Mensaje del 18 de Enero de 1998
Habla Artemio:
Señor, ven Señor Jesús, ven, ven Señor Jesús, llena mi alma del Espíritu Santo para que pueda ser un intérprete valioso para vos Señor, ya sé que soy mísero Señor, ya sé que soy pecador Señor, ya sé que todos los defectos los tengo conmigo pero tengo buena voluntad Señor para escucharte si me hablas Señor, quiero que me hables Señor, quiero que tu Madre me hable y a quien vos quieras que me hable, purifica mi ser, limpia mi alma, sacude el polvo de mis despojos de ser humano y háblame Señor, háblame, háblame Virgen Santa, háblame y que tu voz sea para todos los hombres un Mensaje, como una Profecía, háblame Señor, háblame, háblame Señor y has que tu voz se manifieste en mi voz lo mismo que tu Madre, la Virgen. Ven Señor Jesús, ven Señor Jesús, ven Señor, ven, ven Señor Jesús. Te digo Señor que no es que yo dudara de las cosas que vos me dijiste, pero sabés como somos los seres humanos, siempre con esa pequeña tentación que anda merodeando en nuestro interior. Me impresiona tanto Señor lo que dice tu Madre: “el Templo para el Tercer Milenio que tienes hoy en tus manos ha sido esbozado por Mí bajo la dirección del Ministerio Angélico correspondiente y será la Luz en el tiempo ya fijado por el Padre que sostiene al mismo, la fuerza de Misericordia de Mi Hijo y la acción Co Redentora de que como Madre cumplo y que será reconocida y sentida por los Hijos de la Luz”.
Toda estructura elaborada encierra el propósito de la acción del Milenio entrante: unidad, paz, vivencia de los dones del Espíritu Santo, la ley desde lo alto será vertida y esparcida en los siete rayos que signan este Templo como emblema de la Nueva Alianza de Dios. Esto Señor, esto Señor no lo entiendo: la Nueva Alianza de Dios.
Gloria a ti, que en tu seno engendraste al Hijo, por obra del Espíritu Santo, a tu Hijo Jesús, Gloria a ti María, Gloria a ti, que mi cuerpo y mi alma sean un receptáculo propicio para recibir lo que me irás diciendo.
Dice Nuestra Señora:
Te llama la atención eso de la Nueva Alianza con Dios, significa que una nueva venida del Espíritu Santo, el Nuevo Pentecostés como quería Juan XXIII al convocar al Concilio Vaticano II, evidentemente que requiere todo un replanteo nuevo de lo que debe ser la orientación del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia. No creas que estoy muy conforme con el Sínodo de los Obispos en Latinoamérica y en Roma, no estoy del todo conforme.
Yo creo firmemente que todos lo hacen con buena voluntad y que no niegan la presencia del Espíritu Santo realmente con el énfasis que deben, pero ocurre que están estructurados de tal manera que la Luz que viene del Señor al pasar por ellos pasa como por un tamiz y la mayoría de las cosas son interpretadas en base a ese tamiz, hay honrosas excepciones pero en general prevalecen las que no son excepciones. También pidieron el Espíritu Santo aquellos teólogos que hace muchos años se reunieron para considerar todo lo referente a Juana de Arco y todos esos hombres ilustres, “ilustres” entre comillas, la mandaron a la hoguera, que esto sea un parámetro, no siempre por supuesto para medir muchas veces las acciones de Mis Sacerdotes que de hecho serán Santos varones pero que no están dentro de los que Yo llamo Hijos de la Luz.
