Ahora, tengan en cuenta esto, es cierto que tres cuartas partes de la población del mundo se acuesta con hambre pero Mi infinita Misericordia trabaja de una forma, actúa de una forma que a pesar de todo aquél que muere porque no tiene qué poner en su boca, a pesar de que muere tiene dentro de su corazón el consuelo que la Divina Misericordia le da.

Mensaje del 29 de Enero de 1998

Habla Artemio:

Jesús está vestido con la indumentaria del Sagrado Corazón, la Virgen María como Nuestra Señora Reina del Espíritu Santo y la Madre Teresa como siempre, con su hábito y sus franciscanas, Jesús y María están descalzos y los tres miran hacia todos lados como queriendo ubicar a todos los que están.

No hace falta que diga: Señor habla porque ya empezó, quiere hablar.

Dice Jesús:

El tema de vuestra conversación ha calado muy hondo dentro de Mí, a ustedes les ha tocado vivir en este tiempo, pero no crean que en todos los tiempos no hubo problemas de toda naturaleza y condición. No sé si hace falta que diga lo que ya dije tantas veces: que el hombre por usar mal su libertad le hace pagar a otros cosas que no deben.

Ahora, tengan en cuenta esto, es cierto que tres cuartas partes de la población del mundo se acuesta con hambre pero Mi infinita Misericordia trabaja de una forma, actúa de una forma que a pesar de todo aquél que muere porque no tiene qué poner en su boca, a pesar de que muere tiene dentro de su corazón el consuelo que la Divina Misericordia le da. Podemos pensar en los chicos de la calle, podemos pensar en los que no han probado nunca carne en el África, podemos pensar en los niños del Norte o en lugares como Jujuy que tiene mayor índice de mortalidad de niños en el mundo, podemos pensar en muchas cosas, pero tengan en cuenta que la Divina Providencia está presente en todos lados, sin vulnerar la libertad del hombre trata de palear de alguna forma todo ese dolor.

Ahora, y quiero ser breve porque para esto no hace falta muchas palabras para decirlo, pobres de aquellos que por su culpa los demás tienen que sufrir falta de pan en su boca y falta de pan de amor en su alma, pobres de esos que no han entendido por dónde van las cosas. Si alguien por casualidad es feliz poniendo el pie sobre la cabeza de su hermano más vale le hubiera no haber nacido… (se dio vuelta la cinta)…. Esa satisfacción le va a durar menos que un suspiro, por eso en este año ‘98, el que viene ‘99 y el otro entrando en el Tercer Milenio, el Señor derramará sobre toda la Tierra tantas gracias a través del Espíritu Santo que le dará la posibilidad a los hombres de rectificar sus rumbos, de corregir sus vidas y de alguna forma la posibilidad de reivindicarse ante aquellos que tanto daño le hicieron. Cuando pensamos en carencias enseguida pensamos en las carencias de pan de harina pero Yo estoy convencido que la mayor parte de las carencias son de amor y mucho más si habría abundancia de amor no habría escasés de pan para tantas bocas, pero lo que se ve es la miseria de la falta de cosas materiales pero nadie o la mayoría no ve la terrible miseria que origina la falta de amor.

Y les digo a ustedes, todos los que están presentes, que cuando esta noche quieran conciliar el sueño, piensen: ¿he amado realmente a todos aquellos seres que estuvieron cerca de mí a lo largo de mi vida como correspondía?, ¿o mi vida se pasó en egoísmo tras egoísmo sin darle a nadie ni siquiera una milésima parte de lo que debería darle?. Entonces no hablemos tanto de aquellos que ponen el pie sobre la cabeza de su hermano sino que reflexionemos bastante sobre cómo hemos actuado nosotros en nuestra vida, si todos aquellos que estuvieron cerca de nosotros ¿los hemos amado como debieron ser amados?, y por otro lado, aquellos que en este momento están cerca nuestro: ¿son amados como deberían ser amados?, en todos los órdenes, con todo grado de parentesco y en las más diversas situaciones de la vida, porque es bastante fácil arrojar al viento una piedra para que golpee los dientes de alguien que es culpable en forma alevosa de las carencias de pan y de amor. Pero no es tan fácil revisar nuestras propias entrañas espirituales para saber qué hicimos de nuestras vidas.

No quiero Yo alarmarlos con este pensamiento, pero sí quiero dejar bien claro, sentado, que muchas veces le damos más importancia a todo lo material, mientras que lo espiritual podríamos solucionarlo de una forma muy sencilla, solamente haría falta cambiar de actitud en lo más íntimo de nuestro corazón. Es cierto que es doloroso ver que un niño tenga hambre pero también es doloroso cuando pasa un anciano delante tuyo y ni siquiera le decís buenos días. Lo que ocurre es que una cosa se ve muy evidente, muy clara y la otro no alcanza a verse así con tanta claridad, pero empiecen a pensar las cosas y a mirar todo desde un ángulo donde…, empiece a tener vigencia toda una nueva dimensión de los valores en esta Cruzada del Tercer Milenio, la Cruzada del Espíritu Santo, porque las características del Tercer Milenio deberán ser de unidad, paz y plena vigencia de los dones del Espíritu Santo, ¿están preparados y listos para amar en la medida en que se les pedirá?.

