Mensaje del 14 de Febrero de 1998
Habla Artemio:
Señor, estamos ansiosos que vos nos hables.
Dice Jesús:
Están ocurriendo una serie de acontecimientos que corroboran todo lo que Yo les había anunciado, en el fondo ustedes no creían totalmente en Mis palabras, porque parecían tópicas pero a medida que pasa el tiempo van viendo que son muchas más las cosas que ocurren que la que habíamos anunciado, o ustedes esperaban. Ahora, no hace falta hablar demasiado para decir muchas cosas y hoy en todos los temas de la evangelización al hablar del amor, han dicho en pocas palabras un montón de cosas realmente maravillosas sobre las cuales podría edificarse una humanidad nueva, porque una vez más les recuerdo que: “amar a Dios sobre todas las cosas con toda mi alma, con todo mi corazón, con todo mi espíritu y al prójimo como a mí mismo”, es la base de todo, absolutamente de todo.
¿Quién es mi prójimo?, todos, son mi prójimo, lindos o feos, altos o bajos, lejanos o cercanos, todos son mi prójimo y tal vez durante el día nos afanamos y preocupamos en resolver cuestiones fundamentales que nos parece o que les parece a ustedes que son fundamentales pero que en el fondo no lo son tanto y esto que es esencial a veces ni se lo tiene en cuenta. ¿Quién es mi prójimo?, Yo estoy comprometido con todos, involucrado con todos, por supuesto que tengo más obligación con los que tengo más cerca pero todos son mi prójimo.
Si este principio o mandamiento o como quieran llamarle tuviera plena vigencia dentro de la sociedad, habría muchas cosas menos que lamentar, habría una paz y un sosiego en la mayoría de las almas de los hombres, pero mientras el ser humano se empeñe en no amar como debe, es decir intensamente y con toda su alma a todos, no podrá haber soluciones. Y también el planteo se hace para conmigo, como dice la Sagrada Escritura, si no aman al prójimo que ven, como me van a amar a Mí que no me ven. Además si uno ama a aquello que tiene cerca solamente ¿quién no lo hace?, ¿o aquello que tiene obligación?, el gran desafío está en amar aquellos que no nos aman, nos desprecian, nos calumnian, nos destruyen, nos hacen pasar injusticias, ahí está la base de todo.
Hermanos, hay que decidirse por todo esto y el mundo será otro, en todo este tiempo el Padre, Mi Padre, derrama sobre toda la Tierra caudales, corrientes inmensas de Espíritu Santo, para que la posibilidad de amar sea entendida por todos los hombres, que pena para aquellos que no lo entienden, no es porque alguien los va a castigar, el problema reside en que se pierden un mundo, un mundo de extraordinaria belleza y un mundo donde a flor de piel se puede receptar la presencia del otro, del otro no como objeto siempre sino del otro como objeto de amor en pleno sentido de la expresión.
Yo puedo mandarlos a las Sagradas Escrituras y decirles: lean, lean, piensen, mediten, etc., está muy bien y lo hago, pero lo fundamental pasa por otro lado; es decir como en otras oportunidades expresé, hay que gastarse las rodillas, simbólicamente, y pedir la presencia del Espíritu Santo para que me diga en profundidad como debo encaminar mi vida y más que mi vida como debo ser con los demás, con todos los demás.
Yo pienso que, acordándome de los demás, así encamino mi vida, algunas de mis expresiones pueden dar lugar a varias interpretaciones, pero si ustedes piden en forma compulsiva la presencia del Espíritu Santo Él les dirá con exactitud por donde deben ir las cosas. Ya no son tiempos tan largos los de la esperanza, se han acortado en forma tremenda porque se acerca el Tercer Milenio y Mi Padre ha prometido que en el mundo pasarán muchas cosas, cosas que las inspiró en Mi Madre y que nosotros en la Trinidad perfecta venimos pensando y emitiendo desde el comienzo de todos los tiempos; es decir, estamos viviendo tiempos muy apresurados donde parecería que el amor tiene que prevalecer a pesar de todo. Han llegado las cosas malas tan lejos que se impone una vuelta hacia atrás para retomar el camino, el Padre no les niega a raudales el Espíritu Santo, Mi Misericordia está disponible y es tan grande, tan enorme, que no alcanzan a imaginar remotamente.
Entonces, estamos viviendo tiempos Yo diría hermosos, porque muchos, multitudes que esperaron por fin, multitudes que ansiaron y tuvieron hambre y sed de justicia, serán satisfechos sus anhelos y como dije en otras oportunidades, nosotros caminamos en medio de las flores que han nacido de la boca de los muertos, esos muertos que directa o indirectamente los hombres han destruido, entonces llegó el tiempo no de la revancha sino de la justicia, ese es el objetivo fundamental de Mi Madre para que reine el amor y al decir esto, estoy queriendo decir la justicia para todos.
