Mensaje del 08 de Noviembre de 1997
Dice Jesús:
Vos tendrás que enseñarme, ahora dentro de esa perspectiva también están los Santos, las vidas ejemplares que poblaron el mundo a través de los tiempos y en este tiempo, que son antecesores maravillosos delante de Mamá, Mi Madre y delante de Mí, ellos forman parte de toda esa familia maravillosa que intercede continuamente delante de Mí. Cuántos hay por ejemplo que llevan en sus cuellos Nuestra Señora con cualquier nombre pero cuántos de ellos saben que todas esas medallas de Nuestra Señora son exactamente iguales, porque son de Mi Madre, la Virgen María, entonces si Yo tengo devoción por una de ellas, bueno podré invocarla, es decir Virgen María con el nombre este yo te invoco pero no decir que esta es más milagrosa que la otra porque eso es una ignorancia que directamente no, no tiene sentido.
Hay que profundizar los Mensajes a Santa Faustina pero lo que estoy diciendo esta noche por ejemplo no está en los Mensajes de Santa Faustina en absoluto, no tendría porqué repetir cosas que le dije a ella, además hay otra cosa que tener en cuenta, todos los Mensajes y Profecías que ustedes fueron recibiendo en todo este tiempo, ¿si tienen relación con vos?, mucha, por supuesto y con los demás miembros del grupo, todos los hermanos, por supuesto tienen relación pero directamente parecería que en Santa Faustina o en Santa Margarita María Alocoque o en Santa Catalina Laburé ¿verdad?, en esos casos parecería que hay una relación muy personal entre esos Santos y Mi persona o la persona de la Virgen donde hay también un crecimiento personal, donde directamente se mezcla el mensaje junto al crecimiento de la persona que lo está recibiendo, claro que sí, pero acá es diferente, acá es muy diferente, ¿por qué?, porque el problema es desde un comienzo anunciar la venida del Nuevo Pentecostés, es decir, un florecimiento enormemente nuevo y grande de la Iglesia en el Tercer Milenio, eso no quita que haya consejos personales, particulares para ustedes, por supuesto, pero hay un objetivo bien claro cómo tendrá que ser el Tercer Milenio, qué características tendrá que tener, cómo tendrá que estar organizada la sociedad, cómo deberán hacerse todas las cosas, cómo deberá pasar todo.
El otro día les hablaba sobre la necesidad de que Yo no les diga tantas cosas sino que ustedes tienen que apelar en forma compulsiva al Espíritu Santo para que los ilumine en forma dramática todo lo que hay que hacer y no solamente ustedes sino todos aquellos Ministros de la palabra que tendrán en sus manos elaborar planes audaces y magníficos para transformar toda una realidad. Que se entienda bien todo esto, esto es como el de muchos Santos, un diario íntimo, donde el alma de la persona que recibía los Mensajes iba creciendo en espiritualidad y prácticamente era como un ejercicio constante de Santidad para la persona que lo recibía, no es que Yo suponga y de antemano tu Santidad que puede estar o no, me guardo el concepto, pero te hago depositario de todo un conjunto de verdades para que esas verdades se comuniquen a todos lados, a los cuatro puntos cardinales, sin necesidad que nadie tenga necesidad de traducir o interpretar las cosas porque soy siempre tremendamente claro al decir todo, tremendamente claro. Por eso te repito con tanta insistencia: quien tiene oídos para oír que oiga y quien tiene ojos para ver que vea, todo está muy claro.
Ahora por supuesto que esto es una parte de la cuestión, todo esto será como quien dice: rellenado por la obra de la Gracia, porque sino el Tercer Milenio no va a tener las características que Yo quiero que tenga el Nuevo Pentecostés; florecerá las montañas yertas, se cubrirán de verdor, aparecerán oasis en los desiertos, las flores brotarán de entre las piedras y hasta en aquellos lugares inhóspitos, habrá pájaros de colores que con sus gorjeos estarán cantando loas al Creador por todo lo que está pasando; es decir, ocurrirán tantas cosas y tan prodigiosas, tantas y tan prodigiosas que tienen que dejar maravillado al hombre y cuando hablo de que en medio del desierto florecerán las plantas y los lugares inhóspitos se pondrán llenos de verdor, me estoy refiriendo sí, también, a la realidad de una flor que nace en el desierto pero me estoy refiriendo sobre todo a que la justicia, el orden, el derecho y todos aquellos elementos que van a hacer crecer a la persona humana, los que atienden a la dignidad de la persona humana van a prevalecer sobre otros, ya sé que el nuevo orden traerá aparejado cincuenta mil inconvenientes diferentes y aparecerán otras formas de malignidad en el mundo.
