Mensaje del 07 de Enero de 2002

Cuando esas personas que tienen la responsabilidad de hacer todo esto y abran los ojos delante de Mí, cuando les llegue el momento, Yo les preguntaré: ¿Cuánto amaste?.

Mensaje del 7 de enero de 2002

Habla Artemio:

Ha venido Jesús solo... Justo cuando llegó Jesús empezó a cantar el zorzal, ¿vieron?

Dice Jesús:

Todo poder viene de Dios. Ese poder lo tiene el pueblo que elige a sus representantes para que los gobierne y cuiden de su vida. Cuando los que mandan se olvidan no sólo de los que los eligieron sino de todos, están en una falta muy grave, muy grave. Existen montones de mecanismos para lograr lo que uno necesita, y hay que agotarlos a todos.

Tengan cuidado los que mandan porque se les pedirá cuenta del poder que les dio el pueblo, que nadie diga que ignora esto porque esto es bien conocido por todos.

Hoy hablaron de que Yo o la creencia en mí debe ser eficaz, pero lo repito otra vez, necesito las manos de los hombres, los cuerpos de los hombres, las ideas de los hombres, para hacer tantas cosas... Y los hombres que no colaboran conmigo es más que evidente que están en una falta grave, pero no sólo por las necesidades que puede haber, sino porque hacen que Mi redención fracase. En ese niño que llora porque tiene hambre, mi redención fracasa.

Yo necesito las manos de ustedes para todo, la mente, las piernas, todo. Y sobre todo de aquellos que tienen el poder porque, repito, Mi redención fracasa. Es decir, la sangre que he derramado en la cruz no sirve, no tiene valor para ese niño que llora en la cuna por falta de comida.

No le busquen vueltas, no le busquen ningún tipo de argumento para justificar nada, ningún tipo de argumento busquen, porque no se puede justificar lo injustificable. Los hombres deben organizarse para el bien de los otros hombres. Pero lo que Yo veo es que solamente se organizan cuando quieren obtener los frutos de otros hombres y eso me produce una profunda congoja. No se crean ustedes con cargos porque no pueden, demasiado hacen. Las cosas deben venir por otro lado.

Les repito, hagan conocer a los hombres esto que les estoy diciendo: Mi redención fracasa en ese hombre que se muere en un hospital sin remedios, ese hombre que no tiene qué comer, ese hombre que languidece en un geriátrico porque sus hijos no quieren tenerlo en la casa, los psiquiátricos llenos de personas, muchos de ellos que podrían estar en su casa, los que juzgan que a veces ponen entre rejas a los que no tienen medios para defenderse y protegen a aquellos que cubren todo con dinero. Todo esto me acongoja.

Cuando esas personas que tienen la responsabilidad de hacer todo esto y abran los ojos delante de Mí, cuando les llegue el momento, Yo les preguntaré: ¿Cuánto amaste?. Griten a los cuatro vientos, grítenle a los hombres que mi pregunta será: "¿Cuánto amaste?". Es decir, ¿me ayudaste para que Mi redención no fracasara en todos los ejemplos que di?.

Mi alma está acongojada no sólo por lo que pasa en este país sino en todo el mundo y los invito a unirse a mi congoja para que el Padre derrame toda misericordia sobre los cinco continentes porque de una forma u otra todos están necesitados de la misericordia.

Amén.

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