Mensaje del 15 de Junio de 1997
Habla Artemio:
Hoy es domingo 15 de Junio, (19:20 hs).
Puse el cassette en el grabador para grabar algunos párrafos de los escritos de Sor Faustina en su diálogo con el Señor de la Misericordia, entonces sentí dentro de mí alguien que me dijo: por qué no grabás tus propios pensamientos los que yo te vaya dictando.
Ven Señor Jesús, ven Madre de Jesús, Virgen Santa y dime todo lo que quieras, díganme todo lo que quieran.
Dice Jesús:
Ya pasó casi un año y medio o más en que empezaron estos diálogos entre nosotros y vos, todo está muy lindo, no hay nada objetable dentro de todo lo que se ha escrito, eso significa que el Señor no dejó filtrar absolutamente nada que no fuesen palabras de Él, María o de los Santos. Ahora bien, hace falta resolver ese problema de Reina del Espíritu Santo, es posible que Nuestra Señora... (se corta la grabación)... es posible que Nuestra Señora lo haya dicho en un sentido figurado, ahora bien, es importante que todos los Mensajes guarden una relación entre sí o al menos quien los interpreta interpreten esa relación entre cada una de las palabras que puede decir Jesús o la Virgen o los Santos.
Si vamos a mirar en las Profecías y Mensaje del año 1996 existe materia para elaborar todo un cuerpo de doctrina, de eso no me cabe ninguna duda...
Habla Artemio:
Está hablando Jesús.
Dice Jesús:
Pero es posible que haya necesidad de entrar más en detalles en todos los órdenes porque si en los Documentos que se elaboran en el Vaticano las Cartas de su Santidad el Papa, los discursos dados en los diversos países que él visita, aquí en América cuánto no se habló y se dijo pero no se le ha dado la importancia que realmente corresponde que se le de, Yo me pregunto: ¿qué es lo que pasa que los hombres lleven hábito o no, estén consagrados o no, repiten las palabras y repiten las palabras como si pasaran al lado de su corazón y no se embebieran de la sangre de su propio ser, debe ser por eso que no llega ningún mensaje. Vos has visto por ejemplo esta mañana en el sermón del Sacerdote ¿qué palabras dijo que pudiesen haber llegado a las personas que estaban presentes?, pensá en las personas que estaban presentes, a nadie le ha llegado prácticamente nada, yo no entiendo por qué los Ministros de la palabra si están consagrados a Mi, si debieran vibrar de emoción porque tienen un púlpito donde decir cosas no vibran al compás de la palabra, del Evangelio. Vos te acordás cuando enseñabas y que cada una de las cosas que decías antes parecía que pasaban por tu corazón, le ponías el ingrediente de tu sangre y también a veces el ingrediente de tus lágrimas y de alguna forma llegaba a todos, ¿por qué los Ministros de la palabra no harán lo mismo?, ¿qué es lo que ocurre?, ¿están secos de afecto?, ¿les hará falta también un afecto humano para poder vibrar más?.
Ahora Yo digo, cuando la mente y el corazón están muy cerca de Mí, muy, muy cerca de Mí, aunque pasen ráfagas de afectos humanos no hay ningún pecado en eso, al contrario, a veces pegarse un poquito a un afecto humano da la impresión que se vibrara más al unísono con Mi palabra, porque hay una comprensión mucho mayor, tremendamente mayor de lo que es el dolor, el amor, la alegría, la felicidad humana.
Quiero decir con esto que en todos los órdenes si los hombres han entendido que palpita en ellos su humanidad, es decir que tienen un cuerpo y un alma y ese cuerpo lleno de todas las cosas que debe tener un cuerpo, en consecuencia no se puede razonar, pensar, dilucidar, discernir, aclarar, completar si no se pasa por la fibra humana. Vos ayer en la reunión dijiste con tanta claridad una cosa, Yo sabía que Lázaro iba a resucitar, sin embargo era Mi amigo y Yo derramé lágrimas por él, cómo habría que decirles a todos aquellos que llevan Mi palabra, cómo habría que decirles para que entiendan que si hablan el lenguaje del mundo no por eso se van a contaminar en forma negativa con el mundo.
