Mensaje del 09 de Noviembre de 2001 (1º)

Me acerco acá, estoy siempre pero me acerco con Mi cuerpo viviente para traerles algunas palabras de consuelo y otras de esperanza.

Mensaje del 09 de Noviembre de 2001

Dice Jesús :

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Quien me sigue a Mí no anda en tinieblas.

Todos los días, por ahora, estoy viniendo para recordarles siempre que estoy disponible para todo.

Me acerco acá, estoy siempre pero me acerco con Mi cuerpo viviente para traerles algunas palabras de consuelo y otras de esperanza.

Todo es muy difícil y todo es muy simple. Es difícil cuando el hombre está solo y no tiene la compañía de Mi Madre y Mía . Teniendo Mi compañía parece que todo está completo. Eso no quita que hay que llevar a cabo la lucha de todos los días: la lucha para sobrevivir, la lucha para poder tener un lugar en el mundo, la lucha para poder llevar un pedazo de pan a casa.

Recuerden siempre, Mis queridos, que en todos los momentos siempre estoy Yo auxiliándolos, y sobre todo amándolos. ¡Ustedes son Mis creaturas! Están hechos a imagen y semejanza del Señor y por el solo hecho de nacer son seres elegidos. Porque el Señor cuida, protege y ayuda siempre.

No se desanimen con las cosas que pasan todos los días. Es normal que el juego de la libertad de los hombres traiga sufrimientos y traiga amargura. Pero ustedes aférrense a Mí, y a Mi Madre, y todo estará conjurado, todo estará resuelto.

¡Todos los días hago un llamado a aquellos que están destruyendo a sus hermanos en el frente de batalla o en cualquier otro lugar en donde se exterminan los hombres!. El frente de batalla hace mucho ruido, pero los miles, y miles y miles de niños que mueren diariamente abortados, esos no hacen ningún ruido ni son comentados por los informativos o los diarios. Cada uno de esos niños también es creatura del Señor y un proyecto del Señor que se ve truncado.

Hay que pensar en la guerra y pedirle mucho a Mí Madre, a Mí y a los Santos, pero me preocupan mucho todos los niños abortados, esos seres que no han tenido la posibilidad de completar su vida.

¡Es muy, muy grave eso!. Porque parece que en este mundo lo que menos se cotiza es la vida ¡lo que menos se cotiza es la vida!.

Y pensar que desde que están acá ustedes reunidos, en los cinco continentes montones de niños han muerto. Habrá que pedir a la Divina Misericordia que por un lado atienda a esos bebés, y por el otro que haga tomar conciencia a sus padres de lo que significa alguien que muere, pero que no muere por muerte natural sino que muere porque se le asesina.

¡Es muy duro esto, Mis hermanos! ¡Es muy duro!. Además, el problema esta tan lleno de contradicciones porque muchos países dicen tener una legislación muy completa en cuanto a los derechos humanos y sin embargo tienen legalizado el aborto. Entonces, agreguen ustedes lo que falta a la frase. ¿Cómo es posible que se luche tanto en favor de la vida y por el otro lado se la destruya con toda facilidad ?.

Esa es una de Mis preocupaciones, una de Mis grandes preocupaciones como así también de Mi Mamá. Por eso, si todos los días les hablo del problema de la no valorización de la vida es porque el hombre no piensa ni con su mente ni con su corazón en esos seres que destruye. Es cierto que eso está muy ligado, totalmente, al placer que el hombre busca, y como fruto de ese placer nace un niño. ¿Se han puesto a pensar un poco en que diariamente los jueces condenan a los hombres por destruir a sus hermanos con armas blancas y con armas de fuego y toda esta destrucción de inocentes queda totalmente impune?.

¿Quién va a remediar todo esto? ¿Quién va a remediarlo? Vuelvo a repetir: se gastan horas en informativos hablando de la guerra, y de toda esta destrucción nadie se ocupa. ¡Nadie!

¡Mí alma está muy dolorida por eso y Mí Madre también!. Te encargo que en cualquier reunión, cuando haya varias personas bautices a todos los niños que mueren en estas condiciones para que vean la Luz del Padre eternamente. No te olvides de hacer por lo menos una vez por mes o cada quince días el bautismo de los inocentes que han muerto por la inconciencia de quienes los crearon.

Amén.