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Mensaje del 28 de Octubre de 1998

El dolor siempre es dolor pero cuando por amor se ofrece llega a tornarse hasta placentero, no olviden estas cosas y también es una buena costumbre Mis queridos no solamente ofrecer vuestros propios dolores sino los dolores que padecieron otros, ¿quieren un ejemplo?, podrían decir: Señor, yo te ofrezco toda la sangre derramada por mis hermanos en esta América a través de los siglos, sangre derramada por injusticias de todo tipo y de toda naturaleza, yo te la ofrezco Señor aunque no es mía ni tampoco los méritos serán para mí pero todo eso, esa sangre derramada a través del tiempo, de los siglos, que contribuya a convertir estos páramos realmente en vergeles, porque ustedes tienen que saber con claridad que toda sangre derramada injustamente es un clamor que está pidiendo justicia ¿o porqué creen que Mi Madre en este lugar de América se autotitula Nuestra Señora de la Justicia?, porque ustedes vivieron entre injusticias y hablo para todos los hombres, vivieron cometiendo injusticias, a nivel personal, a nivel social, a nivel nación, a nivel continente.

Mensaje del 28 de Octubre de 1998

Habla Artemio:

Inspírame Espíritu Santo para hacer la invocación que deba hacer en esta noche.

Ven Señor Jesús, ven, ven Señor Jesús, ven, ven Señor Jesús, a lo largo del día Señor yo iba pensando, me gustaría más tener..., me gustaría más tener tus dones más definidos Señor, he cierto que no hay uno que no dice, que no hay uno que dice: estoy peor que antes, todos están sanos, todos, pero me siguen preocupando Señor aquellos seres que están en una situación muy deplorable Señor, por ejemplo los borrachos, yo quisiera Señor que no un cincuenta o sesenta por ciento de los borrachos dejaran de tomar, yo quisiera el cien por cien Señor porque siguen malquistando a su familia, estropeando todo, eso me preocupa y por ahí Señor aparece alguien que dice: me mejoré mucho del asma pero todavía no me sané del todo y entonces uno piensa, es que todavía no se terminó la cusa del asma por eso no sanó del todo pero como uno hace para decírselo a ellos y además otra cosa Señor, yo soy muy pretencioso y cuando vienen las personas tanto ayer como hoy vinieron, que son tan retardados Señor, soy pretencioso de que me dijeran: avanzó un montón, dicen avanzó mucho, entiende mucho más, hace mucho más cosas pero no se ve un cambio tan grande, ya sé que vos tendrás tus planes con esa gente, ya lo sé Señor, ya lo sé Señor.

Además yo me puse a pensar un día, si todos se sanaran ya no moriría más nadie y el morir es una necesidad como el vivir, llegado un momento pero parecería que uno quiere robarle a la muerte, sobre todo aquellos que son jóvenes, como ese hombre que hace diez días se murió, él no vino acá, pero trajeron una foto, le habían hecho un trasplante de riñón y el cuerpo no se lo aceptó, nadie reprocha nada Señor porque se murió, nadie dice eso pero uno en el fondo se pregunta: ¿aún no podía, aún no debía seguir viviendo?, ya sé que estoy haciendo un razonamiento Señor que a vos no te gusta que lo haga, ya lo sé, pero yo quisiera que como expresión de deseo la gente viera todo esto más que una manera de hacer un trueque tantos Padre Nuestro y tantas Ave María por un nervio ciático para que no me duela, no, yo quisiera Señor otra cosa, que las personas entendieran que si bien hay una necesidad de la sanación pero lo fundamental es que el ser humano entre dentro del proyecto tuyo Señor, entonces después no me interesa mucho si el nervio ciático duele un poco todavía porque esa persona ofrecerá por algo pero hasta ahora Señor yo lo que veo es que la persona, casi en un cien por cien no quiere sufrir y el valor del sufrimiento es mucho, es muy grande; es decir, es grande cuando alguien creció, maduró o se convirtió más, entonces sí el sufrimiento tiene valor sino no.

Yo creo Señor que me entendés qué es lo que quiero decirte, casi en la totalidad todos buscan la sanación total y punto, pero no solamente la sanación de este momento sino que además quieren olvidarse las penas de una vida de miércoles, ese es el problema Señor y en lo que yo insisto es aprender a convivir con esos fantasmas del pasado sin que esos fantasmas me atormenten, no los puedo olvidar tan fácil porque tengo memoria, entonces tengo que aprender a convivir con muchas cosas que me pasaron y en ese aprendizaje de convivir con las cosas que me pasaron ahí vendría el problema de: Señor, yo te ofrezco este sufrimiento, por esto, por lo otro, por lo otro, por lo otro, entonces cuando alguien da algo ya no lo tiene y si yo te digo Señor: te ofrezco esto ya no lo tengo. Pero en la mayoría de los casos las personas quieren que haya una especie de barrido general donde ya no tenga más el recuerdo y eso no es posible porque sino se nos pierde una facultad que es la memoria. Ahora, lo importante es cambiar de actitud ante los problemas: Señor yo sé que sufrí esto, que me duele todavía como no te hacés una idea, pero por ejemplo este sufrimiento que tengo en este momento si sirve Señor aplicalo para que E. pueda estar en tu presencia.