No es posible hablar en abstracto, somos seres sexuados, somos seres que palpitamos al unísono con el corazón de los hombres, hablo de Mi parte humana, entonces Mi palabra, refiriéndome a alguien que esté predicando Mi palabra saldrá o la pronunciará de una forma muy distinta si en vez de mirar al vacío o en el vacío mientras habla se fija en cada una de las personas que están allí paradas, arrodilladas o manifestando su devoción de alguna manera, por qué no se pasearán en medio de la gente y le dirán cosas que Yo les inspiraré al mirar los rostros lánguidos o alegres o tristes o compungidos, no, Yo directamente inspiraré palabras oportunas, adecuadas, convincentes para que cada uno de los que están allí y que han ido a Misa y que participan de los ritos religiosos pero también necesitan llevarse la palabra de ese hombre que les habla, que les dice, que les comprende, que les quiere, por qué no poner una mano sobre el hombro, por qué no hacer algún gesto con las manos que sean para llegar más al hombre. Si un hombre que habla de Mí, de Mi Evangelio se pasea entre los otros hombres o mujeres verá en sus ojos un montón de preguntas y surgirán un montón de respuestas: ¿qué es lo que les preocupa?, ¿qué es lo que les da miedo?, ¿decir alguna cosa que se salga de la doctrina, que se salga de las Sagradas Escrituras?, suponiendo que alguna palabra no sea tan bien interpretada, suponiendo que algún mensaje no sea recibido en la forma correcta como debe ser recibido, no hay que olvidar que todo aquello que se dice con amor, aunque en el fondo sea un error pero la Providencia se encarga de que no haga ningún tipo de daño, porque si los hombres ensayan tantos sus palabras para hablar con los seres humanos es posible que ya no esté el ser humano allí, no esté allí ni en ningún lado sino que sea un hombre fabricado en la mente del que habla. ¿Quiere decir esto que a los Sacerdotes les falta más humanidad?, es posible, es muy posible.
Caramba, es importante, claro que sí, que se atienda a la gente cuando va a pedir una Misa o cualquier otra cosa, ese trabajo puede hacerlo una secretaria eficiente, una secretaria o secretario que haya entendido por dónde van las cosas y que el Sacerdote tenga en esas personas la suficiente confianza como para permitirles aconsejar, dirigir, asesorar, porque si quieren hacerlo todos ellos nunca lo van a poder lograr, deleguen en laicos que estén probados por supuesto pero no probados tanto por su intelectualidad o por la cantidad más o menos grande de teología que sepan, no, el problema apunta a que si un laico tiene su corazón vibrando plenamente al diapasón con el Mío entonces será muy difícil que se equivoque, además si hay cosas puntuales que señalar por qué no abrir Documentos y leer en común alguna cosa para dilucidarla, para discernirla, por qué tanto miedo en que se cometan errores con Mi doctrina. Yo diría que no hay que ignorar todos los primeros tiempos de la Iglesia, pónganse a contar los cientos y cientos de filósofos que arman sus argumentaciones sobre el Cielo, la Tierra, Jesús, los Santos, los Ángeles que realmente mirándolos ahora, habiendo pasado el tiempo da hasta pena de que pudieron haber interpretado tan mal las cosas, pero eso no hizo daño porque lentamente el Espíritu Santo fue inspirando a todas esas personas y aquellos escritos de los padres apologistas y aquellos que querían ser apologistas pero todavía no habían recibido plenamente el Espíritu Santo decían las cosas de cualquier forma pero había en ellos rectitud de conciencia y entonces el error era relativo porque ya llegaba alguien en la vida de esa persona que corregía esos errores y a veces no eran errores, eran puntos de vista sobre situaciones concretas, porque no deben olvidar que el Cristianismo irrumpe dentro del imperio romano, había montones de costumbres judías, hay influencias griegas y de todo el mundo conocido de ese entonces, por lo tanto no se podía aspirar a una pureza de doctrina, no se podía aspirar a una pureza de doctrina porque había muchas influencias negativas, erróneas que no estaban justamente respondiendo a la realidad del Evangelio; entonces si nosotros comprendemos como el Espíritu Santo fue manejando todas las cosas para que cada día se aclararan más, por qué no pensar hoy que si se delega en laicos la posibilidad de orientar las almas de los fieles, piensen también que si bien pueden cometer errores pero prácticamente no lo son porque si alguien está probado en el amor dejen que la Divina Providencia, dejen que la Divina Providencia vaya corrigiendo...
