Oración del 02 de Abril de 2008

Si nuestra relación con Jesús fuera perfecta, la sanación sería instantánea de todos, de cualquiera, inmediata, total, completa, definitiva. Pero ¿qué pasa?, nuestro corazón está lleno de impurezas, es decir de dudas: y ¿será?, ¿no será?, ¿pasará?, ¿no pasará?, entonces, ante eso tenemos que prolongar el sufrimiento, ¿por qué?, y porque no creemos lo suficiente. Oración del 02 de Abril de de 2008

Habla Artemio:


El Evangelio de hoy tiene una riqueza tan grande, se nos muestra como el Padre nos ama de tal forma que envía a su propia Hijo a la muerte para darnos la vida a nosotros, hasta históricamente no se conoce algo tan maravilloso y tan grande como lo que acabo de decir, un Dios perfecto y omnipotente y eterno manda a su propio Hijo a la muerte para darnos vida eterna. Ahora, pero ese hombre, Dios, que viene a darnos la vida eterna nos dice con mucha claridad: Mi Papá me envió para que todo se salve y nada se pierda ¿mmm?.

Es decir, todo aquello que podemos oír respecto a castigos, lo que podemos oír respecto a pruebas y todo, no es obra del Señor, la vida en todo caso castiga, las pruebas nos vienen desde los demás hombres, por la vida también, pero no el Señor. El Padre me mandó para que todo se salve y nada se pierda, todas aquellas palabras, que pueden venir de cualquier lado, que nos dicen algo distinto a esto es una mentira, así de simple, todo se salve. Y cuando el Señor dice todo se está refiriendo justamente, todo, y ¿qué es todo?, sí, todos los hombres pero también todas las cosas que rodean al hombre, para la mirada de Dios es importante el hombre pero también son importantes las plantas y los animales y las cosas en sí, aunque estén muertas como parece, que están muertas las piedras o la tierra pero mirando bien tienen vida también ¿mmm?.

Entonces todo se salve y nada se pierda, eso habría que repetírselo tantas veces uno como para tener conciencia de todo lo que nos amó y nos ama el Señor. A veces leyendo el Antiguo Testamento vemos expresiones duras de parte de Dios Padre pero no tenemos que olvidar que el Antiguo Testamento fue escrito en un tiempo donde todos los países vivían guerreando y la ley era la guerra, entonces todo se resolvía con la guerra y las personas que escribieron el Antiguo Testamento, por muy Profetas que hayan sido, tenían que usar palabras que estaban en la boca de todos. Cuando lo países están en guerra no pueden hablar otro vocabulario que no sea el vocabulario de la guerra.

Por eso uno piensa: pero ¿cómo Dios manda a su Hijo por amor a nosotros si era un Dios castigador?, no, hay montones de expresiones del Antiguo Testamento donde uno ve que el Padre no es castigador, se ve así con claridad una cosa, que el hombre va edificando a veces mundos donde él es el instrumento de su castigo, porque en sí el Señor nunca castiga y tampoco pone pruebas, entonces ustedes dirán: pero y el mundo marcha de una manera, y sí, a cada uno nos va de una manera en la vida, porque heredamos de nuestros padres y de nuestros antepasados prácticamente todo, el resto lo hace el ambiente donde nacimos y nos criamos, entonces nuestra vida sería la herencia más el ambiente, ese ambiente familiar de la sociedad, de la escuela, de todo el mundo que nos rodea y el hombre será fruto de todo eso ¿mmm?, por eso la escuela puede hacer tan poco, tan poquito o nada, no es para tanto tampoco, porque si en la escuela el que enseña se lo propone puede hacer ¿verdad?, pero cuidado, hay una herencia que tener en cuenta y un ambiente que respetar ¿verdad?.

