Oración del 14 de Diciembre de 2004

Habla Artemio:

... y ya me amabas Señor, me seguiste amando siempre hasta que empecé a vivir en la panza de mamá, cuando me miraste al rostro, me llamaste por mi nombre, me infundiste la vida y me pusiste alguien que me cuidara para siempre y si yo quiero saberlo Señor, siento tus ojos clavados en mí porque ese amor aún se prolonga y se prolonga por toda una eternidad, entonces Señor todo está dicho. Si vos nos amás tanto Señor que hasta diste tu sangre por cada uno de nosotros, ¿cómo puedo dudar Señor que no tengas en cuenta mi vida, mis cosas, todo lo que es mío, todo lo que amo, cómo puedo pensar en otra cosa Señor?, sería desagradecido.

Por eso Señor, si estoy convencido de esto ya no tengo miedo de nada ni de nadie, todo está bien porque si estoy dentro de tu corazón Señor y vos dentro del mío ya nada puede perturbarme, ya nada puede quitarme la tranquilidad, todo está hecho. Seguirá Señor nuestra vida cotidiana, luchando para todo como es necesario mientras estemos en la Tierra, pero toda nuestra vida Señor es distinta cuando uno sabe que está en vos y vos estás en uno, ante la mirada atenta de tu Mamá que está continuamente ofreciendo tu pasión por mi existencia, por mi vida y por mi felicidad, sí Señor, me siento tan feliz de que eres mi Padre, mi amigo, mi hermano, mi compañero, tan bien me siento Señor que ya toda mi vida es otra Jesús, ya de nada ni a nadie tengo que temer Señor.

Y ahora te veo pasar entre todos Señor sanando a cada uno, por eso viéndote Señor te decimos con fuerza: el Maestro de Galilea va pasando...

Se corta la grabación....................................