Esto está clarísimo pero para eso habrá que seguir en esa lucha constante entre el bien y el mal, creo que soy suficientemente claro en todo, no se llamen a engaños, Yo soy la Misericordia, soy el amor por excelencia pero no confundan amor y Misericordia con estupidez, Yo no puedo ni por casualidad violar un corazón humano para decirle: te amo, si estoy ansioso esperando que ese corazón se abra y me diga: ven, entra en mi casa Señor que tal vez nunca te esperé pero ahora descubrí que es lo único que puede hacerme feliz, tu amor, porque ese amor que me darás Señor no es por un día o dos, cinco, diez, sino que será por toda una eternidad, toda la eternidad.
Dejaremos ahora a la Madre Teresa para que ella diga su palabra, porque según tengo entendido, por lo que oí, ella siempre quiere venir acá y de paso las palabras de la Madre Teresa entiéndanlas como una forma de Santidad del Tercer Milenio que justamente es una Santidad, no sé si diferente pero con matices distintos a otro tipo de Santidad.
Siento que a lo mejor puedo ser demasiado extenso en lo que Yo digo pero los Mensajes y Profecías tienen que estar completos, porque no es solamente esto un juego de niños acá sino que van dirigidos a toda una humanidad, que en el fondo está esperando que se prenda una pequeña lucecita para alumbrar el tenebroso camino por donde están transitando.
Dice la Madre Teresa:
Jesús dijo que yo representaba una forma de Santidad diferente, no sé si será exactamente así, pero si Jesús lo dijo, será seguramente así, ¿y qué quiere decir todo eso?, yo creo que merece una aclaración, porque los moldes cristianos seguirán siendo los mismos que tiene el Evangelio, a través de todos los tiempos. La Sagrada Escritura es una y lo seguirá siendo por todos los tiempos, pero puede haber matices, aspectos, o una cierta manera de encarar las cosas y mi manera de decir las cosas es hacerlas compulsivamente, es decir con la mayor rapidez posible, porque como ya dije cincuenta veces, yo siempre creía que tenía poco tiempo, mi problema fue tener poco tiempo, ¡poco tiempo!, ¿por qué el poco tiempo?, porque cuando alguien espera con el estómago vacío no tiene mucho tiempo para esperar.
No me digan que repito las cosas, ¡hay que repetir las cosas para que se hagan carne en las personas y en forma dramática muchas veces!, todo esto está indicando que incluso mi forma de orar es trabajando, eso no quiere decir que en el trabajo no esté orando, diciendo una oración, pero también cuando mis manos se mueven, mis pies se mueven, mi cuerpo se mueve y mi corazón se mueve están diciendo una oración, ¿o acaso llenar la boca de un hambriento con comida no es una forma de decir: “Padre Nuestro que estás en los Cielos”?, porque le estoy llenando la boca a mi hermano que tiene hambre, y por eso estoy diciendo: “Padre Nuestro que estás en los Cielos”, porque este es mi hermano, que ni sé cómo se llama, pero sé que está hambriento, que está necesitado. Tal vez ustedes no tengan que moverse entre hambrientos como he tenido que moverme yo, ¡pero cuidado!, ustedes tienen entre ustedes un montón de hambrientos de otra naturaleza, que son los hambrientos de amor y que pasan desapercibidos dentro de la sociedad. Yo diría que si las tres cuartas partes de la población mundial se acuesta con hambre, con hambre de pan, las cuatro partes, es decir la totalidad de la población del mundo se acuesta con hambre de amor.
