Mensaje del 02 de Enero de 2007

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Y ustedes dirán: ¿por qué está obsesión por los otros?, y porque ser esencialmente, ser es ser para los otros, en todos los órdenes y en todo sentido. Mensaje del 02 de Enero de 2007

Habla Artemio:

02 de Enero de 2007.

Dice la Virgen María:

Se va a tornar una costumbre muy, muy acentuada esto de hablar de la Ciudad de Dios , yo quiero que todos los hombres del mundo se enteren, ya sé que por ahí alguno pensará: si cuánto pueden dar para la Ciudad de Dios , sí, también eso, nada se desprecia si es con buena voluntad, pero lo fundamental es otra cosa, el mundo está tan, tan especialmente desorientado con todas las cosas que pasan, el mundo está tan como digamos algunos creen en los enfrentamientos de las civilizaciones y no encuentran, no encuentran respuestas válidas para ese posible enfrentamiento, por eso, no lo veo tan así, pero los hombres piensan de esa forma, entonces hay que hablar el idioma de todos.

Si los hombres del mundo se encontraran con un lugar donde no se hace ningún tipo de segregaciones, donde los blancos, los amarillos, los verdes, los azules, todos están compartiendo el pan, donde los viejos no son una carga sino que son ancianos venerables a los que hay que escuchar o bien porque son muy sabios o bien para que después de una vida de luchas y miserias tengan sus últimos días felices. Que imagen horrorosa se llevarán del mundo o tendrán del mundo aquellos que viven en la más absoluta miseria, aquellos cuyos hijos se han ido lejos o no vienen a verlos, aquellos que dicen: ¿para qué?, si total, si total ¿quién se ocupa de mí?, ¿quién me tiene en cuenta?, ¿para quién valgo?, ¿de qué sirvo? ¿mmm?.

Es muy duro que alguien diga todas esas cosas y no hace falta cruzar los mares ni surcar los aires con aviones poderosos para encontrarse con miserias terribles, tal vez cerca de vuestra casa o tal vez dentro de vuestro mismo hogar haya cosas tremendas, algunos preguntarán: pero ¿es que necesariamente hay una preocupación de la Madre para que la gente sea feliz?, sí, es así, de por sí ya la vida en general se muestra muy dura con los seres humanos, ya en la panza de la madre, ya incluso antes, la vida es muy dura, es muy dura porque todas las cosas hieren de alguna manera, atendiendo que en el vientre materno todo era calidez y dulzura ¿no? y alimentos fáciles, en el mundo no.

Bueno, no les voy a explicar a ustedes lo que es el mundo porque ya lo saben demasiado bien pero, es importante a veces repetir ciertas cosas ya sabidas porque el hombre vive como no sabiéndolas y o negándolas o creyendo que ya hizo suficiente por los demás. Si nosotros analizáramos todo en base a las personas que concurren al santo sacrificio de la Misa, diríamos: pero cuántos gérmenes que flotarían dentro de la sociedad para transformarla, pero no es así, no, no es así, dejemos aparte aquellos que ya están muy viejos y que no pueden pensar en otros porque les cuesta también a ellos vivir pero cambiaría su situación sin pensar en el otro ¿no?.

Y ustedes dirán: ¿por qué está obsesión por los otros?, y porque ser esencialmente, ser es ser para los otros, en todos los órdenes y en todo sentido.
Si pudiéramos hacer que los hombres dijeran: ser para los otros en todo lo posible sin dejar de ser yo, ser para los otros sin dejar de ser yo. Es un equilibrio no fácil de lograr pero necesario y no es nada más ni nada menos que el: “ámense unos a otros como Yo los he amado”.

No quiero a veces cansarlos con cosas tal vez que ustedes ya saben pero saben de una manera que no está estructurada dentro de vuestra mente para obrar de esa forma, dicen pero luego siguen viviendo de una manera. ¿Se pusieron a pensar los días tristes de los seres humanos que matan el tiempo para que el tiempo no los atormente?, ¿se pusieron a pensar en la vida de aquellos que ya no le quedan más objetivos, ni tienen motivaciones, ni tienen a nadie por quien vivir y para quien luchar?, ¿es que no hay cerca de ellos alguien que les diga?; ustedes dirán: la Madre está diciendo cosas demasiado simples, no, no son simples, es la base del resto.

En cada ser, en el corazón de cada ser, se consuma el destino de la humanidad, eso de hablar y de pensar: la humanidad tiene que cambiar, tiene su aplicación concreta en aquello de: yo soy el que tengo que cambiar, y después mirarán Mi ejemplo. Estas son palabras que tiene que decirse siempre el hombre, ejemplo ¿para qué?, ¿a quién le sirvo de ejemplo?, ¿a quién?, y ¿ejemplo de qué y para qué?.

Piensen en todas estas cosas, Yo no creo que haya necesidad de decir grandes cosas, con palabras difíciles y una sintaxis inmejorable, Yo digo así directamente: ámense, ámense los unos a los otros, salgan a la calle, vayan y golpeen la casa de uno y de otro, dicho así de una forma adecuada, no irresponsable y miren las necesidades de los demás, esto a un nivel pequeño digamos pero que solucionaría tantas cosas ¿no?.