Habla Artemio:
A lo mejor Señor al interrumpir tus consejos y tu conversación puede que algunas cosas no coincidan pero confío en que me seguís iluminando y seguís hablando como corresponde.
Estábamos en la necesidad de..., ¿te acordás Señor?, en la necesidad decías vos de que haya laicos por donde... (se interrumpe la grabación)..., yo sé que vos lo entiendes todo Señor y que el teléfono llamó pero también estás vos detrás de esa llamada telefónica para que esa criatura piense, cuide y haga lo que debe hacer. Señor, no podría yo... (se dio vuelta la cinta)..., Señor, vos no te das cuenta que yo no podía dejar de atender ese llamado porque en primera y última instancia es lo que vos me estás diciendo a mí entonces no te ofendas que yo haga interrumpido el diálogo Señor.
Dice Jesús:
No, por supuesto que no, por supuesto que no, no hacía falta que aclararas nada, absolutamente nada, volviendo a lo que decíamos antes, todo eso que te dije respecto a la necesidad de laicos que hagan vibrar su corazón en diapasón de Mi Evangelio y a Mí no me importa tanta o poca teología, tal vez en algunas cosas me alegre la poca teología porque cuando uno racionaliza demasiado Mis cosas y Mi Misericordia entonces se hecha todo a perder. Yo no te quiero halagar, no quiero que te envanezcas por lo que pueda decirte pero a pesar de que algunos juicios tuyos son un poco temerarios Yo te puedo asegurar Artemio que nunca te has salido ni siquiera en una coma de lo que Yo digo o quiero decir en el Evangelio, al contrario, me admira hasta qué punto argumentas cosas y las circunstancias te llevan a argumentarlas y con desesperación vas al fondo de tu alma esperando que Mi Espíritu te diga lo que conviene, Yo no sé por qué, por querer tener tanto celo en cuanto a que Mi palabra sea llevada con una pureza total.
Sí, es cierto, yo lo quiero eso pero la realidad hace que a veces haya necesidad de pasos o un verdadero proceso hasta llegar a descubrir plenamente Mi palabra en aquél que escucha, que no podemos ser difíciles, ni cerrados ni estrictos al máximo cuando aquella pobre persona que está delante tuyo pidiéndote de alguna forma conocerme, pobre no sabe ni leer ni escribir, ni ha tenido el roce ni la influencia de personas que pudieron decirle: qué está bien y qué está mal. No lo quiero relativisar todo, no me interpretes mal pero cuando le dices por ejemplo a esa mujer o a ese hombre analfabeto que como no puede leer las oraciones, no puede leer lo que dice una estampa detrás, vos le decís casi con lágrimas en los ojos: tomá esta imagen o este Rosario que todavía no sabés rezar y apretalo contra tu corazón y hablale al Señor con tos propias palabras, decile qué necesitás, decile qué es lo que te hace falta y también decile que el Señor te inspire para que hagas las cosas bien, no sé como lo vería algún teólogo o estos Ministros de la palabra que son tan puritanos, tan tremendamente puritanos, pero vos seguí haciéndolo así como Yo te inspiro que no te vas a equivocar, aunque ciertas soluciones no sean tan ortodoxas ni tan perfectas, no te olvides Mi querido, no te olvides Mi querido que lo químicamente puro en las relaciones humanas no existe. Te lo repito, lo químicamente puro en las relaciones humanas no existe, entonces no queda otra alternativa que asumir la realidad tal cual como se presenta y de ahí edificar.
