Una cosa es hablar del amor en un lenguaje místico y otra cosa la palabra dicha en cualquier boca, que por muy buena que sea siempre está cargada de la subjetividad de cada uno ¿mmm? . Mensaje del 29 de Agosto de 2008

Habla Artemio:

29 de Agosto.

Dice Jesús:

Estoy “maravillado” entre comillas, de todo lo atentos que fueron cuando envié Mensajes a todos los Presidentes, incluso con la Consagración de los países a la Santísima Madre, estoy admirado de la importancia que le dieron, está bien que pueden no dar importancia a la fuente de donde vino, pero la fuente, sea la que sea, tiene verdades y esas verdades pueden hacer reflexionar para cambiar.

Alguno dirá que es demasiado simple todo lo que digo, ni siendo así simple logran entender cómo sería si usara un lenguaje académico, aunque por ahí hubo “expertos” entre comillas, que minusvaloraron Mis palabras y Mis Mensajes, achacándome errores de sintaxis pero no entraron en la pulpa de la letra, no, y están tan desinformados que primero argumentaban que ciertas cosas no eran las adecuadas al hablar de Mi Misericordia y ahora también dicen que hay contradicciones respecto a Mi Mamá, a la Santísima Virgen.

Yo dejo sentado, en forma total y definitiva, por los siglos de los siglos, que en este lugar jamás se dijo una sola palabra en contra de Mi Madre, ni una sola palabra en contra, al contrario, al contrario, siempre se la amó en su real dimensión y se pensó de ella todo en su real dimensión.

Ahora, ya que nombré los Mensajes de la Misericordia dado en el siglo pasado, ¿a ninguno se le ocurrió pensar que Mis palabras sobre la Misericordia y Mi Mensaje de Misericordia fue acomodado, fue con buena voluntad, sin ningún problema pero un poco manipulado? ¿eh?, porque es lo que siempre les dije: un hombre cualquiera no puede, por muy docto que sea, no puede entender los mensajes místicos.

Una cosa es hablar del amor en un lenguaje místico y otra cosa la palabra dicha en cualquier boca, que por muy buena que sea siempre está cargada de la subjetividad de cada uno ¿mmm? y al abordar, y no es éste el único caso, a lo largo de la historia de estos dos mil años montones de Revelaciones fueron abordadas por personas que de místicos tenían poco y nada, tenían buena voluntad tal vez y luchaban por la excelencia de Mi doctrina, pero la buena voluntad no alcanza para hacer ser de un hombre, por muy docto que sea, en un místico ejemplar, entonces no alardeen con que mejoraron los mensajes a lo largo del tiempo para darles una mejor difusión, no Mis queridos, no confundan.

Sería malo de Mi parte que Yo entrara en detalles sobre esto pero no manipulen las cosas, lo digo en el buen sentido, lo digo en el sentido de personas honestas pero que están muy lejos de ser místicos, entonces viene la pregunta: ¿quién entonces tendría que enterarse de los Mensajes?, pues bien, escriban tal cual Yo los doy, no como ustedes lo interpretan, solo el místico que lo recibió puede interpretar algo que Yo dije, pero otro no.

Sean conscientes de esto, hay muchas cosas terribles a lo largo de los dos mil años de Cristianismo, cosas que Yo las hago entender de buena manera para que no perjudiquen a nadie pero ese celoso cuidado que quieren tener para no estropear nada de Mi doctrina, ha llevado a errores garrafales dentro de los “expertos y doctos”, todo entre comillas, que hablan sobre estas cosas. Más aún, a veces uno nota hasta cierta ira, nota cierto desprecio, nota cierto desorden mental, no me vayan a hacer creer que es por celos, envidia, orgullo, soberbia o porque directamente el mensaje no le fue revelado a esos que juzgan, no Mis queridos, así no, así no.

No pongan Mis queridos ojos místicos donde solamente se ve la parte blanca de tanto misticismo que quieren infundir cuando están faltando a la verdad, cuando están a veces destrozando un mensaje que Yo les di con todo Mi amor, enviado a través del Espíritu Santo, que en la mayoría de esos doctos y sabios señores está ausente, en ustedes está ausente el Espíritu Santo, no puede entrar Mis queridos, es demasiado el orgullo y la soberbia que tienen para que el Espíritu Santo haga pie en ustedes.