Entonces, adónde va nuestra libertad cuando tenemos en cuenta todo lo que heredamos y todas las cosas que nos rodean ¿mmm?, cómo liberarnos de nosotros la herencia de un padre pegador, de una madre que a lo mejor nos sobreprotegió, cómo liberarnos de haber tenido un padre alcohólico o el abuelo alcohólico, si nosotros vamos a heredar eso también ¿eh?, cómo liberarnos de una sociedad donde Dios no existe, mejor dicho, hay un Dios pero es el dinero, todo se mueve en base al dinero, no hay otro Dios para la gente, porque la mayoría tenemos el corazón en el bolsillo, ahí tenemos el corazón, mientras no nos toquen el bolsillo todo está bien, cuando nos tocan el bolsillo ahí se pone fea la cosa ¿mmm?.

Ahora bien, entonces en ese ambiente ¿verdad?, uno trata de injertar la palabra del Señor, de predicar la palabra del Señor, siguiendo su propio mandato que dice: vayan a toda la tierra y prediquen la Buena Nueva del Evangelio, Evangelio quiere decir buen nueva, buena noticia ¿mmm?, bueno, pero ¿quién la escucha?, ¿quién? ¿mmm?, si nosotros miramos un país como esta República Argentina, que el 85% de las personas son católicos, uno mira cómo actúan las personas y de católicos no tienen nada, absolutamente nada. Si Jesús nos dijo que nos amáramos tanto como Él nos amó ¿verdad?, hasta dar la vida, quién ha encontrado alguien que dio la vida por su hermano, por su amigo, por el que tiene cerca o no tan cerca, quién encontró, preséntenmelo porque yo no conozco a nadie ¿mmm?.

Ahora bien, entonces en ese mundo tan difícil donde a cada uno de nosotros nos
va de una manera, se nos acerca el Señor, primero Dios Padre mandando a su Hijo para salvarnos, tanto dice Dios amó al hombre que mandó a su propio Hijo a la muerte para darnos la vida eterna, bueno, muy bien, ahora pero no solamente eso sino que el Señor nos dice claramente: Mi Papá me envió, Mi Padre me envió para que nada se pierda, que todo se salve, todo ¿qué?, todo, como les dije recién, todas las cosas, entonces el hombre como vive en guerra con las cosas, con la tierra sacándole todo el jugo posible sin darle nada, con las plantas, en sí todos los vegetales sacando todos los beneficios sin reconocerle nunca nada ¿eh?, reconocerle ¿cómo sería?, y tratándola de otra forma, no estropeándola ¿no?, bueno.

Entonces, nosotros no nos salvamos solos, nos salvamos todos los hombres juntos porque el Señor vino para que todos nos salvemos, muy bien, pero cuidado, nosotros tenemos que salvarnos no solamente como hombres sino con todas las cosas que nos rodean, ¿o acaso si el mundo está contaminado, las plantas, el aire, el agua, no nos perjudica totalmente? ¿eh?, todo se salve dice el Señor ¿mmm?, y todo no tiene otra explicación que todo ¿mmm?.

Ahora, por más que nosotros insistamos nunca vamos a llegar a entender en totalidad todo lo que es para un Dios entregar a su propio Hijo a la muerte por nosotros, vos dirás: sí, pero lo hizo por algunos, no, lo hizo por todos, por vos, por vos, por vos, por mi, por cada uno ¿eh?, y ahí estuvo en la cruz seis horas, después resucitó, está triunfante entre nosotros pero está triunfante con sus heridas sangrando siempre, ¿por qué?, porque tiene que seguir pagando deudas, ¿de quién?, y de nosotros, de los hombres ¿eh?, o ustedes creen que se puede estropear toda la naturaleza que Él creó y hacer con ella un desastre sin que al Señor le duela ¿mmm?.

