Mensaje del 18 de Septiembre de 2002

Tengan ese acto hermoso de dormirse sobre la herida de Mi costado, o cualquier herida Mía, entonces Yo… pondré Mi mano sobre vuestra frente y al pasarla es como si borrara todas las penas.

Mensaje del 18 de Septiembre de 2002

Dice Jesús:

Bienaventurados, porque son simples, son sinceros y manifiestan vuestro amor de una forma directa y concreta.

Felices todos aquellos que al levantarse pueden decir: Jesús ten piedad de mi. Porque en esa expresión hay como un meterse dentro de la rueda del Universo, para girar en armonía con todas las cosas. Nadie sabe cuán larga es su vida, pero sí saben que tiene que llenarla de amor, porque es lo único que perdura y si recién decías que todos viven para ser un recuerdo, ese recuerdo tiene que ser un recuerdo de amor en la mente de alguien, si es de muchos mejor. Yo quiero reclinar Mi cabeza en el corazón de ustedes esta noche, por eso cuando van a cerrar los ojos… piensen que se están recostando sobre la herida de Mi costado y entonces, como si fueran niños pequeños, no piensen nada más que en sentir la tibieza de la sangre que sale de Mi herida, de la herida de Mi corazón y entonces en ese momento, no piensen siquiera, sientan la tibieza de Mi sangre, esa sangre que redime, esa sangre que todo lo puede, esa sangre que hace dos mil años vengo derramando por cada uno de ustedes, pero no lo hagan con tristeza pensando que a Mi me está doliendo la herida, noo, piensen que están felices sintiendo el calor de Mi cuerpo y el calor de Mi sangre y si mueven vuestra boca sentirán el gusto de la sangre, esa sangre que Yo derramé y la sigo derramando por todos los hombres.

Tengan ese acto hermoso de dormirse sobre la herida de Mi costado, o cualquier herida Mía, entonces Yo… pondré Mi mano sobre vuestra frente y al pasarla es como si borrara todas las penas, todos los sinsabores, todas las cosas que no son buenas, sientan en vuestro rostro Mi sangre tibia. Tendrán un sueño tan reparador que se sentirán como en otro mundo, en ese momento Yo les aseguro que, estarán en paz con todos los hombres de la Tierra, todos, que no habrá enemistades, ni bronca, ni ningún recuerdo feo, porque están conmigo. Qué fácil que es, qué fácil y Yo susurraré a tu oído: hijo Mío, desde el comienzo de los milenios ya te amaba…, te seguí amando…, te señalé con el dedo en la panza de tu mamá, te llamé por tu nombre… y te seguiré amando para siempre, no rechaces Mi amor, que es lo único seguro que tenes sobre la Tierra y en el más allá. Nadie puede rechazar el amor y vos dirás: y ¿qué me vas a pedir a cambio Señor de todo?, nada Mi querido, nada, absolutamente nada, te dejaré entrar en Mi para que estés allí como un niño, que se refugia y no te pediré nada, si pensaré en todo lo que necesitas para ser feliz, para estar en paz.

Bienaventurados Mis queridos porque en este momento están respirando el mismo aire que Yo respiro, vuestros pulmones están llenos de la gracia que les da el aire que respira el Señor. Qué hermoso que es estar así todos juntos, pensando que después cada uno me tendrá en forma particular para dormirse en Mi regazo, confiando plenamente en el amor para siempre y en las soluciones de los problemas que te aquejan. Bienaventurados Mis queridos porque no todos me ven pero sin embargo creen.

Delante de todos Santos y personas que hay acá conmigo, Mi Mamá, familiares de ustedes, les digo que los amo tiernamente y que… nunca los dejaré solos, siempre estarán conmigo y si están conmigo, ¿qué pueden temer?

Amén.

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos