Mensaje del 26 de Enero de 1998

Habla Artemio:

... si quieres hablar a través de ellos Señor, si quieres algún Mensaje o alguna Profecía.

Dice Jesús:

Las palabras de amor nunca son repetidas, por eso les digo que los amo con todo Mi Corazón, tengo una especial predilección por ustedes y estoy dispuesto siempre a escuchar todo aquello que me pidan, tienen la prueba de todas las personas que se sanan, tienen la prueba en todos los que han comenzado a ir a Misa, tienen la prueba en muchos que se han convertido aunque todavía no vayan a Misa.

Este perfume que ustedes han sentido y que todavía está en el aire, no es nada más ni nada menos que Mi gracia que invade todos los lugares, no solamente este lugar sino como preocupación como es la de ustedes hacia todo el mundo dirigida.

No se cansen de rezar, recen, recen, recen y recen, ustedes no se imaginan cuánto bien están haciendo, aparte de la evangelización, cuando se habla de los débiles, rueguen al Espíritu Santo que les ilumine la palabra justa para decirles en cada caso a las personas, pero no se hagan la ilusión de que toda la palabra tendrá un efecto positivo, todo tiene que ser un proceso y largo, largo, a no cansarse.

Lo que hemos dialogado anoche cuando estabas en cama y hoy a la tarde a la hora de la siesta me parece muy bien, he quedado admirado con el razonamiento que hiciste, todo lo que hiciste para que el Espíritu Santo te indicara qué hacer algunas cosas.

Los amo de todo corazón, los quiero y los estrecho en Mis brazos, cuando vayan a dormir piensen que el calor que sienten es el calor de Mi Corazón.

Dice la Virgen María, Nuestra Madre:

Todo marcha muy bien, todo a su debido tiempo, todo está calculado, no se me ha pasado ningún detalle.

Antes que termine abril recibirás una cantidad de dinero con la que comprarás el terreno donde estará ubicada Mi Casa, la de Mi Hijo, he dicho nada más que el terreno, en ese terreno es posible que el actual Obispo venga a poner la piedra fundamental, puede llegar más dinero, por supuesto, para construir pero Yo moveré los corazones de grandes empresarios de toda América para que envíen sus donaciones para construir el Templo.

Esto ustedes no lo imaginaban, además repártanse la tarea para que puedan llegar los Mensajes y Profecías a todas las conferencias episcopales de toda América. A ustedes les parecerá que serán rechazadas o tiradas al canasto de papeles, se equivocan, con Mi palabra nadie juega, porque la acepta de corazón. Cuando tengan los libritos en vuestras manos, apurarse a remitirlos hacia los cuatro puntos cardinales, diga lo que diga el señor Obispo, no importa, son Revelaciones Privadas y por el derecho canónico tenés el deber de hacerlas conocer en todos lados, comenzando por su Santidad el Papa Juan Pablo II.

No se asusten de todo lo que acabo de decir, porque Artemio en su mente está viendo el terreno y la piedra fundamental.

Los amo mucho, los quiero con toda Mi alma, les agradezco vuestra presencia, digo que tienen un lugar especial en Mi Corazón.

Amén.