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Mensaje del 29 de Agosto de 2001

Yo Agustín de Hipona, agustino, el que origina tantas disputas a lo largo de la historia en la filosofía, tantas disputas, entre platónicos y aristotélicos, tantas disputas, pero en el fondo montones de cosas las toman fueran de contexto porque la verdad se ve y no hace falta andar diciendo tanto, cuando uno tiene una humildad, una honestidad intelectual y unos criterios sanos, todo inspirado por el Espíritu Santo ve, ve. Mensaje del 29 de Agosto de 2001

Habla Artemio:

Hoy es 29 de Agosto de 2001 y este cassette continúa del de ayer y está con
nosotros San Agustín, obispo de Hipona, África.

Dice San Agustín:


Yo tenía que hablar ayer pero lo hago hoy, lo mío no es muy largo, no voy a enumerar toda mi larga vida, paseándome de secta en secta, porque yo estuve con los maniqueos, los gnósticos, estuve en varias sectas cristianas heréticas, para ese momento por lo menos. Es decir, donde había un lugar para pensar allí estaba yo, además si bien es cierto que mi vida no fue de un orden como para tener en cuenta, en todo caso que sirva para ver que los caminos del Señor son únicos y debo agradecerle a mi madre todo lo que hizo por mí, porque más de treinta años o casi treinta vivió queriendo mi conversión.

Mi mamá, Santa Mónica, merece ser un ejemplo para los impacientes, aquellos que creen que las oraciones son oídas en forma inmediata, son oídas en forma inmediata pero los efectos pueden ser lentos. Yo no hubiera hecho todo lo que hice si no hubiese primero andado por tantas formas de pensar diferentes, mientras me divertía pero no es como para decir cosa de locos ¿no?, no, no, ustedes saben que tengo un hijo que se llama Adeodato, natural, por supuesto, un hijo natural.

Tal vez otro día pueda decirles más cosas porque mi pensamiento representa algo muy importante dentro de la historia del Cristianismo, es decir, si bien vale todo lo mío después en mi conversión a los treinta y tres años cuando me bautizó San Ambrosio, el obispo de Milán, pero para saber de mí hay que conocer muchas cosas mías porque el hombre que se forma dentro de una sola escuela, dentro de una sola línea filosófica es una cosa, y el que deambula por muchas doctrinas filosóficas es otra porque cuando se decide por una es porque está convencido de que esa es.

Ahora bien, yo no, no quiero entrar hoy a hablar sobre la gracia gratuita y todos los problemas aparejados ni libre albedrío ni, no, porque eso da para mucho, pero sí algo tengo que decir, yo fundé la orden de los agustinos, hermosa orden que dio muchos frutos en el mundo, también hay una orden de mujeres donde estuvo Santa Rita.

Ahora bien, mis ideas, no se olviden que yo pertenezco al tiempo de los padres teólogos, que estoy metido allá en el pasado del Cristianismo, tercero, cuarto, quinto siglo la influencia fue mucha, pero dentro de la orden de los agustinos va a aparecer Lutero, Martin Lutero, personaje execrable para la Iglesia por todo lo que hizo. Yo no quiero hacer una apología de Martin Lutero porque no soy propenso a hacer apologías de nadie pero muchísimos siglos después Martin Lutero inicia la reforma protestante.

Es decir, hay muchas cosas que reprocharle a Martin Lutero, en sus ideas de ese momento pero sobre todo las consecuencias que trajo las ideas de él, lo que yo quiero destacar es una cosa, si a Martin Lutero se lo hubiera llamado a conversar después de sacar las tesis, es decir, las cosas que a él no le gustaban del catolicismo, se lo hubiera llamado a conversar no se hubiera producido el Cisma pero directamente Martin Lutero prosiguió como procede cualquier persona acorralada y perseguida, entonces, se recargan tanto las tintas en las cosas que se dijo que ya se desnaturaliza un pensamiento, pero mis queridos hombres, sabios, tendrían que retomar muchas ideas de Martin Lutero y revisarlas largamente, ¿saben por qué?, no, yo no estoy saliendo en favor de el porque sea un monje agustino, no, yo estoy hablando que habría que revisar muchas cosas de su pensamiento.

