Mensaje del 16 de Marzo de 1998

Habla Artemio:

Habla Señor que tu siervo escucha, habla Señor que tus siervos escuchan.

Dice Jesús:

Me gusta mucho como entonan alabanzas, las alabanzas son para Mí, para el Espíritu Santo y para Dios Padre algo indecible porque al subir las alabanzas todos derramamos gracias sobre ustedes, es cierto que Yo dije que hay que pedir, pedir todo lo que necesitan pero hay que alabar mucho al Señor porque Él derrama después todas sus gracias, todo lo que ustedes necesitan para poder ser felices, estar sanos y edificar el futuro.

El tema principal de hoy es decirles: alaben al Señor, alábenlo de todas formas y de todas maneras pero no solamente en la oración donde se reúnen sino a cada instante en vuestra vida, que haya una actitud constante de alabanza, una actitud constante de agradecimiento, una actitud constante de estar unido al Señor, como dije potras veces no es cuestión de tantas oraciones hechas y dichas sino lo fundamental es estar siempre unido a Mí, siempre unido a Mí, que es estar unido al Espíritu Santo y a Dios Padre porque somos un solo Dios.

Dice Nuestra Señora:

Están pasando ustedes por un período en el cual deben crecer mucho porque no falta tanto para que ustedes deban dar testimonios con vuestras vidas de todo lo que creen, este es un tiempo tranquilo, no lo desaprovechen, llénense de la palabra del Señor, llénense de Mis palabras y que vuestro corazón esté continuamente como dijo Mi Hijo en una constante actitud de adoración y alabanza a Dios Padre, a Dios Hijo, a Dios Espíritu Santo y Yo, María, Reina de los Cielos, como ustedes quieren llamarme, porque Yo elegí otro nombre, no se olviden que soy Mediadora de todas las Gracias.

Ténganme en cuenta, Mi corazón ardiendo de amor está continuamente abrazándolos con Mi llama para protegerlos de todo mal, cuidarlos en vuestros trabajos y preocupaciones y preparar para ustedes un hermoso futuro.

Habla Artemio:

Dice la Madre Teresa de Calcuta, la Madre Teresa.

Dice la Madre Teresa:

Para mi gusto parecería que todo esto va un poco lerdo pero el Señor sabe como traza los caminos, sabe adónde quiere llegar, cómo quiere llegar, con qué medios quiere llegar, entonces escuchemos las palabras del Señor, estemos siempre atentos y alertas para saber qué es lo que el Señor quiere.

Dice Eduardo Pironio:

En todos los Mensajes y Revelaciones del año ’97 y parte del ’98 no hay ninguna palabra, ni siquiera una puntuación que se oponga de alguna manera a las Sagradas Escrituras o a los Documentos de la Iglesia pero muchas son palabras urticantes, en consecuencia con el tiempo necesario habrá que suavizarlas un poco sin quitarle su esencia. Ustedes tienen la ventaja de no tener hábito, en consecuencia pueden hacer las cosas con mucho más libertad que lo que pude yo o lo que pueden otros miembros del clero.

Ahora, si todos los Mensajes, Revelaciones, Profecías que Nuestro Señor y su Madre y otros Santos han dado, nos sirvieran para dar pasos hacia adelante dentro de la historia de la Iglesia de nada valdría, es muy fácil decir: recen, recen, recen y es maravilloso decirlo, pero también hay que actuar, también hay que actuar, ahora no se hagan la ilusión que todas las cosas cambiarán de la mañana a la noche, así como por arte de magia, sería una tontería pensar eso porque todos conocen cómo es el corazón del hombre, está lleno de orgullo, de soberbia, está lleno de intereses y en consecuencia cada uno obre de acuerdo a sus intereses, entonces sean oportunos, propicios, prudentes pero nunca miedosos ni pusilánimes, que es un apalabra que usa el Señor en su última Revelación de las Profecías.

Es posible que la tarea no sea fácil pero acuérdense que el Señor dijo que Él venía a traer fuego a la Tierra para que la Tierra arda, arda. No teman, las palabras duras, cortantes, las palabras que van a ir apareciendo en el camino, ningún discípulo puede ser superior a su Maestro, ¿acaso no se la dijeron a Jesús?, entonces ustedes ¿qué quieren?, Él era el Hijo de Dios, ustedes son discípulos y en consecuencia el discípulo no puede aspirar a ser mayor que su Maestro.

Por eso, todo muy bien, todo muy bien pero la lucha será ardua, difícil como todas las cosas que son importantes, cualquier palabra dicha al viento sin que tenga el sentido de modificar nada, nadie la tiene en cuenta ni le hace caso pero todo aquello que realmente tiende a construir el Reino del Señor es evidente que produce escozor en muchos, porque va contra sus intereses personales.

Adelante, todo está muy bien, no hay nada de que arrepentirse, solamente cada día ámense más, corríjanse los defectos que puedan tener y sigan adelante, no piensen tanto en vuestros defectos sino en todas las cosas buenas que pueden hacer, lo que tienen entre manos es como una braza y todos sabemos que una braza quema bueno, ustedes tienen entre manos una braza pero tengo entendido que ustedes lo han elegido, en consecuencia no tienen por qué ni tener miedo ni achicarse en nada.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amén.