Una noche viene el Señor y me dice: que pena ese pez que estaba ahí muerto, los chicos habían sacado un pececito de la fuente y estaba muerto en el suelo, por eso no pude poner más ahí porque juegan, bueno, y entonces le digo yo: Señor pero, porque para el que no lo sabe sépanlo, que aquí todos los días el Señor y su Madre vienen ¿eh?, todos los días a hablar, todos los días, a veces se graba, a veces no, según Él quiera, entonces yo le digo: Señor pero si hoy en la Oración hubo tantas personas con cáncer, tantos enfermos con todas las enfermedades posibles y vos te acordás del pececito muerto y Él me dice: es lo mismo, explicame Señor porque no entiendo, y sí, porque tanto se rompe el orden de la naturaleza que imprimió Mi Papá en todo al crearla, tanto en el pececito como en la persona que tiene un cáncer. ¿Tendrá más importancia la persona?, por supuesto, pero para el Señor todas son cosas creadas, para el Señor son todas cosas creadas y Él imprimió un orden en la naturaleza, y ese orden, lo ven en la Biblia cuando dice en el tercer párrafo del Génesis o el cuarto: “el Padre miró todas las cosas y vio que todo lo había hecho bien”, bien quiere decir con orden ¿mmm?, bueno.

Desde los primeros Mensajes Jesús dice con claridad que Él vino a restituir el orden que el Padre puso en la naturaleza y en los hombres ¿eh?, ahora bien, de allí se desprende con toda la fuerza de que el Señor tiene a este lugar como un lugar especial de sanación, ¿por qué?, porque Él dice que la enfermedad es un desorden, por eso los milagros son diarios acá ¿mmm?, diarios, son una forma que tiene el Señor de cumplir las palabras que dijo: Yo vine a restablecer el orden, por eso llegó a decir aquello que a muchos les causa gracia pero a mí no: el hombre tiene que morirse de viejo, no por enfermedad, la enfermedad es un desorden de la naturaleza, el hombre no tiene por qué morirse de enfermedad, ahora ¿qué pasa?, entre ese ser que dice: dónde están los enfermos que quiero sanarlos, y nosotros, hay una distancia muy grande, ese es el principal problema por el cual a muchos nos cuesta sanarnos, por la distancia que hay entre nuestro corazón y el corazón de Él ¿mmm?.

Si nuestra relación con Jesús fuera perfecta, la sanación sería instantánea de todos, de cualquiera, inmediata, total, completa, definitiva. Pero ¿qué pasa?, nuestro corazón está lleno de impurezas, es decir de dudas: y ¿será?, ¿no será?, ¿pasará?, ¿no pasará?, entonces, ante eso tenemos que prolongar el sufrimiento, ¿por qué?, y porque no creemos lo suficiente o bien establecemos con el Señor un trato: yo te doy, vos me das, hoy rezo tres Padrenuestro por mi dolor en el ojo, mañana rezaré dos Ave María por una rodilla que me duele ¿mmm?, eso es un trueque, eso es lo mismo que ir a un Kiosco y comprar cualquier cosa ¿mmm?, esa otra relación que Jesús la llama: una relación con Dios de bebes de pecho, que llora, le pone la mamadera en la boca, hace otras cosas y les responden ¿eh?, pide y se le da, se le da, vuelve a pedir y vuelve a dar. Esa no es una relación donde uno puede pedirle al Señor la totalidad de las cosas, si nuestro convencimiento de su amor por nosotros fuera total y completo diríamos como dice: si tuvieras fe como un granito de mostaza le dirías a esa montaña que se mueva de lugar y la montaña se movería ¿mmm?, mientras tanto seguimos penando en el mundo y consiguiendo aquello que lentamente vamos teniendo con la base de la fe que tenemos ¿mmm?.