Pedir al Espíritu Santo, pedir la fuerza del Espíritu Santo, la lucidez, pedir todo ese conjunto de cosas que son Luz para la mente del hombre, requiere una estructura mental lo suficientemente humilde para que no prevalezca lo que comúnmente llamamos la ley o la justicia sino, sino un corazón que empieza a sentir de nuevo porque hace 2000 años que se lee la Parábola del Buen Samaritano y: ¿cuántos la han vivenciado, la han puesto realmente en práctica?, ¿cuántos bellos discursos he escuchado sobre la Parábola del Buen Samaritano?, ¿cuántos, cuántos?. Sin embargo si estas palabras no pasan o mejor dicho no salen del corazón, no tiene valor, a su vez ese corazón debe antes haberse purificado lo suficiente como para dar lugar al Mensaje que podríamos decir: nuevo, pero que no es nuevo.
Yo no quiero recalcar demasiado los defectos de los hombres ya que Mi Hijo dijo que entre la Ley del Padre y el hombre estaba ÉL, que era la Misericordia, es decir, el fruto del amor para juzgar todas las cosas, de acuerdo, pero Yo creo que el problema fundamental debe entenderse así, nunca pensar en que el Señor, Dios Padre, Dios Hijo, Espíritu Santo, vayan a proceder violentamente salvo que la violencia sea la violencia del amor, todo lo que se diga al respecto usando los métodos de la violencia carecen de valor. No nos podemos hacer la idea de un Dios que crea al hombre libre y luego ese mismo Dios haciendo entrar en vereda al hombre por la fuerza.
Si nos atenemos a muchas cosas del Antiguo Testamento es posible que pensemos así, pero entonces ¿para qué la Sangre de Mi Hijo derramada?, ¿no fue para pagar las deudas y restituir el orden que el Padre imprimió en el universo?, como dice el Génesis cuando el Espíritu del Señor creando al hombre libre, podría emplear métodos de violencia para hacerlo entrar en vereda, en todo caso pensar que cuando el hombre rompe ese orden que debe existir siempre, entonces Él mismo desencadena las tormentas y todos los vendavales y otras formas violentas con las que el hombre se castiga a sí mismo.
Esta reflexión viene a cuento por haber recibido esas Profecías anoche, los días de tinieblas y no sé cuántas cosas más, hay que tener cuidado con las cosas del Señor, no sea que el excesivo celo por ellas nos lleve a entrar dentro de ciertos fanatismos que nunca llegaron a buen puerto.
Todo esto que dije hasta ahora sirve para los Mensajes y Profecías pero también diré algo más al respecto, estamos muy próximos al año dedicado al Espíritu Santo, donde las gracias del Padre lloverán con una fuerza indescriptible que harán temer a muchos hombres, ver tanta fuerza en el Señor, ahora Yo he hablado mucho el año pasado, este año no tanto a pesar de que siempre estuve por acá y dejé hablar, no es que Yo lo haya dejado, sino que habló Mi Hijo teniendo en cuenta que era el año de Jesús.
Ahora bien, es así como se organizaron las cosas para el año próximo, te autorizo a poner en el hall de entrada una alcancía y que en ella diga: poné algo aquí dentro para los que tienen menos que vos, nada más, de cómo administrarás vos ese dinero, no tengo la menor duda, te he observado toda la vida y sé como administrás el dinero. No tengas miedo, no tengas miedo, que no será mal interpretado por nadie y si alguno lo hiciera ya tendrá tiempo de corregirlo, aunque vendrá mucho dinero por otro lado, mucho más del que espera pero todo eso será destinado a otras cosas, esto de la alcancía es importante porque pone en práctica la solidaridad de los hombres.