Señor, cuando los cristiánanos sepamos hacer eso realmente nuestro grado de conversión ha llegado muy lejos porque hacemos causa común con el que aparentemente le fue peor que a uno. Señor yo te ofrezco este sufrimiento por el dolor de tal persona, yo te ofrezco este sufrimiento para que tal persona se convierta, es duro, porque no es fácil, por ejemplo decir: te ofrezco Señor este sufrimiento para que esta mujer o este hombre que me odian con toda su alma o me odiaron alguna vez se conviertan, pero no para que me vaya mejor a mí sino para que les vaya mejor a ellos.

Ahí está Señor el valor del sufrimiento, si todas esas personas tan amargadas que uno ve durante todo el día, porque todos tienen una historia muy amarga que contar, tan amarga que ni se dan una idea ustedes de las historias amargas que uno escucha todos los días, montones. Bueno, entonces lo grandioso sería que esa persona se fuera de acá diciendo: todo este dolor que yo tengo apilado dentro de mí lo voy a usar como un arma maravillosa para sanar a alguna persona, convertir a otra, hacer que alguien muy lejano que no conozco se salve y pueda ir a la Luz del Señor, eso Señor, eso, descubrir el valor del sufrimiento porque nos vaya como nos vaya en la vida siempre de alguna forma algo, mucho o poco tenemos que sufrir, es una ley natural del hombre al vivir en la Tierra, no porque Dios nos mande dolores sino porque nos pone el no, sino que la vida nos pone cerca seres que nos amargan o nos deterioran o nos quieren destruir, con culpa o sin culpa, ese es un problema aparte pero que nos quieren destruir o nos quisieron destruir sí.

Entonces, lo grandioso Señor está en decirte: todo esto Señor que me duele mucho te lo ofrezco, te lo ofrezco Señor, si no tengo nada entre manos para ofrecértelo te digo: aplicalo para lo que vos quieras, eso es lo que se llama el cuerpo místico de Cristo, que mi dolor sirva para la redención de mi hermano, redención, salvación, sanación o lo que sea porque por más que nos esforcemos en el mundo tenemos que sufrir, no le busquemos la vuelta, siempre tenemos que sufrir de alguna manera, no porque el Señor nos haga sufrir sino porque la vida, las otras personas, con toda sus formas de ser nos hacen daño, hasta que pasen los tiempos en que sobre la Tierra todos se van a querer como hermanos y ya el sufrimiento será una historia que contaron en otros tiempos, eso Señor es el asunto ¿eh?, o bien Señor cuando uno sufre decir por ejemplo: Señor, yo estoy completando en mi cuerpo y en mi alma lo que le falta todavía a tu pasión, a tu dolor, yo en mi cuerpo estoy participando de tu pasión, entonces Señor yo me vuelvo redentor como vos de mi hermano, por ahí va la cosa, es difícil, terriblemente difícil pero es necesario, cuando logremos lentamente meternos dentro de esta forma de pensar entonces vamos a ver que ya estamos pisando el suelo del Cielo.

Señor, ya hace un buen rato que está sentado aquí a mi lado, a mi derecha y mirás a todos con mucha insistencia y está todo lleno, parecería que no caben más, los Ángeles abundan por todos lados, hay algunos parados sobre los espaldares de los asientos, algunos sobre las espaldas de ustedes que si quieren pueden sentirlos, hay Arcángeles, hay Ángeles, hay Querubines, hay Potestades, hay Santos de todo tipo, hay personas que no sé quiénes son, como si todos quisieran mirar, ver lo que aquí pasa, algunos se han sentado en el suelo para dar lugar a que los otros puedan ver, no sé qué querran ver, la verdad que hay muy poco que ver acá, es una forma de decir.

Por eso Señor vos has visto todo lo que yo he dicho, ahora decinos vos tu palabra.

Dice Jesús:

El razonamiento sobre el sufrimiento está muy bien hecho, ahora como razonamiento está muy bien hecho pero falta llegar a sentirlo con el corazón, porque es fácil decir pero como aplicar el dolor a alguien que aún no le hizo tanto daño, hay que entender muy bien mi pasión y muerte para que el corazón de ustedes pueda ofrecer ese sufrimiento con toda la plenitud que debe ser ofrecido, por supuesto que mientras tanto lo que hagan está muy bien pero Yo los invito a que intensifiquen más el hacer sentir el corazón en este aplicar un dolor.

No es una tarea sencilla, no es sencillo porque están de esa forma ayudándome a Mí en la redención de los hombres, que no es tarea nada sencilla ni simple, es muy difícil.