Reflexionen sobre todo esto, no sea cosa que por mirar demasiado lejos a aquellos que no tienen pan estemos olvidando que al lado nuestro tal vez haya alguien que se esté muriendo por falta de amor y nosotros creemos que estamos muy complacidos con nuestra forma de actuar.

Es doloroso, pero Yo veo personalmente que los padres no aman a sus hijos como debieran, los hijos no aman a sus padres como debieran, los hermanos entre sí, los parientes entre sí y toda forma de relación humana, tanto sea de parentesco o de amistad, reflexionar sobre todo esto, reflexionar, pero no solamente ustedes sino a todos aquellos en quienes caen estos Mensajes y Profecía en sus manos.

No tiren las piedras tan lejos, tengan cuidado porque puede caer sobre vuestra propia cabeza, no me refiero a nadie en particular, es una premisa general que sirve para todos.

Dice Nuestra Señora:

Todo lo que ha dicho Mi Hijo parecería que Yo como soy Madre lo sentiría más aún, mucho más y volvería a preguntar lo que tantas veces pregunté y voy a seguir preguntando hasta el cansancio, no Mío, sino de ustedes: ¿qué hicieron para que la sangre de Mi Hijo realmente cumpliera su cometido de redención de la especie?, ¿en cuántos seres que tal vez estén a nuestro lado la redención de Mi Hijo fracasa?, ¿cuántos, cuántos?, no pensar en cosas lejanas y abstractas, en forma concreta con quienes nos rodean. Si yo no soy capaz como padre o como madre de darle a mi hijo todo el amor que mi hijo se merece estoy haciendo que la redención de Jesús fracase, yo la estoy haciendo que fracase, es decir, Mi reflexión apunta a lo mismo que la reflexión de Mi Hijo, no miremos tan lejos, miremos cerca, tal vez sobre nosotros mismos, porque es fácil siempre pensar que los otros pueden tener culpa, pero nosotros ¿cuándo?, ¿cuándo nos tenemos en cuenta?.

Quítense la propia miseria de todo tipo y la miseria del mundo acabará, quítense les repito, la propia miseria y la miseria del mundo acabará. Pensar en todas estas cosas, analizarlas a lo largo del día y mañana cuando estén en vuestros trabajos o en los lugares más diversos miren a vuestro alrededor, no sea cosa que haya algún hombre que ha convivido tal vez años con ustedes y ustedes no se han dignado si quiera una vez de dedicarles una sonrisa de amor.

Cuidado, cuidado hijos Míos, Yo los quiero enormemente pero debo decirles estas cosas, tenemos que preparar un Tercer Milenio donde el hombre no sea lobo del hombre, comencemos por nosotros mismos.

Dice la Madre Teresa:

Toda la idea de esta noche en la palabra de Jesús fue: “para ganar la vida hay que perderla”, y es así, se los dice alguien que la perdió y ahora está muy contenta y satisfecha de haberla perdido, porque cuando se maneja el ser humano dentro de una dimensión del amor, hasta las cosas más terribles parecen simples, parecen cotidianas, parecen accesibles a todo lo que nosotros podemos hacer.

Yo no quiero ponerme de ejemplo jamás, porque no creo que sirva para ponerme de ejemplo, he sido siempre una simple mujer, que en última instancia lo que hizo fue llenar bocas de pan y corazones de amor, si eso tiene mucho valor entonces parece ser que soy muy valiosa, pero en todo caso la valiosa no soy yo sino mi Señor Jesús, que me inspiró, que me hizo hacer todo lo que hice, sin la fuerza de Él en mis entrañas, yo, toda una mujer débil, terriblemente enferma, nunca hubiera podido hacer nada, pero me nutrí de la fuerza de Jesús y de María y en consecuencia, la fuerza que tenía fue temible para muchos seres humanos, porque sabían que en mis labios estaría siempre pronta la palabra justa y adecuada para denunciar algunas de las barbaridades que se están viviendo en nuestro Siglo.

Me gusta todo esto, me gusta, me gusta porque veo un futuro muy hermoso, ¿en qué sentido?, en que…, no sé si me corresponde a mí decirlo pero, veo grandes conversiones de hombres en masa; es decir, cantidades inmensas de hombres que se convierten y empiezan a vivir de otra manera, y ¿qué es vivir de otra manera?, considerar a quien tengo a mi lado como hermano. Mientras mi corazón no se abra lo suficiente y no pase en forma así compulsiva esa apertura para que entre en mi corazón mi hermano…, todo lo demás es paja, no sirve para nada.

No quiero ser más que Jesús y que María, por eso termino mis palabras diciéndoles: yo soy el grano de trigo, que por propia voluntad y con la ayuda del Señor se hundió en la tierra para morir y de esa manera hice que creciera la planta y con la planta una espiga y en la espiga muchos granos, muchos granos.

Esa he sido yo, pero no por mí, sino por la fuerza que siempre me dio mi Maestro, como decía San Pablo: “yo no puedo nada, pero si Cristo está conmigo lo puedo todo“, ¡absolutamente todo!.

Amén.