Claro, porque muchas veces nuestra relación con el Señor es muy comercial, es de trueque, otras veces es por necesidad, me acerco porque tengo necesidad, pero la relación con alguien que dio la vida por uno tiene que ser una relación de amor sino no vale ¿eh?, ¿quién le niega algo a un amigo?, nadie, ¿somos amigos del Señor nosotros?, ¿somos compañeros, es decir comemos el mismo pan?, ¿pensamos que Él es un Padre, un hermano? ¿eh?, hay mucha distancia de eso, creemos que con una oración dicha así como al pasar y distraídos todo está resuelto y no está nada resuelto, no está nada resuelto porque no se da esa comunicación total y completa con el Señor. ¿Será muy difícil eso?, depende de cada uno de nosotros y a veces también depende de las necesidades que uno tenga, porque a veces como dice el proverbio: la necesidad hace el talento ¿mmm?.

Por eso, en este día y todos los días a que alcance nuestra vida procuremos la amistad del Señor, con todo nuestro fervor, con toda nuestra alma puesta hasta en la punta de los dedos, pensemos: Señor, tené compasión de nosotros, que es decirle: que te pase lo mismo que a mí Señor o participá de lo que me pasa a mí, tené compasión, sentí lo que yo siento Señor.

En este momento o en la hora más serena de la noche, piensen: Jesús, tené compasión de mí, mirá cuánto sufro Señor, mirá mi vida echa girones por mi enfermedad, por mi situación, por los años que pasa, por todo. Señor, si no es posible sufrir menos, al menos que tenga un sentido mi sufrimiento, que sienta que mi sufrimiento sirve para algo Señor, porque a veces parecería que no es fácil quitar el sufrimiento de uno ¿mmm?, pero ¿sabemos nosotros realmente sufrir?, ¿en qué sentido?, en que el sufrimiento a solas sin tener un testigo como el Señor enloquece, uno se vuelve torpe, terrible, pero cuando uno sufre pensando que el Señor lo está mirando, pensando que Él usa nuestro sufrimiento para hacer cosas buenas entonces todo se transforma, eso no quiere decir que hay que amar el sufrimiento como algo lindo, no, eso es una enfermedad, se llama masoquismo, querer sufrir, no. Nosotros tenemos la obligación, la tremenda obligación de hacer cada día nuestra cruz más liviana y pedirle al Señor con toda la fuerza de nuestra alma, pedirle que nos sane de lo que nos pasa, que nos aconseje el médico ideal, la persona ideal que puede darnos, porque el Señor nos habla a través de los hombres, de las cosas, de los acontecimientos, nos habla a través de los remedios, a través de tantos, tantos ¿mmm?.

Entonces, Jesús, tené compasión de nosotros Señor, tené compasión, sentí Señor lo que yo siento, vos me amaste Jesús hasta la muerte, diste tu vida por cada uno de nosotros, eso significa que nos amás Señor, entonces uno se atreve a pedirte todo lo que sea necesario, todo, ¿cualquier cosa?, cualquier cosa, todo Señor, todo, que incluso si algo de lo que pedimos no es tan bueno o no es bueno ¿eh?, el Señor va saber aprovechar incluso las cosas buenas y malas que hacemos, de alguna forma, a la corta o a la larga, Él va a aprovechar todo lo que hacemos.

Por eso, las expresiones del Señor durante Semana Santa fueron estas: Yo sano a quien perdona y se perdona ¿mmm?, es decir, la sanación va al lado del perdón, para todo lo mal que nos hicieron y nos hacen, aquellos que nos clavan un cuchillo y sonríen creyendo que no estamos viendo que nos clavan un cuchillo ¿mmm?, perdonar todo y sobre todo cuando uno tuvo una vida muy desgraciada con tantas cosas, pensemos en violaciones, pensemos en injusticias, perversiones, enfermedades de todo tipo, contagiadas o no, pensemos en todo eso, pensemos ¿mmm?, y perdonemos, Yo sano a quien perdona y también sigue Jesús diciendo: Yo sano a quien se perdona, porque a veces a una altura de la vida uno toma conciencia que fue medio desgraciado, que hizo mal las cosas, que no trató bien a los demás, que pensó mal con total facilidad de los otros, que siempre fue juez de los demás, que siempre la crítica estuvo en su boca, en sus labios pero sobre todo en su mente y bueno, si estás dispuesto a cambiar perdónate, perdónate todo el mal que hiciste, que el Señor lo va a reparar, ¿acaso Él no pierde sangre por eso?, y todos los que pierden sangre es para pagar deudas, que acompañan al Señor a pagar deudas y las deudas serían estas por ejemplo, de aquellos que obraron toda su vida muy mal pero de repente se dan cuanta y dicen: no, basta, hasta hoy, pero ya de aquí en más no, ya no. No puedo decirle al Señor: mirá, dejo de pegarle a mi esposa todos los días un poquito voy a dejar hasta que dentro de un año le voy a dejar de pegar del todo, no, uno está arrepentido de algo o no, pues bien.