El mundo tiene una fachada, el mundo presenta una cara, el mundo da a conocer un montón de cosas, pero detrás de esa fachada, de esa careta, de esa máscara, está el hombre real y concreto, ese hombre que por haber perdido el rumbo no tiene un poquito de amor en su vida, incluso engendran hijos sin amor, trabajan sin amor, recogen flores en el valle sin amor y viven tratando con sus semejantes cercanos sin poner en práctica el más mínimo amor, y cuando digo poner en práctica deben tomarlo como una forma de decir. El amor no se pone en práctica, ¡el amor se vive!, se vive de una manera, es decir que no se practica ni se ejercita, se vive de una manera amorosa, esa manera amorosa de vivir es la que yo pretendo para todos aquellos que quieren seguir y de alguna forma están siguiendo mis principios. Una forma de vivir que enfrente a las cosas y al mundo, una forma de considerar la realidad, una forma de responder concreta y definitiva a lo que el hombre necesita.
Hermanos, no hace falta ir muy lejos para encontrarse con el que está carenciado de amor, aquél que tenés cerca todos los días, tus familiares, tus vecinos, las personas con las cuáles tratas diariamente están esperando de vos una sonrisa, una palabra de afecto, están esperando un conjunto de reacciones y actitudes tuyas que le den vida, que le infundan vida, que le den sangre para que corra por sus venas. Y vos podés dar esa sangre dando amor, pero no dando, sino dándote vos mismo y para darse así hay que hacer un ejercicio grande de despojarse totalmente de todas aquellas cosas que nos impiden acercarnos a los otros, tirarlas a un costado, quemarlas y entregarse así, simple y sencillamente, así como una hoja cae del árbol o una planta nace en la tierra fresca, así de espontáneamente, con aquella fe de la que hablaba Jesús a Sor Faustina, que debe ser como la de un niño, crédula, sincera, genuina, simple.
Es decir mis hermanos, que mi llamado es a dejar al hombre viejo y entrar en la piel del hombre nuevo, que no es difícil, que es cuestión de cambiar actitudes, que es cuestión de mirar al otro lado con una mirada distinta de la que tuve hasta ahora, donde todo tenga que volverlo a revisar, a ver si realmente lo que un día dí valía la pena y si realmente dí o fue una manera de calmar mi conciencia para que no haya remordimientos. ¡Revistámonos entonces hermanos del hombre nuevo!, es decir, del hombre en la plena comunión divina, cósmica, del hombre que se amigó con las plantas y los animales, pero sobre todo del que ve a sus semejantes como hermanos, pero los ve como hermanos sintiéndolo en lo profundo del corazón, a aquel hermano que huele mal, a aquel que tiene su cuerpo sucio, a aquel hermano que tiene las heridas sangrando, a aquel hermano que tiene costras en su piel por los más diversos motivos, a aquel hermano que tiene cualquier color, a aquel hermano que me está pidiendo con su mirada que no de una pequeña porción de afecto sino que me de yo mismo totalmente, porque esa es la única forma que existe de dar con eficiencia: darse totalmente a uno mismo.
¡Hermanos los amo, los amo con todo mi corazón!, por eso estoy firme en todas vuestras reuniones, pero no crean que solamente estoy en vuestras reuniones, me paseo por vuestra casa y me siento aquí, en el sillón, para ver pasar los enfermos. Ya he visitado todas las casas de ustedes, aunque no me han visto, pero seguramente después de que me fui habrían sentido que todo era diferente, que todo era distinto, que alguien había pasado por ahí y que quien había pasado por ahí tenía dentro de sí el amor total y definitivo por Jesús, por su Madre, por Dios Padre y por Dios Espíritu Santo, entonces toda esa casa quedó impregnada de ese paso que yo di por ella y ustedes tal vez ni se acordaron de mí, pero yo los visité, les ví mientras hacían la comida, cuando ordenaban la carne, cuando estaban en el trabajo y fui recorriendo todo y los he mirado a cada uno largamente; ustedes dirán: ¿por qué todo esto?, ¡es que siempre a uno le interesa saber qué hacen los que uno ama!.
Amén.
Mensaje del 08 de Noviembre de 1997
Esto está clarísimo pero para eso habrá que seguir en esa lucha constante entre el bien y el mal, creo que soy suficientemente claro en todo, no se llamen a engaños, Yo soy la Misericordia, soy el amor por excelencia pero no confundan amor y Misericordia con estupidez.