Vuelvo a decir, ¿para qué?, porque entenderíamos, entenderían mucho sobre todos los problemas del Cisma en adelante hasta hoy, allí se originan muchas cosas, entonces si uno rebobina algo y va otra vez a las fuentes entonces tiene los medios para poder corregir, mejorar, cambiar, etc. En estos tiempos que se habla de ecumenismo tendrán que volver a estudiar Martin Lutero, porque en sí Calbino, Gustavo Vasa, Melanchthon para enumerar solamente algunos, habría que analizar sus cosas, todo, pero sin favoritismo ni nada por el estilo, la orden agustina tiene como una especie de cruz arriba que de su orden salió la reforma y de ahí todos los males, pero no se olviden de una cosa mis queridos, si bien la reforma protestante produjo mucho dolor, en todo caso trajo una Iglesia Católica de mejor conducta. La contra reforma, ese gran movimiento fortificó a la Iglesia en muchas cosas pero separó, separó; es decir, Martin Lutero fue como aquél que se acerca al árbol y le da un sacudón fuerte y caen los frutos, algunos maduros, otros verdes y se hizo la gran confusión, habrá que tomar todo esto ¿eh?, yo no les digo demasiado.

Está muy bien que lean mis obras, las Confesiones, bueno, para el que quiere santificarse tiene tema y para el que quiere meterse en morbosidades también tiene tema y las … (se interrumpe la grabación)… de ahí, mi Dios, si cada político de nuestros días leyera las … (se interrumpe la grabación)…, de ahí hablaríamos otro idioma, otro idioma. Yo no considero que un político esté bien informado si no lee por un lado la república de Platón, con toda la profundidad que merece ser leída y luego las ibitas de ahí y pensar que se sienten muy ilustrados, tal vez a veces por leer el príncipe de Nicolás Maqueabelo, pero la república de Platón y las ibitas de ahí tendrían que leerlos ¿eh?, todo político que se considera realmente. Ya sé que hay montón de ideas viejas, pero claro, pero hay muchas cosas buenas que sacar en limpio, adaptándolas, reorganizándolas, viendo y sobre todo para reencontrar el concepto de un verdadero gobierno con base cristianas.

Ya sé que a lo mejor a muchos no les gusta lo que les digo pero no me gusta la gente improvisada, me gusta la gente, aquellos que dicen querer mandar, querer tener el poder para dirigir, etc., pues bien, hay necesidad de una verdadera cultura, no le vamos a pedir al hombre común que tiene que ganar el pan con el sudor de su frente que lea las ibitas de ahí porque no las entendería tampoco ¿verdad?, pero los doctos señores que gastan su tiempo a veces en islas remotas para distraerse que lindo sería si cayera en sus manos algunos de estos libros.
No quiere decir que yo apoye la república de Platón pero que de ahí se sacan muchas cosas importantes sí.

Entonces esto no quiere ser una síntesis de nada, solamente llamarlos a la reflexión, Martin Lutero no es la peste infame que todos piensan, dijo muchas cosas valiosas, otros se toman, porque siempre hay para todos los gustos, el dejar sus votos, las historias con Catalina Bora, etc., es decir, los que andan buscando morbosidades en la historia tienen montones de morbosidades que encontrar, además no saben si a través del tiempo lo que están leyendo ahora son cosas reales o inventadas por gente de la época o posterior, cuando se odia a alguien se dice de él cualquier cosa. Lo repito, cuando se odia a alguien o a sus ideas se dice de él cualquier cosa.

Vuelvo a repetir lo del principio: ¿quiero hacer una apología de Martin Lutero?, no, pero si queremos entender todo, todo lo de la reforma hasta las sectas más comunes que andan proliferando por las calles en nuestros días habrá que remontarse a estos orígenes, pero saben, para hacerlo hay que hacerlo con mucha humildad sino ni se pongan ¿eh?, no vale la pena, no.

Yo Agustín de Hipona, agustino, el que origina tantas disputas a lo largo de la historia en la filosofía, tantas disputas, entre platónicos y aristotélicos, tantas disputas, pero en el fondo montones de cosas las toman fueran de contexto porque la verdad se ve y no hace falta andar diciendo tanto, cuando uno tiene una humildad, una honestidad intelectual y unos criterios sanos, todo inspirado por el Espíritu Santo ve, ve.

Saben, no demoren, hombres que están encumbrados dentro de la Iglesia o dentro del protestantismo, no demoren en revisar cosas, ideas, filosofías viejas allá que parece que están perdidas en la historia para encontrar las soluciones de nuestros tiempos, porque que yo sepa puedo mirar todo un día un árbol pero no voy a saber en absoluto quien lo sustenta si no veo sus raíces, si me quedo con la parte que veo nada más es posible que me pierda lo mejor, las raíces es la que deben importarme.

Esto debí decirlo ayer pero lo digo, para el caso es lo mismo.

Ténganme en cuenta, porque yo los tengo muy en cuenta, muchas ideas que manejan todos los días simpatizo con ellas porque las quise en un tiempo y también ahora.

Amén.

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