Anoche se citó aquello de: nada hay tan grande como dar la vida por los amigos, ahora bien, pónganse a profundizar esa expresión y van a ver que no encontrarán muchos ejemplos para dar respecto a eso que se está diciendo, por supuesto que dar la vida por un amigo significa el esfuerzo cotidiano, el alimentar con palabras y con alimentos a los otros, no es dar la vida así como morir pero sí es una forma de morir un poquito todos los días, todos los días morir un poquito pero no es una muerte dolorosa ni triste porque se hace con amor, entonces, entonces Yo diría casi que es placentero.

El dolor siempre es dolor pero cuando por amor se ofrece llega a tornarse hasta placentero, no olviden estas cosas y también es una buena costumbre Mis queridos no solamente ofrecer vuestros propios dolores sino los dolores que padecieron otros, ¿quieren un ejemplo?, podrían decir: Señor, yo te ofrezco toda la sangre derramada por mis hermanos en esta América a través de los siglos, sangre derramada por injusticias de todo tipo y de toda naturaleza, yo te la ofrezco Señor aunque no es mía ni tampoco los méritos serán para mí pero todo eso, esa sangre derramada a través del tiempo, de los siglos, que contribuya a convertir estos páramos realmente en vergeles, porque ustedes tienen que saber con claridad que toda sangre derramada injustamente es un clamor que está pidiendo justicia ¿o porqué creen que Mi Madre en este lugar de América se autotitula Nuestra Señora de la Justicia?, porque ustedes vivieron entre injusticias y hablo para todos los hombres, vivieron cometiendo injusticias, a nivel personal, a nivel social, a nivel nación, a nivel continente.

Pensar en todas estas cosas y Yo dejo el tema porque lo va a continuar Mi Madre.

Dice Nuestra Señora:

Sí, es cierto, detrás de Mis palabras suaves aunque también saben que son ásperas tengo presente en Mi mente todos estos siglos que vivió esta América, hablemos hoy de América, todos estos siglos que vivió América donde de todos los acontecimientos que ocurrieron, Yo diría que el noventa y cinco por ciento fueron injustos, digan que la Misericordia de Mi Hijo es muy grande sino... (se dio vuelta la cinta)..., toda aquella sangre derramada merece que alguien tome partido para restaurar el orden. Cito nada más que un ejemplo, entre tantísimos millones de ejemplos, piensen en la guerra que le hizo la Argentina, Brasil y Uruguay le hizo al Paraguay, la guerra de la Triple Alianza, si Argentina, Uruguay y Brasil tuvieran que pagar todas las deudas por las injusticias que cometieron cuántos siglos de penitencia y sacrificio deberían hacer y lo peor es que en lugar de reconocer esas cosas todo el mundo lo dejó en el olvido, quedó todo en el olvido, cuánto se habla Mis queridos de los derechos humanos, sobre todo en este siglo, en tiempos del proceso o antes o después y si Yo les presento los ejemplos de los miles y miles de seres humanos que murieron bajo el fuego terrible del hombre blanco para quitarle las propiedades a los indios, ¿o creen que las muertes son más valiosas en una época que en otra?.

No quiero hablar demasiado sobre esto, ya lo hice hace mucho tiempo pero lo seguiré haciendo tal vez pero pónganse a pensar: ya es hora Mis queridos que empiece a haber una reparación de tanto dolor, una reparación de tantas injusticias, una reparación de tantos atropellos a la persona humana.

No saben cuánto Mi Corazón está dolido por tantas cosas que pasaron, otro día hablaremos de otros lugares, hoy estamos hablando de América. Se acuerdan cuando Yo les decía: Mi Hijo y Yo estamos cansados de pasear entre las flores que nacen de la boca de los muertos, esos muertos que han dejado de vivir por injusticias a través del tiempo. Es cuestión de ponerse a agudizar un poco los oídos para sentir aún el clamor de tanta injusticia apilada en estos cinco siglos.

Por eso Mis queridos que el Tercer Milenio tendrá otras características, otra forma de vida, será otra cosa, porque la mano del Padre ya está cansada de señalar tanto dolor.

Dice la Madre Teresa:

No es cuestión de conocer mucha historia para darse una idea de que aquí se ha procedido realmente con una ferocidad y un desprecio total del ser humano que aterra, aterra. Todas las deudas se pagan mis queridos, entonces esto va dirigido a todos, ¿qué esperan para empezar a pagar?, ¿qué esperan para empezar a pagar todo lo que deben?, la vida no es tan larga, no les queda tanto tiempo para pagar y yo quiero decir que en ese Templo que se levantará y en cuyas torres sobre todo en una, la luz se verá desde muy lejos, será como un símbolo en el cual se verá que una Nueva Alianza de Dios con los hombres ha comenzado.

Amén.

Habla Artemio:

Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor. Alabaré, alabaré, alabaré...

Se terminó la grabación...........................................................

 

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