Mensaje del 27 de Enero de 1998

Habla Artemio:

Hoy es 27 de Enero de 1998.

Está presente Jesús, la Reina del Espíritu Santo, la Madre Teresa y parecería que alguien va a parecer detrás porque todavía no apareció. Jesús está como el Sagrado Corazón, la Virgen María está como Reina del Espíritu Santo y la Madre Teresa como siempre.

Habla Señor que tu siervo escucha, habla Señor que tu siervo escucha, habla Señor, habla, habla Señor que tu siervo escucha.

Dice Jesús:

Me gustaría que en las reuniones se clamara más por el Espíritu Santo, donde todos hagan oír su voz, prácticamente no desesperada pero con mucho énfasis pidiendo con insistencia la presencia de la tercer persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo es el amor entre Mi Padre y Yo, que es Dios también y para que nuestra palabra sea certera, adecuada, concreta, oportuna, necesaria, etc., tiene que haber una inspiración directa del Espíritu Santo, esto vale para ustedes y vale para todos aquellos que quieran oírlo.

Ahora, es cierto que en…, en los pequeños grupos parecería que es más fácil pedir, pero no quita que en los grupos grandes también pueda hacerse muy bien; ahora, debemos acostumbrarnos diariamente, a cada minuto, antes de hablar algo importante decir: Espíritu Santo o Espíritu que existe entre el Padre y el Hijo, amor entre el Padre y el Hijo vengan a mí e inspírenme qué debo decir, cuándo, en qué momento, pero que ese pedido sea hecho desde un alma plenamente clarificada como para que al pedir el Espíritu Santo lo reciba de veras, para eso por supuesto es necesario como básico, lo que ya dije tantas veces, como: la humildad, la disponibilidad y también por supuesto un amor muy grande por la tercera persona de la Santísima Trinidad. Yo comprendo, al Padre no se lo ve, al Espíritu Santo no se lo ve, solamente a Mí se me ve, aunque a veces también se ve el Espíritu Santo simbolizado por palomas o Ángeles o..., de alguna manera algo nos está indicando que el Espíritu Santo está presente. Ahora, está presente siempre en nuestra alma porque nosotros somos el templo de la Santísima Trinidad pero a veces como estamos tan obnubilados con nuestros problemas y nuestras cosas, le dejamos a la Santísima Trinidad el rinconcito más chico de nuestra alma y por otro lado damos entrada a toda la mediocridad que reina en el mundo.

El planteo es muy simple, no se puede lograr de un momento para otro, porque representa una actitud de vida pero es necesario que no hablemos una sola palabra que no tenga el color, el aroma y el gesto del Espíritu Santo. Para todo esto repito, hay que hacerse humilde, simple, sencillo y sobre todo tener una gran apertura, no importa cuán grande es la fe, la fe es un regalo del Padre, en consecuencia no siempre se tiene la fe que uno quisiera tener, a veces disminuye, a veces se agiganta pero no hay que tener temor por eso, son vaivenes de nuestro espíritu en el crecimiento cotidiano, en el crecimiento diario.

Sería interesante buscar la Sagrada Escritura y empezar a anotar o rayar en ella todos aquellos aspectos que se refieren al Espíritu Santo, bueno, entonces si hay un poco de tiempo buscar si quiera una frase de la Sagrada Escritura donde podamos esclarecer esto que parece en apariencia un poco difícil pero no lo es, absolutamente no lo es.

Dice Nuestra Señora, Reina del Espíritu Santo:

Bienaventurados todos los presentes porque están contribuyendo a armar todo un edificio maravilloso para recibir el Tercer Milenio con un Jubileo que realmente conmoverá al mundo.

Ahora, me parece extraño por ejemplo que tantos jóvenes que tienen un concepto tan especial de la libertad, de los derechos y de todo, no tomen como bandera ciertas expresiones de la Virgen en la Gran Cruzada del Espíritu Santo, sería una pena que no pudiera eso concretarse… (se interrumpe la grabación)….

El Padre ha mandado sobre la Tierra torrentes de Espíritu Santo y aunque ustedes no lo puedan palpar prácticamente pero se están produciendo muchas conversiones, muchísimas conversiones, por toda la gracia que se está derramando sobre los cinco continentes. Dios no escatimará esfuerzos por llenar todo del Espíritu Santo, absolutamente todo.

Yo les recomiendo que abran vuestro corazón para recibir la inspiración adecuada, la palabra oportuna, el gesto exacto y además todas las significaciones que puede tener el Espíritu Santo. Un día tenemos que ponernos a trabajar vos y Yo para llevar algunos borradores a Brasil respecto a una oración a María Reina del Espíritu Santo y eso sería después un material que se podría usar muy bien para darle a las personas cuando vienen a hacerse sanación.