Yo me complazco en vos, Yo siento que pesan sobre tus espaldas montones de cosas pero no feas, maravillosas, y si uno dice pero lo dice en sentido figurado, no es que tu subconsciente esté interfiriendo Mi Mensaje pero Yo te conozco Mi gusanito y sé cuánto mal te hace cuando ponen piedras en el camino, sé que te hace mucho mal porque cuando uno tuvo tantas piedras en el camino entonces ya está cansado de los golpes, y los dolores hacen que uno pierda el tiempo en reponerse y Yo te necesito siempre en la plenitud de tus facultades porque aquí y en muchas partes los hombres sanarán de sus dolencias en masa, ese será el testimonio que allane el camino de las jerarquías locales, diocesanas, nacionales e internacionales. Ante un ciego que recobra su vista, un enfermo de cáncer que se repone y vuelve a la vida, un sordo que oye, un tullido que ande, ¿pueden negarse los Ministros de la palabra?, aunque algunos se negarán y argumentarán muchas cosas pero en el fondo de su corazón, en el fondo de su corazón sabrán plenamente lo que está pasando y si Yo no elegí a algunos de ellos para esto, sencillamente es porque no me lo han permitido, la coraza de orgullo, de soberbia y de autosuficiencia de la mayoría de los Ministros de la palabra es tan proverbial que parecería que da miedo acercárseles, pero no lo hacen por maldad, ellos creen tener la exclusividad ante Dios y ellos no tienen la exclusividad de nada, el que cree que tiene la exclusividad de Dios todavía no entendió nada, absolutamente nada, aunque se haya pasado los años y años entre libros o haya estado muchas horas delante del Sagrario, la mayoría no entendió por donde van los caminos del Señor, la mayoría no lo entendió.
Ahora vos podrías razonar y decir: ¿entonces yo lo entendí?, Yo me reservo la respuesta, “por las obras los conoceréis”. Puede hacerse en parte, puede hacerse todo junto, depende de..., depende de muchas cosas que lo manejarás a tu gusto y como puedas.
Habla Artemio:
Jesús dice que abra la Sagrada Escritura, he abierto en los Libros de los Salmos, Salmo 37 (36) 1-40:
“Pues los malvados serán extirpados y tendrán la tierra los que esperan al Señor. Sólo un momento y ya no está el impío, si buscas donde estaba ya no lo encontrarás.
Los humildes heredarán la tierra y será grande su prosperidad..
El malo conspira contra el justo, y rechina los dientes contra él.
Pero el Señor se burla de él, porque ve que le llega su hora.
Han desenvainado la espada los malvados y tensado su arco para matar al justo.
Pero su espada les traspasa el corazón y sus arcos se rompen.
Al que es justo le va mejor con poco que al malvado con toda su riqueza.
Porque al malo le quebrarán los brazos, en cambio a los justos los apoya el
Señor.
El Señor cuida los días de los buenos, su herencia será eterna.
Cuando haya escasez no tendrán problemas y tendrán qué comer cuando arrecie el hambre.
Pero los impíos perecerán y sus hijos mendigarán el pan.
Los que odian al Señor desaparecen como flores del prado, y se desvanecen como el humo.
El impío pide fiado y no devuelve, pero el justo es compasivo y comparte.
Los que Él bendice poseerán la tierra, y los que Él maldice serán eliminados.
El Señor guía los pasos del hombre; lo afirma si le gusta su conducta.
Si el bueno cae, no se queda en tierra, porque el Señor lo tiene de la mano.
Fui joven y ahora soy viejo, pero nunca vi a un justo abandonado.
No se ha cansado de dar y prestar: en sus hijos se notará la bendición.
Apártate del mal y has el bien, y tendrás una casa para siempre.
Porque el Señor ama lo que es justo y no abandona jamás a sus amigos.
Los pecadores perecerán para siempre y se acabará la raza de los malos.
Los justos poseerán la tierra y habitarán en ella para siempre.
Medita el justo el dicho de los sabios y si habla, expresa lo que es justo.
Con la ley del Señor en su corazón, sus pasos no vacilan.
El malvado anda espiando al justo y trata siempre de darle muerte.
Pero el Señor no lo deja en sus manos ni permite que sus jueces lo condenen.
Espera en el Señor y sigue su camino, Él te librará de los impíos, y te mantendrá hasta que heredes la tierra; presenciarás la caída de los malos.
He visto al impío, vuelto tirano, elevarse como un cedro del Líbano.
