• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 8 de octubre de 1996

La experiencia de esta noche fue extraordinaria, en visión apareció Jesús con su Madre, ambos estaban rodeados de una luz amarilla y celeste que salía de sus Sagrados Corazones. La Virgen tenía en su mano derecha una azucena enorme, flor que se ve en los jardines pero mucho más grande y llena de pétalos interiores con una infinidad de gotitas de agua que brillaban como diamantes. La Virgen tenía un rostro sereno y una sonrisa inigualable. Jesús me dijo: ¿Por qué te cuesta tanto mirar mis ojos?, ya sé que es por un santo temor… yo le respondí, Señor es que tus ojos y tu mirada me hacen perder la noción del espacio y del tiempo y no sé en qué mundo estoy.

 

Nada he visto en el mundo que pueda igualarse a tus ojos y tu mirada. El color azul-celeste, es posible que impacten en forma desmedida porque jamás vi un color igual… lo tremendo, terrible, asombroso, magnífico, y mil adjetivos más es todo lo que se ve en ellos… desde la simple humildad hasta la explicación de todas las cosas creadas, tal vez de forma infusa… la profundidad y la claridad de todas las cosas, los abismos más grandes y las cosas más encumbradas… es difícil mirarlos y no caer en las más grandes delicias que cualquier hombre pueda imaginar, después de mirarlos ya nada en el mundo parece que tuviera importancia… el corazón parece detenerse y todo entona un himno que al escucharlo da ganas de no despertarse más.

 

Nuestra Señora de Justiniano Posse:

La azucena que puse sobre la mesa es el símbolo de la pureza de mi corazón, el que quedó engendrado sin mancha después que el Espíritu Santo lo fecundó.

Han despertado todos ustedes en mí y en mi Hijo un tremendo amor que ni por casualidad pueden hacerse la idea de lo grande que es.

Siempre se puede amar más pero les digo que hace mucho que no veo tanto amor junto.

¿Ustedes creen por ventura que todo esto es nada más que un juego?, así como brillaban las gotas de rocío, así brillarán muchas almas a causa de ustedes.

Yo, la Madre del Señor, les digo alborozada que mi corazón está danzando con una alegría indescriptible.

A todos les pido que recen mucho, pero es difícil, decírselos a ustedes porque no pasa un minuto del día si no tienen la mente y el corazón fundido con mi Corazón y el de mi Hijo.

Más de una vez hoy dijiste: Gloria a Dios por los prodigios realizados; esto no es nada al lado de lo que verán.

Ustedes están todos involucrados en un hermoso sueño que es el mismo que el Mío y el de mi Hijo.

No sé con qué palabras darles las gracias por todo el fervor que le manifiestan a mi Hijo.

Es obvio decir que la paloma sobre mi corazón le da sentido a mi nombre.

Basta por hoy, porque el exceso de amor ha desarmado mi voluntad.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos