Dice la Virgen María:
Hoy te he visito nuevamente. Creo que en muchas oportunidades mis palabras no son fáciles de entender pero en síntesis mi mensaje es muy sencillo.
Lo repito y lo repetiré muchas veces, yo quiero que tome forma una gran cruzada del ESPÍRITU SANTO y esta cruzada debe tener una gran creatividad de parte de los hombres que forman la Iglesia porque a ellos les corresponde trasmitir este mensaje.
Yo sé que no es fácil cambiar muchas estructuras, que existen a lo largo y a lo ancho de América del Norte y por el otro la del Sur donde las desigualdades reinan hacia los cuatro puntos cardinales.
No quiero que exista marginación de ninguna naturaleza por la raza, sexo, religión y posición social; que todos los hombres entiendan, por fin, que deben vivir como hermanos y si muchos hombres mueren porque no tienen un pedazo de pan para llevar a su boca, de algún otro hermano seguro debe ser la culpa.
Quiero que me entiendan no estoy en contra de nadie porque todos son mis hijos y todos deben escuchar el llamado del ESPÍRITU SANTO para convertirse y convertir toda esa América en una tierra de promisión.
Es cierto que repito algunas cosas, pero necesito repetir más.
Este mensaje que te doy a vos va dirigido a toda América, pero no por eso dejo de dirigirlas a todo el mundo, al resto de los continentes; porque lo que yo digo se aplica para todos, pero hago hincapié en esta América donde vos vivís.
Allá en Medjugorje digo cosas que se adaptan al lugar, a las circunstancias, al momento y todo lo que aquí digo es especialmente para la redención de esta América irredenta y también el resto del mundo.
En qué consiste te preguntarás una vez más esta gran Cruzada del ESPÍRITU SANTO. En volver a las verdades del Evangelio, en volver a reencontrarse con todos aquellos pilares fundamentales que son la base de todo lo que digo y que deben aplicarse a pie juntillas en todos los órdenes, no solo en palabras sino en obras y todos tienen que dar un testimonio fehaciente en lo que digan y en lo que hagan, es decir en cómo se debe vivir el Evangelio ayudados por lo que dice Vaticano II y todos los documentos dados por las jerarquías en América (Medellín, Puebla, etc), y también hay suficientes Encíclicas y suficientes documentos para inspirarse.
Quiero y espero una creatividad muy grande y eso se va a lograr cuando sean discípulos de Jesús.
Ser discípulo de mi Hijo cosiste en vivir de acuerdo a como el vivió en base a todas esas virtudes fundamentales que son pilares del Evangelio, maravillosamente concentrado en las bienaventuranzas.
Nada nuevo hay que agregar; sino vivir lo que ya es conocido porque se habla y se habla y se habla, pero no se vive en base a lo que se habla.
Yo sé que estas palabras no serán escuchadas por todos, y también por algunos sacerdotes que son buenos y santos pero que todavía no quieren oír y tendrán que sufrir mucho para hacer oír estas palabras, pero no te desanimes y sigue adelante. Apóyate en la cruz de mi Hijo, déjate cubrir con su sangre, y refúgiate en las llagas de la cruz, sobre todo aquélla que fue producida por el lanzazo que recibió en el corazón.
Por supuesto que mi mensaje quiere ser de una infinita esperanza pero no quita que mi corazón esté tremendamente dolorido por todo lo que veo, por todo lo que oigo, por todo lo que se hace en contra del hombre.
Ya sé que podría concretar mi mensaje, que te estoy dando en las bienaventuranzas pero quiero decir más cosas, recalcar aquello de mi Corazón dolorido y el Corazón dolorido de mi Hijo, porque las cosas nunca se hicieron como debieron hacerse.
Para todo esto hay que pensar que nadie debe descargar sobre él otras responsabilidades, cargue cada uno sobre sus espaldas las responsabilidades que corresponden.
Hablo del ser más simple que puebla la tierra hasta el más encumbrado; desde la simple estructura religiosa hasta la más compleja.
Ya lo he dicho pero lo seguiré repitiendo, no es que haya ceguera en cadena sólo quiero decir que los Maestros de la Palabra sean realmente más discípulos, no señalo defectos de nadie, pero sí les digo que quién tiene oídos para oír que oiga y quien tiene ojos para ver que vea.
Estoy cansada de tantas palabras, yo quiero hechos, realidades, testimonios de vida, ejemplos, cada uno comience por su propia vida a dar ejemplos de cómo debería ser el mundo mejor organizado, más habitable para el hombre donde todos puedan decir sus propias palabras y donde todos tengan un pedazo de pan para llevar a su boca.
¡¡¡Cuánta necesidad de oración que hay!!!
¡¡¡Gástense las rodillas de tanto tenerlas hincadas!!!
¡¡¡Gasten toda la saliva en oraciones!!!
¡¡¡Gasten los ojos para mirar cómo mira esta MADRE a su Hijo!!!
