Mensaje del 17 de Julio de 1999

Ahora, en lo más profundo de tu corazón, en silencio, andá pensando y contestando, meditando o lo que quieras con lo que Yo te voy diciendo: ¿vos sabías que Yo te he amado desde siempre?, vos no tenías noción que eras una persona dentro de tu mamá y Yo te amaba, te amé siempre a través de los tiempos y hoy nuevamente estoy aquí para decirte, a vos y a todos aquellos que leerán esto o escucharán esto: abre Mi querido tu corazón, ya que él solamente tiene la manija desde adentro, vos solamente podés abrir tu corazón y creyendo que ya lo has hecho, permíteme suavemente entrar en él.

 

Mensaje del 17 de Julio de 1999

Habla Artemio:

Jesús ya está con nosotros.

Dice Jesús:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida, quien a Mi me sigue no anda en tinieblas”.

Y ya que en la meditación habían comenzado un tema así, quiero Yo guiarlos ahora, esta guía es para ustedes, pero no por eso deja de ser para los hombres de las cuatro latitudes, de todos los continentes, entonces Yo te hablaré y vos en tú corazón irás repitiendo, o irás mirando, o irás observando o irás dándote cuenta de todas aquellas cosas que quisieras sanar en tu vida.

Te parecerá extraño que haga esto Mi querido, pero esta forma de proceder es una forma directa que Yo quiero emplear con los hombres, la he empleado en forma directa en dos milenios, pero no así en forma tan directa. En consecuencia, Yo te pido en Mi nombre, en nombre del Padre y del Espíritu Santo, sabiendo que todo se hace por intercesión de Mi Madre, la Santísima Virgen, ayer venerada con el nombre del Carmen, Yo te pido Mi querido, que abras tu corazón con humildad.

Ahora, en lo más profundo de tu corazón, en silencio, andá pensando y contestando, meditando o lo que quieras con lo que Yo te voy diciendo: ¿vos sabías que Yo te he amado desde siempre?, vos no tenías noción que eras una persona dentro de tu mamá y Yo te amaba, te amé siempre a través de los tiempos y hoy nuevamente estoy aquí para decirte, a vos y a todos aquellos que leerán esto o escucharán esto: abre Mi querido tu corazón, ya que él solamente tiene la manija desde adentro, vos solamente podés abrir tu corazón y creyendo que ya lo has hecho, permíteme suavemente entrar en él.

Yo estoy entrando en tu corazón, en todo tu cuerpo. Toda Mi sangre está ahora empezando a correr por tus venas, si te sientes un poco mareado, con calores o fríos, no es nada más ni nada menos que Mi sangre la que te está invadiendo, esa sangre que vine a derramar en la Tierra por orden de Mi Padre, para lavar todas tus culpas, las culpas de todos los hombres, pagar todas las deudas. No me niegues la posibilidad de que Yo pague todas tus deudas, pero para eso necesito que vos pienses…, así rápidamente: ¿cómo te amé Señor a lo largo de mi vida?, ¿quién fuiste Señor a lo largo de mi vida hasta este día?, ¿alguna vez se te pasó por la mente la idea de que Yo te estaba amando?.

Pero ahora no te reproches nada, no te reproches nada, así como si fueras un bebé recién nacido empezá todo de nuevo, completamente de nuevo. Una de las grandes cosas que el hombre debería hacer es empezar todos los días de nuevo, por supuesto que con todo lo que ya trae, pero como si cada día fuera el único día y el último día; empezá de nuevo, hoy, en esta tarde, cuando ya el sol se ocultó, la sombra de la noche están invadiendo todo, pero toda la Luz que hay en tu alma haz que brille, déjala brillar, porque desde toda la inmensidad se ve brillar tu Luz.

Nada hay tan valioso para Mi, para el Padre y para el Hijo, que cada persona, no importa si esa persona se equivocó, vive equivocada o en el más profundo de los abismos, aquí está el Hijo del Padre, dispuesto a través de toda su Sangre Preciosísima, darle todo lo que necesita para ser un hijo verdadero del Señor.