A veces..., a veces es posible que al terminar una sanación en ese beso que das sobre la cabeza, no de todos, de algunos, parecería como si escucharas, me escucharas a Mí a quién sí y a quien no, te puedo asegurar que en ese beso hay cientos de oraciones que se aplican a ese ser humano.
Por eso, si en las Pprofecías y Mensajes del año pasado Mi Madre dice que hay que ser creativo en las oraciones, evidentemente que vos has aprendido muy bien las lecciones y pasará con todas esas Profecías y esos Mensajes, lentamente todo se va a ir viendo pero mientras tanto sirven para que te aclare a vos cuál es Mi palabra, qué es lo que Yo quiero, adónde quiero llegar, cuáles son Mis objetivos, si todos aquellos que hablan en Mi nombre se pusieran solamente un momento a pensar en la Parábola del Buen Samaritano o se pusieran a pensar en la mujer que me tocó el manto o en Zaqueo, o bien en Mi relación con Lázaro, con los Discípulos, con Marta, con María, si se pusieran a meditar un poco sobre todo eso, porque las palabras son siempre las mismas, solamente que una meditación profunda o un ahondar las cosas con la iluminación del Espíritu Santo hace que se descubran cosas muy jugosas para orientar la vida propia y la de los demás.
Yo quisiera y lo voy a lograr seguramente, que todas estas palabras prevalezcan, que a pesar de tu pequeñez soy Yo que digo estas palabras, en consecuencia los hombres tarde o temprano tendrán que escucharlas, tendrán que escucharlas. Además hay algo muy importante que no quiero que olvides nunca, los dictados del corazón del hombre, es decir sus sentimientos, sus emociones y todo lo que ello involucra están siempre vibrando al diapasón de otros corazones, con otros sentimientos y otras emociones. Hay que distinguir por supuesto aquello que es normal de lo que no es normal, por supuesto, pero cuidado también con esto de la normalidad o anormalidad, ¿qué es la normalidad?, la normalidad psíquica depende de cada uno, es cierto que hay patrones, parámetros para medir, como no, pero de allí a querer medir todo como con un centímetro, regla o lo que sea hay una distancia enorme. No quiero darte puerta libre para entender y discernir, no, pero sí decirte ¿verdad? que la palabra normalidad hay que saber interpretarla muy bien y lo que para uno puede ser totalmente normal, para otro no lo es tanto y para otro también sea anormal. Todo se consuma en un ámbito donde las cosas se dilucidan casi Yo diría sobre el filo de una navaja, es decir depende siempre de cómo el que aconseja esté limpio y sea un buen intérprete del Espíritu Santo que sopla donde quiere.
Si esto lo entendieran todos los Ministros de la palabra que fácil sería todo, pero cómo hacerles entender después que han pasado una serie de años en el Seminario donde a su vez los Superiores les hicieron creer que por ser consagrados tenían prácticamente la exclusividad del Señor, la exclusividad de Mi palabra y es cierto que en el caso de la confesión lo que el Sacerdote ata Yo ato y lo que él desata Yo desato pero despacio con todo esto, que tendrá que ser analizado muy profundamente, no sea cosa que lo que ate o quien ate sea un maniático o una persona enferma, no llegue a tener el discernimiento propicio para decir lo que corresponde.