Pasé de nuevo, pero ya no estaba; lo busqué, pero no lo encontré. Observa al perfecto, mira al hombre recto: toda una posteridad tendrá el hombre de paz. Los pecadores, en cambio, de una vez se irán, la raza de los malos será exterminada.
La salvación de los justos viene del Señor, Él es su refugio en tiempos de angustia.
El Señor los ayuda y los libera, salva a cuantos confiaron en Él”.
Abre de nuevo las Sagradas Escrituras, bueno he abierto en el Evangelio de San Juan: “Muchas otras señas milagrosas hizo Jesús en presencia de sus Discípulos que no están escritas en este libro, éstas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios y que por esta fe tengan la vida que él solo puede comunicar. Yo soy la Luz del mundo, el que me sigue no caminará en tinieblas”.
Vuelve a abrir la Sagrada Escritura: “ojalá que escuche hoy día la voz del Señor, no se hagan duros de corazón como pasó en el Altercado, el día de la tentación en el desierto, así me tentaron sus padres y me pusieron a prueba, aunque habían visto mis prodigios durante 40 años. Por eso me enojé en contra de esa generación y dije: siempre andan extraviados, no han reconocido mis caminos, por eso me enojé y declaré con juramento: no, no entrarán en Mi descanso. Y cuidado hermanos que no haya entre ustedes alguien de mal corazón y bastante incrédulo como para apartarte del Dios que vive, más bien anímense mutuamente cada día, mientras dura ese hoy y ninguno de ustedes se deje arrastrar por el pecado y llegue a endurecerse, nosotros tenderemos parte con Cristo con tal que conservemos hasta el fin en toda su firmeza nuestra confianza del principio” .
Fíjense en lo que dice la Escritura: “ojalá que escuche hoy día la voz del Señor, no se hagan duros de corazón como pasó en el altercado”, ¿quiénes son esos que después de haber oído esputaron?, son todos aquellos que salieron de Egipto gracias a Moisés, ¿contra quienes se enojó durante 40 años?, fue contra los que habían pecado, por lo que sus cadáveres quedaron en el desierto, ¿a quienes juró Dios que no entrarían en su descanso?, a aquellos que habían desobedecido, así vemos que se les prohibió la entrada a causa de su falta de fe. Cuidémonos pues, mientras se nos ofrece entrar en el descanso de Dios, ¿qué lástima si alguno de ustedes... . Nosotros también recibimos una Buena Nueva, igual que ellos pero el mensaje que oyeron nos sirvió para los que no compartieron la fe de sus compañeros. Entramos pues en el descanso, con tal que creamos como ya se dijo: por eso me enojé y declaré con juramento: no, no entrarán en el descanso.
Aquí se trata de descanso de Dios y descanso después de sus obras en el principio del mundo, en alguna parte la Escritura dice, a propósito del día séptimo: “y Dios descansó el séptimo día de todas sus obras y en el lugar antes citado: no entraron en Mi descanso” . Sabemos entonces que algunos entrarán en el descanso y los que recibieron primero la Buena Nueva no entraron por causa de su desobediencia, por esta razón Dios dijo, (no se entiende), un día, que llama hoy, diciendo por boca de David, después de tan largo tiempo lo que se recordó arriba: “ojalá que escuche hoy día la voz del Señor, no se hagan duros de corazón”.
Habla Artemio:
Señor Jesús, es magnífico todo lo que nos has dicho, haciéndonos..., haciéndonos descubrir la Sagrada Escritura, Yo Señor, antes de continuar, porque la Madre Teresa quiere hablar, me pondré en el suelo Señor, para humillarme delante de ti y decirte gracias por todo.
También me pide que abra las Sagradas Escrituras que allí está el Mensaje que ella quiere darme en el día de hoy.
He abierto en Apocalipsis 15, 3-4:
"Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor Dios, Todopoderoso.