¡¡¡Gasten los ojos para mirar cómo mira esta MADRE a todos!!!
Ya sé que dije porqué quiero llamarme Nuestra Señora de Justiniano Posse. Aquí hay alguien a quien quería darle mi mensaje no por su grandeza sino por su pequeñez.
Hay que hacerse como niño para entender lo fundamental y alcanzar la bienaventuranza o la vida eterna.
Es necesario estar aquí en la tierra con todo lo suficiente para vivir dignamente. Sólo el hombre que vive dignamente, bien comido, bien alimentado, el hombre que tiene salud y medicamentos y todas las necesidades elementales satisfechas puede estar en plena comunión con Dios.
No pensemos solamente en asumir el sufrimiento para tener el día de mañana en la otra vida la bienaventuranza eterna. El cielo debe comenzar en la tierra por esto es mi llamado, y me cansaré de decirlo. Tal vez ustedes dirán que en mis mensajes no hay nada nuevo, que repito muchas veces las mismas cosas. Pero yo les preguntaría, ¿han cumplido realmente con lo que les mandó hacer mi Hijo? Bueno… es necesario que las cosas se vuelvan a repetir hasta que se hagan carne en el hombre y pueda surgir el testimonio verdadero, constante, del que realmente es discípulo de Jesús.
No se olviden: solo se puede llegar al Padre por Jesús, ese Jesús que fue engendrado en mi corazón por el ESPÍRITU SANTO.
Por eso apelo a ustedes para que invoquen al ESPÍRITU SANTO con todo el alma y todo el corazón para que le inspiren obras gigantescas, obras realmente grandes, obras que deben brillar como el sol para ir transformando todo y hacer un mundo habitable para todos los hombres que en las bienaventuranzas están sedientos de justicia.
Todo esto puedes agregarlo en la primera parte si quieres. Pero una de las cosas fundamentales por las que he elegido este lugar para dar mis mensajes es porque en este lugar se realizan cosas muy buenas pero otras que no me gustan; no me refiero a este lugar determinado sino a esta parte del mundo y fui suficientemente clara que cuando elegí determinada persona, ella no es la que importa sino importa el mensaje. Yo les preguntaría, ¿cuántos de ustedes estaban esperando un mensaje de vuestra Madre María? No quiero prejuzgarlos pero pónganse una mano en el corazón y van a entender que yo solamente puedo hablarle a quien quiere escucharme y además para poder escucharme hay que ser ínfimo, humilde hasta límites indecibles, por eso les repito, ¿cuántos hubieran esperado mi palabra?, pónganse una mano en el corazón para responder.
Hablen con mucho énfasis de un padre amoroso, lleno de Misericordia, porque es tanta la misericordia de mi Hijo que aunque hicieran un esfuerzo sobrehumano no podrían llegar a entender la dimensión enorme que tiene. Pero hay que pedirla esa Misericordia a través de la oración y de los actos más diversos.
El hombre debe entender que no solamente ora con su boca, sino que lo hace con sus manos, cuerpo, sus piernas, sus pies, lo hace manejando una máquina o juntando las semillas y lo hace siempre cuando concibe que debe hacer un ordenamiento en la creación.
Vuelvo a hablares como Nuestra Señora de Justiniano Posse, Reina del ESPÍRITU SANTO desde este pequeño lugar elevo mi voz hacia los cuatro puntos cardinales para que inicien la gran Cruzada del ESPÍRITU SANTO descubriéndolo y haciéndolo descubrir hasta el cansancio.
No hacen falta tantos discursos, ni tantas palabras elevadas para expresar esto, hacen faltas conductas coherentes, hacen falta ejemplos concretos, hacen falta hombres que se jueguen todo buscando y haciendo conocer el Amor de mi HIJO, la Misericordia de mi HIJO y si aparecen esos hombres las flores abundarán y abundarán los frutos y todo será convertido en algo admirable y prometedor.
Hoy como siempre siguen preocupándome el hambre de pan y el hambre de amor, todas las injusticias que se cometen con los más débiles.
Cómo quieren que les diga, cómo quieren que les exprese, cómo debe ser la educación de vuestros hijos en todas sus etapas evolutivas y la etapa tan, pero tan importante como es la vejez o el ser humano que va creciendo en años. Tenemos una cultura en que se privilegia solamente a los jóvenes y los grandes ignorados son los niños y los viejos, ¿por qué?, ¿por qué?, mi alma siente un gran dolor por las personas de avanzada edad, porque prácticamente ya no tienen lugar en este mundo. Han elaborado una cultura en la cual la gente de avanzada edad molesta o es despreciada o es abandonada en lugares terribles, mientras que los años de las edades avanzadas tendrían que ser justamente muy apreciados porque pueden aportar la sabiduría que dan los años, si escucharan a esos hombres que tienen la cabellera blanca, sabrían mucho más cómo educar a vuestros hijos, a los niños y a los jóvenes. (En la segunda parte me extenderé también en lo referente a educación).