No hay que darles tantas vueltas al asunto, el tema es muy simple, Mi Madre se los dijo ya hace mucho y se los viene repitiendo porque los hombres son muy desmemoriados, hay que sacar el pie que tenemos sobre la cabeza de nuestro hermano para que por fin nuestro hermano pueda vivir a nuestro lado, como hermano, es decir debe terminar aquello de querer prevalecer unos sobre otros, nadie es más que nadie, todos son Mis hijos, buenos o malos y todos tienen la invitación para armonizar su vida y ponerlos en los carriles que corresponden. Para eso no hacen falta muchas palabras, lo que hace falta sí es cambiar de actitud y empezar a mirar todas las cosas de otra manera y al no poder solos por los años en que se han habituado hacer las cosas mal, entonces necesitan que el Espíritu Santo los llene de toda la sabiduría y el amor.
No sé hasta que punto conviene preguntarle a los hombres que se dicen sabios para resolver problemas, Yo nunca vi resolver un problema de esta naturaleza a través de ninguna ciencia, jamás, la ciencia no la desprecio porque me ayuda en la vida pero son instrumentos de los que debemos valernos, nada más, lo que Yo necesito es un corazón abierto para que Yo pueda habitarlo y mi alma suficientemente grande como para que Yo pueda vivir en ella cómodamente. Dada esas bases, todo se vuelve posible y sencillo, es cuestión de dejar hacer la voluntad del Padre, no necesito tanto de la ciencia y les repito, no necesito porque nunca la ciencia ha resuelto estos problemas, necesito sí corazones abiertos porque quiero habitar en ellos y al habitar en ellos la vida del ser humano cambia fundamentalmente; quiere decir que ¿todo esto va a traer un mundo maravilloso?, sí, será maravilloso pero habrá que seguir luchando para que prevalezca el bien, el amor, porque serán muchos los que no oyen estas palabras y se enquistan en su propio orgullo y muchos los que no oyen estas palabras y se enquistan en su propio orgullo y soberbia y no querrán dejar pasar absolutamente nada y Yo lamento que aquellos que más se enquistarán en su orgullo y soberbia, muchos serán Mis hijos que han prometido servirme fielmente pero que han entendido la fidelidad de otra manera.
Tendrían que agregar diariamente al Padre Nuestro: líbranos Señor de que nos enquistemos en nuestro orgullo y nuestra soberbia, porque nada puede ocurrir si estoy en esa postura.
Dice la Virgen María:
Ustedes no lo ven, ustedes ni lo imaginan, tal vez ni lo piensan, pero la llama de amor que sale de Mi Inmaculado Corazón está abrazando la Tierra, Yo no prometo cosas en vano, lo que digo lo cumplo, las llamas de Mi Corazón están abrazando la Tierra y a todos se les dará la oportunidad de decir como dijo Pablo: “¿Señor, qué quieres que haga?”, o como dije Yo cuando me visita el Arcángel Gabriel: “he aquí la esclava del Señor, hágase en Mi según tu palabra”.
Se avecinan cosas maravillosas que pueden ser más maravillosas si ustedes así lo desean y contribuyen para que sea. Les repito, se avecinan cosas maravillosas, estén disponibles, estén atentos, estén siempre durmiendo con los ojos abiertos para que de esa forma no pierdan un segundo de todo aquello que se les presentará como oportunidad.
La palabra justicia dejará de ser una mera palabra o dejará de tener el contenido que tuvo hasta hoy, porque en todos estos días, meses, que transcurren cada una de las situaciones que se están viviendo, o cada una de las cosas que pasan o cada acontecimiento está dibujando entre líneas a la justicia. Debía llegar un día por fin, debía llegar, debió llegar desde siempre pero es muy desmemoriado el hombre y siempre su corazón estuvo muy cerrado pero ahora tiene la oportunidad, no la desaprovechen, abran vuestros corazones, ábranlos de par en par, si no pueden limpiarlos ustedes díganle al Señor que pase su escoba de amor y los restaure plenamente pero para que Él lo haga ustedes tienen que abrirlo de par en par, Él no quiere disminuirle su libertad, no quiere disminuirles la libertad que ustedes tienen ni un ápice, sino quiere que ustedes entreguen todo aquello, lo mejor que tienen, para que el Señor lo santifique.
No se olviden, no todos los días se presentan las oportunidades y ahora están delante de ellas. Es cierto que hay que instruirse, nutrirse de muchas palabras del Señor y también es cierto que hay que como se dijo tantas veces gastarse las rodillas para que el Señor hable en nosotros, por fin hable en nosotros y dejemos de ser tan necios, de seguir a pie juntillas a los hombres de ciencia que siempre quieren inventar cosas, siempre quieren inventar algo para darle al hombre posibilidades, pero en última instancia lo que le da al hombre son algunas migajas de la justicia que los hombres necesitan, no desprecio la ciencia, solamente la ubico en el lugar que le corresponde.
Habla Artemio:
Dice la Madre Teresa de Calcuta, perdón la Madre Teresa.