Vuelvo a repetir, lo químicamente puro en todo esto no existe, no existe pero es fundamental tener en cuenta que nosotros no podemos nunca hacer que un hombre se pierda porque queremos hacer prevalecer la ley, nunca podemos hacer eso, lo conversaremos, lo meditaremos, se lo presentaremos al Señor, me lo dirás a Mí en el oído, como quieras pero nunca puede irse una persona después de conversar con vos con más dolor que cuando vino. Por ejemplo, si alguien cometió un aborto se que no vas a aplaudir ese aborto pero no por eso te ensañarás con ese ser humano sino que juntos y con mucho dolor antes, ante la muerte de un ser buscarán los medios para que el Señor perdone, es decir Yo perdone primero ¿no es cierto? o segundo o como quieras y luego tratar de reparar esa falta, pero nunca lo hagas como un juez sino poniéndote a su lado y ayudándole para que pague la deuda de una vida, de una vida que no pudo ser por culpa de esa persona pero tampoco le atormentes diciéndole que tiene que pagar ya todo, no, busquemos la forma de pagar y ponete a su lado y ayudalo a encontrar la forma de pagar, la forma de pagar una vida. Es decir, tu palabra tiene que ser siempre un bálsamo, tiene que ser siempre comprensión, tiene que ser siempre amor y tiene que ser siempre Misericordia, que si no es todo eso no es Mi palabra.
No cambio de tema en absoluto sino que sigo viendo o mirando toda la realidad y he visto a lo largo de los años tu corazón acongojado, muy acongojado, porque la vida en las Escuelas para vos siempre fue irrespirable, lamentablemente tengo que darte la razón, Yo diría que prácticamente en todo, cuánto has sufrido viendo, viendo que tus compañeros eran duros, crueles, incompetentes, incapaces, además de eso de juicios rápidos, de indiferencia que rayaba ya en la inutilidad, todo eso fue acumulando en tu alma un montón de cosas hermosas que Yo quiero que las digas y las digas a los cuatro vientos porque alguien te va a escuchar, porque Yo Jesús te lo digo, alguien te va a escuchar. Siempre tuviste muy claro qué era la enseñanza, qué era la educación, qué era el entrar a una Escuela, no digo que no has tenido errores, por supuesto que sí, pero los errores que has cometido no por Mí sino los demás te los hicieron pagar con una proporción de un millón en uno, pero nunca nada te acobardó, reflexionaste sobre los errores cometidos y empezaste de cero cuando hubo que empezar de cero, aunque nunca fue así porque solamente puede equivocarse aquél que está obrando, el que no obra no se equivoca pero en esto te doy la razón de lo que decías al comienzo o Yo decía al comienzo, no me acuerdo, que cuando uno comete un error pero en el fondo hay una motivación de amor y una motivación muy clara de lo que es el ser humano entonces la Divina Providencia se encarga de que esos errores no cuenten y además no perjudiquen a nadie.
Vengo estudiando tu vida desde siempre, no desde hoy nada más, no quiero alabarte en nada porque vos sabés muy bien que eso no te importa y que si salió una palabra hermosa de tus labios vos pusiste la palabra, pero Yo te di la inspiración, ¿por qué?, no porque quisiste ser un trasgresor o decir cualquier cosa sino porque en el fondo me estabas preguntando qué digo, Yo no me olvido de las cosas, podés quedarte bien tranquilo, podés tener el sueño muy en paz porque si cometiste algún error pediste perdón, después pagaste y pagaste mucho más de lo que debías, mucho más, tremendamente más.
Por eso me complace decirte todas estas cosas porque tarde o temprano se van a conocer, al conocerse alguien las llevará a la práctica, alguien sacará de esto algo para su vida. Me gusta mucho hablar así con vos largamente como también me gusta hablar en las reuniones pero cuando lo hago así sin testigos parecería que estamos más sintonizados porque las palabras que van surgiendo son como un..., es decir surgen de un cablecito que está directamente conectado con Mí, con Mí palabra. Todo es válido pero en esto o así hay menos apuro y menos apremios, también se pueden decir más cosas.
Recién hablábamos de la Escuela, Yo no sé cómo habiendo tanta gente inteligente, tanta gente que ha cultivado también su corazón, es decir sus afectos y sus emociones... Se terminó la cinta...........
Mensaje del 15 de Junio de 1997
Ahora Yo digo, cuando la mente y el corazón están muy cerca de Mí, muy, muy cerca de Mí, aunque pasen ráfagas de afectos humanos no hay ningún pecado en eso, al contrario, a veces pegarse un poquito a un afecto humano da la impresión que se vibrara más al unísono con Mi palabra.