Justicia y verdad guían tus pasos,
oh Rey de las naciones.
¿Quién no dará honor y gloria
a tu Nombre, oh Señor?.
Tú solo eres Santo,
y todas las naciones vendrán
y se postrarán ante ti,
porque tus fallos se han dado a conocer”.
Abre nuevamente las Sagradas Escrituras, Tobías 11, 14:
"¡Bendito sea Dios!.
¡Bendito su gran Nombre!.
¡Bendito todos tus Ángeles!.
¡Bendito sea su nombre para siempre,
porque me castigó, pero tuvo piedad,
y ahora veo a mi hijo Tobías!”.
Tobías 12, 1-21: “Tobit llamó a su hijo Tobías y le dijo: hijo mío, es necesario que pague su sueldo al hombre que te acompañó. Y debemos añadir algo más. Respondió Tobías: padre, no es demasiado si le doy la mitad de lo que traje. Me ha devuelto sano y salvo, atendió a mi esposa, me guió para recuperar el dinero que tu habías prestado y sanó tu ceguera. Tobit respondió: lo que tú dices, es que le corresponde. Entonces llamó al Ángel y le dijo: recibe como sueldo, la mitad de todo cuanto trajiste. Pero el Ángel, tomándolos aparte, les dijo: bendigan a Dios, denle gracias y proclamen su grandeza ante todos los vivientes por lo que hizo a favor de ustedes. Conviene bendecir a Dios, celebrar su nombre y revelar sus obras. No demoren en darle gracias, ya que es bueno guardar el secreto del rey, pero conviene descubrir y alabar las obras de Dios. Practiquen el bien, porque así nunca les alcanzará el mal. Es buena la oración con ayuno, limosna y justicia. Es mejor tener poco con honradez que mucho con justicia. Es mejor dar al pobre que amontonar tesoros, ya que la limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna tendrán larga vida. Los pecadores y los injustos se dañan a sí mismos. Les voy a decir toda la verdad, sin ocultarles nada. Ya les manifesté que es bueno mantener oculto el secreto del rey y que también es bueno publicar las obras gloriosas de Dios. Sepan entonces que, cuando tu y Sara rezaban, yo presentaba tus oraciones al Señor. Cuando enterrabas a los muertos, yo estaba junto a ti. Cuando te levantabas de la mesa para dar sepultura a los muertos, esto no se me pasó por alto, sino que estaba contigo. Ahora bien, Dios me ha enviado para sanarte a ti y a tu nuera. Yo soy Rafael, uno de los siete Ángeles que tienen entrada a la Gloria del Señor. Temblaron entonces, y los dos cayeron con el rostro en tierra, llenos de terror. Él les dijo: no teman. La paz sea con ustedes. Bendigan siempre al Señor. Cuando estaba con ustedes, no estaba por mi propia voluntad, sino por voluntad de Dios. A Él deben bendecir y cantar todos los días. Ustedes me veían comer y hablar, pero sólo era apariencia. Bendigan ahora y den gracias al Señor; yo me voy al que me ha enviado. Escriban en un libro lo que se ha cumplido. Y enseguida desapareció. Ellos se levantaron, pero ya no lo vieron más. Proclamaron entonces las obras grandes y maravillosas de Dios y cómo se les había aparecido el Ángel de Dios” .
Dice la Madre Teresa de Calcuta:
Yo, la Madre Teresa de Calcuta, hago mía todas estas palabras que se leyeron de la Sagrada Escritura, que me parecen maravillosas y me parece que no hace falta agregar nada más, aunque no haya motivos evidentes, hoy es un día de Gloria, un día de Gloria.
Amén.
Mensaje del 18 de Enero de 1998
Si nos atenemos a muchas cosas del Antiguo Testamento es posible que pensemos así, pero entonces ¿para qué la Sangre de Mi Hijo derramada?, ¿no fue para pagar las deudas y restituir el orden que el Padre imprimió en el universo?.