Eso que pensamos de nosotros y nos perdonamos el Señor lo acepta y cambia nuestra vida, gira ciento ochenta grados, a cada momento el Señor nos está ofreciendo la posibilidad de girar ciento ochenta grados con todas nuestras cosas, pero somos duros, egoístas, soberbios, somos puente roto, impasables por los demás, creemos saberlo todo, tenerlo todo, creemos que todo lo podemos dominar, que porque a lo mejor tenemos pocos años somos todopoderosos y cuando avanzan los años ya nos sentimos mal ¿mmm?.

Yo sano a quien perdona y se perdona dice el Señor, es el mismo Señor que estuvo en la cruz, es ese Señor que nos amó tanto hasta que dio su vida por nosotros ¿mmm?, y que vino al mundo enviado por su Papá para que todo cambie y nada se pierda.

Que quede claro entonces esto, quien te dice lo contrario te está mintiendo, el
Señor quiere salvarnos a todos de todo y nos está proponiendo a cada instante que giremos ciento ochenta grados o noventa o cuarenta y cinco pero que giremos.

Que lindo es poder hablar así de aquél que nos creó, aquél que nos miró en la panza de mamá, nos llamó por vuestro nombre y nos dio la vida para siempre, que lindo, que hermoso es sentirse amado así, pero no por cualquiera sino por el Hijo de Dios y Dios mismo, que es hombre y es Dios y está allí presidiendo la asamblea ahí delante de todos, junto a la Madre, que está pasando por cada uno bendiciéndolos, está por este lado ahora ¿mmm?, ese Señor que amamos tanto y por qué no decírselo: yo te amo Señor, yo te amo, hoy te lo vuelvo a repetir, aunque te lo dije tantas veces pero hoy me parece que es diferente, no sé, te amo Señor, mirá este soy yo con todas mis imperfecciones, con todo lo que tengo pero yo te amo Señor y tu amor puede hacer con cada uno maravillas, es cuestión de decirle: vení Señor, tené compasión de mí, sentí lo que yo siento, dale Señor, dale, quiero recibirte en mi corazón, dale Señor, me parece que hasta siento tu respiración en el rostro, sí, siento tu respiración Señor, el calor de tu cuerpo acercándose, sí Señor.

Que lindo Señor, que hermoso es Señor, hasta todas mis células se ponen de acuerdo para decir: te amamos Jesús, te amamos, te tenemos aquí Señor sintiendo tu respiración en nuestra rostro, tan cerca de nosotros, tan cerquita y te lo decimos todos juntos: tan cerca de mí…. A ver, digámoselos más en serio, con toda nuestra confianza, con todo nuestro fervor, a ver, a ver: tan cerca de mí….

Y si está aquí digámosle con el corazón: mirá Señor mi enfermad, mis enfermedades, mi cuerpo, mi alma, mi ser, mi familia, todo los que amo Señor y sanalos Señor, sanalos, ¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?, aquí están Señor, aquí, aquí están Señor, pasá sanando, pasá sanando: sáname Señor con tu Espíritu….

