Mensaje del 27 de Diciembre de 1997

Habla Artemio:

Señor Jesús todas estas personas que están acá de alguna forma esperaban tu presencia Señor y por supuesto de la Virgen y de quien quisiera venir, Señor, no es cuestión de que vengas y que vea solamente yo Señor, sino que también los que están acá, mis hermanos tengan la posibilidad de ver porque vos dijiste que al carisma de las visiones de la profecía, el don de lenguas y discernimiento todos deben aspirar, que no lo vean a Jesús dijiste vos: es porque no me lo pidió de veras y no lo deseó de veras sino me vería. Y ya está acá, se ha puesto sobre la veredita esa.

Dice Jesús:

Doy gracias al Padre por todo lo que están viviendo, estoy emocionado por todo lo que está pasando acá, esto no es común, sale de lo común y cuando hay muchos reunidos o todo por lo que pasó hoy, entonces tengo que decirles que el Cielo y la Tierra están cantando himnos de alabanzas por todo, Yo los bendigo a todos muy especialmente pero especialmente a los dueños de la casa que hicieron posible todo esto, quieran o no un vagón de gracias está a vuestra disposición y a vos te digo que no me pediste nada al venir acá y hoy Yo te respondí.

Ustedes saben estas cosas, que Yo estoy viendo la presencia amorosa de todos ustedes, la presencia cariñosa que veo en vuestros rostros conmueve Mi Corazón porque una parte Mía es sobrenatural porque Yo soy el Hijo del Padre y formo parte de la Santísima Trinidad pero Yo también tengo Mi aspecto humano, en consecuencia gozo, sufro, disfruto, amo exactamente como ustedes piensen que todas las hierbas del campo, los arbustos, los árboles, los pájaros en sus nidos, el rumor de las hojas de los árboles, todo está entonando un himno de acción de gracias porque vuestra presencia y vuestra oración ha llegado también a todos los extremos de la Tierra, no exagero si les digo que en este momento la historia de la humanidad está pasando por acá, a lo mejor les parece enorme y descabellado lo que dije, pero sí, es cierto, si no quieren confiar en Mi palabra es problema de ustedes, pero en este momento la historia de la humanidad pasa a esta casa y pasa por ustedes.

De Artemio no se preocupen porque él es un gusanito querido Mío que lo llevo, lo traigo, lo pongo, lo saco, lo dejo, a pesar de su protesta, a pesar de ser porfiado, porfiado por las cosas Mías. No hace mucho viene a esta tierra bendecida especialmente por Mí, Yo quiero a todas las provincias y quiero a todos los continentes pero tengan presente que este pedazo de tierra que se llama Catamarca tiene un lugarcito muy especial en Mi Corazón y la otra vez que estuve les expliqué que les puedo asegurar que todos los pedidos que me hicieron en este día, y ahora ustedes analizando todo en la sanación, han sido concedidos, pero algunos demoran más tiempo que otros, pero algunos ya se van a su casa con lo que pidieron y otros tendrán que esperar el momento justo, oportuno porque Yo no hago nada ni antes ni después que cuando corresponde.

Esto puede tomarse totalmente para los Mensajes y Profecías de este año para que todos se enteren de cuerpo presente, Mi Madre, la Madre Teresa y otros, San Benito, para decirles a todo el mundo repito: que no me interesa los grandes o pequeños grupos, sí me interesa la generosidad de todos los corazones, la disponibilidad para darse al hermano y sobre todo el amor que acá se ve, tengan todos Mi especial bendición y la seguridad de que los guardo en lo profundo de Mi Corazón.

Habla Artemio:

Habla la Virgen María, Jesús estaba vestido como el Sagrado Corazón y la Virgen María está vestida como Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, con rayos que le salen de las manos hacia abajo, con estrellitas arriba y todo el manto celeste, el vestido blanco, blanco crudo.

Dice Nuestra Señora:

Solamente alguna palabra, los amo con todo Mi Corazón, con todas Mis fuerzas y tengan la seguridad que voy a ser Mediadora de todo lo que han pedido ante Mi Hijo, por el que me nombró desde el comienzo cuando me coronó Reina y Señora de todo lo creado, me nombró Mediadora de todas las Gracias.

No se olviden nunca de eso, puede que le pidan a Mi Hijo algo y les parece a lo mejor que Él se hace el sordo, pero cuando me piden algo a Mí para que se lo pida a Mi Hijo pierdan cuidado que Él se los dará.

No voy a decir sus nombres pero bendigo muy especialmente a siete mujeres de las que están presentes acá esta noche, ustedes dirán: ¿cómo sabemos?, ya lo van a saber antes que termine la reunión cuando van a sentir Mi bendición especial.

Habla Artemio:

San Benito de Nursia dice pocas palabras, normalmente San Benito habla poco, ustedes saben que es el protector de todas las cosas malas.

Dice San Benito de Nursia:

Hace ya unos cuantos días que estoy montando guardia por estos lugares, porque uno que yo no quiero nombrar anda muy nervioso porque no le gusta ni medio lo que está pasando acá, no lo nombro pero ustedes saben a quién me refiero. No se olviden de invocarme siempre que necesitan protección contra todo mal, que yo intercederé delante del Señor para que los proteja.

Habla Artemio:

La Madre Teresa habla ahora, está haciendo señas y más señas porque quiere hablar.

Dice la Madre Teresa:

La primera vez que vine a este lugar no dije una palabra porque no me gustó cuando me trataste de petisa, te dije: ¿qué tenés vos en contra de los petisos?.

Hoy sí voy a decir algo, aunque vuelvo a repetir lo que dije tantas veces, ¿saben una cosa?, estoy muy bien acá, “del otro lado”, pero me falta algo: mis pobres, ¡acá no hay pobres!, y yo te dije que me iba a quedar siempre en tu casa porque me gustaba este lugar, porque tenía muchas cosas en común con vos y ahora te digo otra: ¡te digo que todo esto me gusta, me enardece, me pone los pelos de punta!.

Quiero hacer ahora un pequeño comentario respecto a que parecería que las partes de la Biblia que aparecieron hoy cuando la abrieron no decían muchas cosas y vos agregaste muchas por tu cuenta, ocurre que por todo lo que pasó hoy, (nadie se agrande por eso), lo que pasó hoy fue las mismísima Biblia abierta en cada ser humano que se fue con sus expectativas cumplidas y todo el amor que cada uno puso en sus cosas. Les voy a decir algo que copio de San Juan Bautista Vianney, el Patrono de los Sacerdotes: si hubiera muchos hombres como ustedes, el reino del siniestro estaría perdido. Estoy disfrutando y seguiré disfrutando de todo, acuérdense de pedir mi intercesión para todo lo que necesitan porque estoy dispuesta a pedirle al Señor todo lo que pidan. Acuérdense que una de mis características es la rapidez, toda mi vida viví apurada porque mis pobres, que se morían de hambre, tampoco tenían tiempo y por eso a mi se me quedó el hábito del apuro. Por eso cuando quieran pedirle algo al Señor pídanmelo a mí, que yo rápidamente intercederé ante el Señor.

¡No saben cuánto los amo, cuánto los quiero!, y repito también que de esta casa voy a hacer mi casa.

Amén.