuevo acuerdo entre Él y los hombres. A nadie escapa que el mundo está viviendo muy mal pero el Padre en un acto supremo de generosidad derramará tanto el Espíritu Santo sobre todos que a todos llegará el momento de poder mirarme con amor y mirarlo a Mi Hijo con amor, ahora no se escandalicen cuando vean que los que están en la vereda del frente se pasen en un instante a vuestra vereda, no se escandalicen lo que tienen que hacer es abrazarlos y decir: ¡Gloria a Dios hermano!.

Estoy muy satisfecha de haber dicho todo lo que dije hoy, no pierdan un detalle de las palabras que he dicho hoy porque tanto las que dijo Mi Hijo como las que dije Yo tienen dentro de ellas argumentos para pensar años enteros.

Yo los amo mucho más de lo que ustedes creen, Yo vivo en vuestros corazones, estoy en vuestro aliento, corro por vuestra sangre, estoy en cada una de las células de vuestro organismo, entonces alégrense de que habite en ustedes y quédense como adormecidos venerando a la Madre de Dios.

Dice la Madre Teresa:

No quieran interpretar las palabras de Jesús y de María como una forma de decir: ustedes no saben mirar las cosas entonces yo tengo que enseñarles, no, ustedes miran muy bien las cosas, eso nadie lo discute, pero no se olviden que Jesús y María están hablando para toda la humanidad, en consecuencia a no adjudicarse cosas que no les corresponde a ustedes. Ella está utilizando a una persona para dar sus Mensajes, pues bien entonces tiene que decir para todos su Mensaje y además la Madre no les dijo: estaba vestida en el acto como Nuestra Señora de Justiniano Posse, ¿quieren saber más?, eso les indica hasta que punto la elección que ella hizo de todo esto lo va a cumplir inexorablemente, todo lo va a cumplir, no piensen en días o meses, todo puede ocurrir mañana o ya está ocurriendo.

Dentro de los planes del Señor las cosas son distintas que dentro de vuestros planes, todo es diferente, entonces no midan con tiempos humanos ni con lugares humanos, traten de adaptarse a un lenguaje y a una forma de mirar como mira vuestra Madre y su Hijo.

Cómo se empecinan los hombres en querer medir todo con su mentalidad y su razón y viven continuamente equivocándose de todo, en vez de tener un acto de humildad y decir: Señor, habla que tu siervo escucha, dicen y dicen y vuelven a decir con la mejor de la soberbia, pero ustedes son celosos custodios de todo esto, en consecuencia déjense llevar porque ¿alguno puede creer que alguien puede estar mejor conducido que cuando Jesús y María los lleva de la mano?.

Hermanos, hermanos, les repito lo que dije: ¿alguien puede tener dudas, problemas o preocupaciones o lo que sea cuando son conducidos y guiados por la mano de María y de Jesús?.

Basta mis hermanos porque he dicho tanto con tan pocas palabras, espero que les quede grabado todo esto, bien grabado, no sean olvidadizos, no sean olvidadizos de todo lo que hoy han oído.

Amén.

Habla Artemio:

Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu de amor. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu de amor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.