Dice la Madre Teresa:
Yo andaba en tinieblas, como andan tantos, pero un buen día se hizo la luz en mi corazón, como si un rayo hubiera atravesado mi cuerpo y de repente entendí que la vida era servicio, que la vida no era dar algo sino darse, no fue fácil por supuesto y ¿qué es fácil?, nada, pero yo entendí que no había que dar sino darse.
Esto suena a palabras repetidas, claro, hay que repetirlas cuando las cosas no se escuchan y uno quiere taparse los oídos para no oír, yo quisiera preguntar, para dejarles una inquietud: ¿se puede hablar de dignidad humana cuando no hay ningún alimento para poner en el estómago, cuando no hay un medicamento para curarse de su enfermedad, cuando en los países la mayoría de los hombres son ciudadanos de quinta?, ¿puede hablarse de la dignidad humana cuando los que mandan, en todos los órdenes, ejercen su poder despóticamente o se aprovechan del poder para usufructuarlo en beneficio propio?, ¿puede hablarse de dignidad de la persona humana cuando los niños mueren como moscas en tantos países y los que no mueren, quedan deficientes mentales?, muchos de ellos porque no hubo en sus nutrimentos los elementos esenciales para que puedan elevarse a la dignidad de personas, ¡y después queremos que esos hombres razonen y piensen como corresponde!, ¡jamás deberíamos pedir eso, porque antes no hemos hecho lo que correspondía hacer!.
¡No se llamen a engaño!, no se puede hablar de dignidad esencial de la persona humana cuando los que detentan el poder y los que acumulan todas las riquezas son algunos y el resto vive con la esperanza tal vez, pero con una profunda hambre de verdad y de justicia.
¡No se llamen a engaño!, no es que lo diga pensando en una eternidad muy larga, donde tendremos que pagar tal vez las cosas que hicimos, ¡hablo ya de aquí, en la vida cotidiana, en la vida de todos los días! y piensen si pueden ser felices totalmente mientras haya un niño que muere de hambre, un anciano desprovisto del afecto de sus hijos, una mujer embarazada que no sabe dónde tener a su bebé, esos niños que andan por la calle, cuyos padres parecieran no existir.
¿Se puede hablar de dignidad esencial de la persona humana?… (se dio vuelta la cinta)…, yo no hablo solamente de los lugares que conocí, hablo del mundo entero. Y voy a terminar, sin prisa y sin pausa: a alinearnos junto a aquellos que trabajan por un mundo habitable y a golpear con nuestras palabras las conciencias para que puedan por fin prevalecer los mandatos del Señor.
Dice Eduardo Pironio, el Cardenal de la Iglesia:
Ya reposan mis restos en esta, nuestra patria, ya reposa y otra vez mi cuerpo está aquí en medio de la pampa gringa, otra vez puedo ver más cerca los trigales de noviembre, las mazorcas, los campos derrochando amarillos girasoles y las inmensas zonas llenas de animales que pastan, otra vez estoy en medio de todas aquellas cosas que a mí porque al hombre yo nunca lo tomé aislado, sino lo tomé viviendo un tiempo y un espacio, es decir, un lugar determinado. Pues bien, la única forma que hay que tratar al hombre y además en un momento de la historia.
Me conmovieron mis funerales, la verdad es que nunca creí merecer tanto pero los hombres están siempre dispuestos a honrar cadáveres, pero no tan dispuestos a escuchar palabras que indican caminos, entonces se honra a los cadáveres justo cuando se los entierra, no importa si antes se los trató de cualquier forma, se los humilló, no se los dejó decir su palabra, ni expresar su amor, tienen una tendencia innata a homenajear los cadáveres. Yo agradezco por supuesto todos los homenajes pero aprendan que a los seres humanos hay que amarlos en vida y si esos seres humanos, nos invitan a algo, pues aceptemos su invitación, que es mucho mejor que un ramo de rosas cuando se los pone bajo tierra.
Todo fue muy conmovedor, pero demasiado barroco para mi gusto, de cualquier forma estoy agradecido por todo.
Los amo con todo mi corazón y les doy mi bendición, pero no solamente a los hombres de esta tierra sino a los hombres de todo el universo. Ahora, cerca del Padre, gozando de la Bienaventuranza Eterna, ahora sí podré hacer mucho por ellos, por todos los que necesitan, ahora sí podré lo que tantas veces antes no pude hacer y no fue justamente porque no quisiera hacerlo sino la mayoría de las veces porque no me dejaron hacerlo.
Gloria al Señor y gracias a aquellos que honran mis restos mortales.
Amén.
Habla Artemio:
Cánticos y alabanzas al Señor.
Mensaje del 14 de Febrero de 1998 (2º)
Tendrían que agregar diariamente al Padre Nuestro: líbranos Señor de que nos enquistemos en nuestro orgullo y nuestra soberbia, porque nada puede ocurrir si estoy en esa postura.