Mensaje del 27 de Septiembre de 1997

Habla Artemio:

Hoy es como 27 de Septiembre, día de San Vicente de Paul.

Bueno Señor, tomamos un poco a risa las cosas pero no que las tomemos para reírnos, nos reímos porque es como aquellos chicos que encuentran alguna cosa linda para jugar, para divertirse o para pensar y se ponen a reír ¿no?, no lo hacemos por mal ni mucho menos, es decir es como si uno descubriera cosas Señor y al descubrirlas les causara gracia ¿no?. Es como el otro día cuando yo hablaba con el siniestro ¿no?, mi intención sí era sacárselo a la chica, según él era un regimiento, un ejército digo pero en un momento dado así medio de joda empecé a tirarle de la lengua, después Jesús me pegó un reto bárbaro, le empecé a preguntar si había muchos en Posse, si tenía muchos amigos en Posse, pero vieran como la despreciaba... .

Bueno, muy bien, se acabó la chanza y Señor como siempre te esperamos, esperamos que vengas y nos digas, no sé si vendrás solo o acompañado, no sé si querés acelerar mucho esto de los temas y de las Profecías, no sé, no sé, no sé, ni hoy me hiciste ningún adelanto de qué es lo que ibas a decir ni tampoco me alentaste si venías, nada, absolutamente nada, no sé por qué pero en ese sentido estaba como pinchado esta mañana yo, en el sentido de que iba a pasar esta tarde, a veces tengo Señor algún anticipo, vos me decís algo, esta mañana nada, absolutamente nada, no importa, eso no quiere decir nada.

Bueno Señor esperamos que vengas, bueno Señor Jesús si vos querés venir, si no querés no vengas…, bueno está Jesús, la Madre Teresa y la Virgen. Habla la Virgen.

Dice la Virgen:

La oración que hiciste hoy, la de ofrecer la sangre de Jesús en el altar del Padre por Mi intermedio no está escrito en ningún lado y te sugiero que hagas una Oración usando, usando esos elementos.

La Oración podría ser así:

Por intercesión de todos mis Santos Protectores y todos aquellos que quieren sumarse a la protección, además la intercesión de todas las ánimas del Purgatorio, desde las más pequeñas y desvalidas, hasta las que estén más cerca de la Bienaventuranza, que todos intercedan delante de Nuestra Señora, la Virgen María, con todas sus advocaciones, es decir con todos los nombres que recibe. No hace falta poner Nuestra Señora del Valle, Nuestra Señora de Luján, Nuestra Señora..., nada, aunque en una de esas podría ponerse como ejemplo para que la gente no se confunda y piensen que Nuestra Señora de Luján es otra cosa que Nuestra Señora de Lourdes y otra cosa que María Santísima, podría aclararse eso, sí señor, podría aclararse.

Entonces, todos piden la intercesión a la Virgen María en todas sus advocaciones, es decir en todos sus nombres porque soy Mediadora de todas las Gracias y todos me piden, después vos lo redactas en primera persona, y todos me piden que ofrezca toda la sangre que derramó Jesús en el Huerto de los Olivos cuando fue abandonado por sus Discípulos, toda la sangre que derramó en el camino del calvario, la sangre de su hombre en el camino del calvario y el lanzazo final en la cruz y la sangre que derramó en otras torturas que le hicieron. Entre paréntesis (por ahora no podés nombrarlas porque se escandalizarían muchos, se refiere a los testículos). Entonces, que ofrezcan que María, Yo, ofrezcan en honor al Padre toda la sangre, tantas veces como átomos tiene el universo, a cada instante en el altar del Padre y que todos los méritos, gracias, redenciones que se desprende de todo se apliquen para todas las necesidades que tiene el mundo, de todo tipo, sean físicas, psíquicas y espirituales y que esa misma sangre sirva para alejar de las personas al siniestro, agregando: sabemos Padre Santo que no te negarás ni a recibir la sangre de tu Hijo ni te negarás a derramar todas las gracias y bendiciones que de ello se desprende sobre la humanidad.

Que esta Oración, a la cual puede mejorarse un poco en su redacción sirva como unas de las Oraciones para rezar para el Tercer Milenio, es decir que esta Oración se considere con la fuerza tremenda de que hace posible sobre la Tierra un Nuevo Pentecostés.

Habla Artemio:

Señora es maravilloso lo que acabás de decir, ahora en parte es la Oración que yo hacía durante muchos años, casi cuarenta.

Dice Nuestra Señora:

Sí, pero Yo agregué otras cosas.

Habla Artemio:

Sí, ya he visto que agregaste otras cosas.

Dice Nuestra Señora:

No te olvidés de decir: a cada instante ¿eh?, a cada instante, tantas veces como átomos tiene el universo, que eso también es infinito y así serán de infinitas las gracias. Que maravilla, dicho simbólicamente: brotarán aguas de los desiertos, florecerá la planta que nació sobre la piedra, dará frutos incluso el arbusto más diminuto y estará coronando todo este montón de gracias un himno de todos los Ángeles, Arcángeles, Querubines, Potestades, Tronos, Reyes y un coro que anunciará como dice el poeta, que anunciará en la noche del alma un aurora.

Ya no hablaré más por hoy, porque lo que he dicho, lo que acabo de decir está cubriendo toda la Tierra, toda…

Se terminó la cinta………………………………….