Sí Señor, el fuego de tu Espíritu llegará a nuestra alma y nos traerá todo aquello que necesitamos, sí Señor, confiamos Señor, no solo hoy sino todos los días a que alcance nuestra vida, creemos realmente Señor que estás con nosotros y vas a hacer con nosotros todo lo mejor.

Alguno de ustedes quería dar testimonio, ¿alguien quería decir algo?... (habla una señora: buenas tardes, yo me llamo Zulma, mi esposo se va a asombrar por este testimonio pero el testimonio es de él. Hace unos años, mi esposo nació con un problema en la pierna, en la cual se le agravaba más en la cadera, ya no tenía más fémur, el fémur ya como se lo hubiera comido la polilla, era un palito cortito como si lo hubieran agarrado los ratones y los médicos decían que había que poner una prótesis que valía mucho, muchos dólares. Nosotros no estamos en condiciones para comprar la prótesis, la prótesis no aparecía ni por la política ni por nadie y estaba cada vez más dolorido, más dolorido, ya los médicos decían que tenía que ir a una silla de ruedas si seguía así, no le garantizaban que iba a volver a caminar. Una madrugada, como las 02 de la mañana hará que lo trajo yo de Artemio y Artemio oró, oró en nombre del Señor y le oró y le pidió al Señor que creciera ese hueso, que creciera esa carne, que hiciera un milagro. Yo en ese momento sentí la presencia del Señor, en ese momento Artemio atendía en su oficina junto con sus perritos, fue algo maravilloso, sentí algo que me envolvió una paz tan grande que me envolvió, mi esposo lloraba y yo lloraba también y Artemio dijo: dentro de un tiempo hacete una radiografía y vas a ver y ahí empezó a calmarle un poco los dolores y como le calmó los dolores no le hizo caso, yo tanto insistí, insistí, le digo: sacate una radiografía, se sacó la radiografía, vamos hasta el traumatólogo y el traumatólogo le dice: vos no tenés nada, dice vos no tenés nada en la cadera, lo único que tenes es la pelvis torcida por caminar tantos años mal. Yo dije: ay Dios mío, Señor, gracias empecé a gritar en el consultorio, y el médico dijo: el cuerpo es sabio, no, el cuerpo no es sabio, Dios es sabio le dije y me miró y se sonrió. Creció el hueso, creció la carne, se formó como hubiera sido otra vez el fémur, la cabeza del fémur, lo que tenemos, como si hubiera sido operado. Hoy no necesita cirugía para nada, tiene un zapato ortopédico, se maneja con un zapato ortopédico que lo maneja muy bien y los médicos le dijeron: que nunca se deje tocar esa cadera porque ha crecido los huesos, la carne, todo lo que tenía de nacimiento. Gracias al Señor, gracias a la oración de Artemio, gracias a María y gracias al grupo de oración que nos ayudaron tanto. Y también yo estaba muy depresiva muy mal, también llegué una madrugada muy mal, yo le dije a Artemio: siento que me estoy muriendo, que el corazón se me oprime, y me dijo en un momento: Zulma, Jesús está acá con vos, Jesús vive, está acá, y yo sentí que me envolvió una paz, un manto que me envolvió totalmente, totalmente y ese dolor, esa depresión, esa angustia, todo lo malo que sentía en mi corazón, sentí como si hubiera dado vuelta una hoja y que quedó en blanco, la presencia del Señor está acá, María vive acá, vive, yo todas las veces que puedo venir vengo y agradezco. No duden un momento que Dios sana, libera y prospera, que Dios hace maravillas en nosotros y a través de Artemio más todavía, él es un siervo, un elegido de Dios y por eso tenemos todos los días orar por él porque no se consigue. Le doy gracias a Artemio, a Dios y a María por habernos acompañado, gracias por todo) … ¿algún otro quiere decir algo más?.

Bueno.

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos