Mensaje del 22 de Mayo de 2002

Habla Artemio:

Hoy es día 22 de Mayo, día de Santa Rita de Cascia. Quién no le debe algún favor a esta Santa tan prodigiosa, a la intersección de ella en los momentos terribles o difíciles.

Dice Jesús:

Ámense unos a otros como Yo los he amado, diciéndoles esto solamente estaría cumplido Mi mensaje de hoy. El hombre sin embargo quiere siempre muchas palabras, muchas palabras pero Yo pregunto: ámense unos a otros como Yo los he amado, cada uno deberá revisar su propio corazón, mirar su propia vida, analizar largamente todo lo que hizo a través del tiempo y preguntarse: ¿realmente he cumplido con lo que Jesús me ha dicho, o en alguna oportunidad sí y en otras no?, Ámense unos a otros como Yo los he amado, y ¡cómo los he amado!, hasta dar Mi propia Sangre para liberarlos de todas las cosas malas y pagar todas vuestras deudas. ¡Ámense!, es el principio de toda sanación, el amor, sin él nada que valga se alcanza , entiéndanlo los hombres de todas las latitudes, y especialmente aquellos que deben ser un ejemplo viviente de Mí palabra.

Amén.

Mensaje del 22 de Mayo de 2002

Dice Jesús:

Voy a empezar como en el de hoy, ámense unos a otros como Yo los he amado, ámense.

Lo más grande que puede tener el ser humano, no hay nada superior que el amor, el amor de mil formas diferentes, en la pareja, padres e hijos, amigos, cincuenta formas, y también el amor que me tienen a Mí, y Yo le tengo a ustedes, porque si hay algo que deben saber es que Yo los he amado siempre, desde el comienzo de los tiempos, ustedes pero si faltaban siglos para que nacieran, Yo ya los amaba y los seguí amando y cuando aparecieron en la panza de mamá los señalé con el dedo y los llamé por el nombre, les miré a los ojos. Qué hermoso es pensar ¿no es cierto Mis queridos?, que alguien nos amó siempre y nos va a amar siempre en forma incondicional, totalmente incondicional, porque Yo ¿qué les pido?, nada, nada, en todo caso si quieren dejarme un lugarcito en vuestro corazón para vivir siempre allí es mi gusto hacerlo, pero Yo no les pido nada, estoy siempre detrás de ustedes, delante, a derecha, a izquierda, y cuando sufren por algo Yo también sufro y si ustedes lloran Yo también lloro, y cuando veo un niño hambriento, dolidos o que perdieron a sus padres, o lo que sea ¡Cuánto que lloro con ellos! y muchos dicen: ¿por qué el Señor castigará así a la gente?, Yo no castigo a nadie, al contrario, la gente se castiga a sí misma o bien se castigan entre ellos cuando hacen las cosas mal, pero Yo no castigo nunca a nadie, como voy a castigarlos Yo si soy la Misericordia, ¡Cuántas veces repetí esto!, pero me encanta volverlo a repetir porque ustedes no son los de otras veces y Yo tengo que decirles que los amo, ¡Huy! cuánto los amo, cuánto los amo desde siempre y para siempre, ¿mmm?.

Y cuando vayan a vuestras casas o donde quieran, díganle a las personas, díganle: saben che, Jesús me ama, pero no por un día a dos sino que ama para siempre, para siempre, y me tiene preparado tan lindas cosas ¡Qué hermoso es sentir el amor del Señor y de su Mamá!.

Díganle a la gente: Anoche estuve con Jesús sentí el calor de Él, respiré el mismo aire que Él respira, el mismo aire que respira la Madre Teresa, Santa Faustina, la Virgen María, todos, por eso hoy me levanté santo, tengo tanta santidad dentro después de estar en contacto con todos esos santos y esos ángeles que estoy echo un santo cualquiera, díganselo a los demás aunque no les crean, les parece, pero les queda el ganchito adentro ¿Cómo ésta respiró el aire que respira Jesús? ¿Qué es lo que pasa allá en la casa de aquél loco que hay en Posse?, qué es lo que pasa que respiran el aire de Jesús, lo ven, Él los toca, los acaricia, cuánta confianza che. O ustedes no tocan y acarician a aquellos que aman, es una forma de demostrar el afecto, porque tocan tan poco a la gente, hay que aprender cuánto se manifiesta con una mano sobre el hombro o en la cintura, o en la cabeza, ¡cuánto se manifiesta!, a veces más que mil palabras. Sepan que los amo, díganle a los demás: Jesús me ama y si me ama me cuida Jesús no castiga díganle, porque Él es la Misericordia, Él es la Misericordia así que todos aquellos que acá en este lugar tienen esas penitas guardadas adentro hace mucho, esas cositas que tienen por ahí guardadas que les hacen mal, démelas a Mí, denme cualquier cosa que sea Yo las voy a quemar con todo el amor de Mí Misericordia, pero no se vayan de aquí mal ¿eh?, de aquí la gente tiene que irse bien ¿Cómo van a estar delante del Hijo de Dios y se van a ir mal?, no.

Los amo mis queridos, ¿eh?, cuánto que los amo y ¿saben una cosa? Mí Madre quiere hacerles un pequeñito regalo, Mí Mamá quiere hacerles un regalito y no solamente ahora sino cuando ésta noche se acuesten sientan a Mí Mamá que les dice: “arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón”.

También te amo mi querido, Yo también te amo mucho, por eso cuando te duermas ésta noche sentí mi voz que dice: “Arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón, los quiero mucho no se olviden nunca cuánto los amo.”

Amén.