De todos los presentes quiero decirles que están en muy buen camino, hacen muy bien las cosas y que el Señor, a través de Mi que soy Co Redentora les conseguirá lo que ustedes pidan, porque ustedes están viviendo dentro de un contexto sumamente religioso y están pisando un lugar Sagrado, todas las cosas de esta Casa, desde un mueble hasta un escarbadientes están Santificados y consagrados al…(se hace una pausa)….

Habla Artemio:

Interrumpí porque me dijo algunas cosas en voz baja para que no lo dijera.

Dice Nuestra Señora:

Bueno, todo lo que está en esta Casa, en los jardines, en el patio, en todos lados, son todos objetos que están consagrados al Señor, por el Señor y al Señor, no se olviden que todas las cosas que le rodean están Santificadas, ¿o ustedes creen por ventura que Mi Hijo, Yo y todos los que vienen podrían llegar a un lugar y no Santificar los lugares por donde pasan?, sería una torpeza pensar así. Todo acá está Santificado, todo y en esta Casa y en sus moradores no pasa absolutamente nada que no esté dictaminado por la inspiración del Espíritu Santo, de Jesús por supuesto y también de Mí, todo, desde la primer cosa hasta la última, todo está programado, todo está preparado para que ocurra de esa forma.

Yo elegí a este lugar como a un Santuario, en consecuencia ténganlo presente que si Yo lo elegí como a un Santuario a este lugar es un Santuario donde no haría falta de dar una medallita o lo que sea, sino cortar tronquitos nada más de cualquier planta y regalarlos ya serviría como un objeto bendecido, cualquier cosa, aunque vos no lo bendijeras ni nadie lo bendijera pero es considerado como un objeto bendecido.

Entonces no tengan ningún tipo de temor de ninguna naturaleza que todo lo que aquí pasa, pasa porque Mi Padre, Jesús y el Espíritu Santo quieren que así sea, en esto no hay ningún tipo de improvisación, todo está, todo, absolutamente todo Santificado por el Espíritu Santo, cada cosa es Sagrada y cada cosa que se dice es acertada, por supuesto que hay que estar siempre en disponibilidad completa para que esto se vea así como estamos diciendo.

Dice la Madre Teresa:

Yo comenzaría diciendo esta noche que me gustaría que se probaran los parlantes del hall donde espera la gente y en vez de escuchar esa música, muchas veces ridícula o estropeadora de oídos que se escucha por radio, se trasmitieran esos Mensajes grabados ó bien música, no todo el día necesariamente, en algún momento cuando está toda la gente, cuando hay mucha gente, porque normalmente aunque uno no crea, eso va quedando grabado en la mente de las personas como un mensaje subliminal.

Hoy no tengo más nada que decir, pero es posible que mañana a la mañana tenga que interrumpir un rato a la gente porque vamos a venir y…, para darte un Mensaje.

Como siempre les digo que los amo a todos profundamente, profundamente, no los borro de mi corazón jamás, como otros tantos no los borran de su corazón jamás.

Amén.

Habla Artemio:

Damos por terminada esta reunión en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Todavía están los tres allí…, bueno, Jesús se propone a dar la bendición a cada uno.

Viene hasta acá delante de mí, me pone las manos en los hombros, me apoya en la frente el Corazón, su Corazón, luego me bendice en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Va hacia N.: le hace la señal de la cruz y la bendice en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Llega hasta de R.: le hace la señal de la cruz en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

De M.: la señal de la cruz en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

M. E.: Jesús delante de vos, te puso un rato las manos en las espaldas, luego levantó la mano derecha y te hizo la señal de la cruz.

M.: Jesús te hace la señal de la cruz.

O.: Jesús se acercó para hacerte la señal de la cruz.

A.: Jesús te hace la señal de la cruz en la frente.

N.: Jesús te hace la señal de la cruz.

L.: Jesús te hace la señal de la cruz, ahora pone las manos sobre tus hombros, se queda un rato mirándote.

Y después va hasta de M.: le hace la señal de la cruz, le pasa la mano por el pelo.

Después se pone ahí en el medio y en forma enormemente abriendo los brazos hace la señal de la cruz diciendo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Ya la Madre Teresa y la Virgen se han ido y ahora Jesús también se va, pero no está descalzo esta noche, la segunda vez que lo veo con ese tipo de sandalias franciscanas, la primera fue en la calle donde me dijo de las piedras preciosas y la otra vez es esta noche.

En nombre del Señor hemos terminado todo esto para mayor Gloria tuya Señor.