No me has sido fiel siempre, tal vez muchas veces me negaste delante de los hombres, otras veces ni siquiera merecí un pensamiento, otras veces pasaste largo tiempo sin decirme: Señor, Señor; no importa nada, Yo te quiero igual, no me importa nada de lo que ocurrió en tu pasado, nada, porque Yo ya lo sé, Yo ya lo sabía, sabía que iba a ocurrir y sabía que hoy ibas a estar acá para que Yo te dijera: hijo Mío, hija Mía, todo el pasado que no es bueno, hoy Yo te lo perdono, pero si Yo te lo perdono tratá de no acordarte de ese pasado porque sino estarías poniendo en duda que Yo te amo y que al amarte te perdono todo.

Yo quiero que hoy cuando te levantes de aquí y te vayas, estés como flotando en el aire, por el hecho de que todas tus penurias, todas tus cosas que no son las adecuadas para una persona, me las entregaste a Mi, dame todo hijo Mío, todo, todo, Yo quiero todo, todo lo que a vos no te gusta dámelo, dámelo, en este mismo momento dámelo. Vos te preguntarás: ¿cómo hago Señor para dártelo?, y simplemente diciéndome: aquí estoy Señor, aquí estoy, tomá de mi todo lo que quieras, pero más aún decime: tomame a mi también, porque he llegado a la conclusión… (se dio vuelta la cinta) … porque he llegado a la conclusión de que no haya nada tan hermoso como que, vos Señor, estés en mí y estés nutriendo mi sangre con tu sangre preciosísima.

Todo, entregame todo, todo, todo, todo, Yo no te obligo pero si vos querés entregate vos también en Mis brazos. Ante un mundo tan terrible, con sus amenazas, ¿creés hijo Mío, que encontrarás un lugar más acogedor que Mis brazos y Mi corazón?, tenés libertad para elegir, pero Yo te pregunto: ¿encontrarás un lugar donde puedas estar más en paz que aquí?.

Por eso, en este momento Mi querido, Mi querida, voy sanando todas tus cosas que no te gustan de tu vida, paso sanando toda tu vida y más aún paso sanando tus ancestros hasta la séptima generación hacia atrás, es decir todos. Estoy sanando, estoy sanando todo el pasado, tantas generaciones y generaciones, las estoy sanando, ya están sanas, están limpias, Yo he pagado las deudas, Yo he pagado los altos precios que había que pagar.

Yo sé que te sientes mareado o mareada, sé que te sentís hasta mal en este momento, sé que sentís que estás o estás raro o rara, que no sabés que te está ocurriendo dentro de vos, no sabés que está pasando, ¡hijo Mío, estoy Yo dentro de vos, haciendo una limpieza general de todo aquello que te molesta!, no porque me moleste a Mí Mi querido, sino porque te molesta a vos, a Mi no me molesta nada, porque antes que hagas las cosas ya sé que es lo que vas hacer, ya la sé, no me molesta nada, pero quiero que me las des porque a vos te molesta.

A ver…, sacá todos tus resentimientos, sacá todo, todos tus odios, todas tus indiferencias, todas las negaciones, todo aquello que te duele, todo aquello que no le perdonaste a algunas personas, en este momento, Yo te digo, en Mi nombre: perdoná todo, y en ese todo incluye a todos aquellos que te hicieron mucho daño. A pesar del mareo que tenés en este momento hijo Mío ¿podes seguirme?, entonces te digo: todo se ha limpiado hacia atrás, ahora te estás limpiando vos, porque Mi sangre va recorriendo hasta los últimos capilares y removiendo los escombros de tu alma totalmente, para sacar todo aquello que no te beneficie.

Yo sé que es fuerte lo que te está pasando, Yo sé que es muy fuerte y no sé si ya no estás un poco dormido o adormecido, pero no es tan común que el Hijo de Dios esté pasando con su sangre por tu sangre para limpiar todo, para dejarte como nuevo en este día. Estoy sanando todo hijo Mío, en este momento vos te estás acordando de aquellas cosas muy fuertes, muy serias, muy feas que has hecho, no, para Mi no son, ya está, ya pasó, todo aquello que te preocupaba y pesaba en tu alma…, ya pasó, porque Mi amor alcanza para todo.

Sígueme un poco más hijo Mío, sígueme un poco más, a pesar de que prácticamente ya no podés aguantar tantas cosas juntas dentro de vos mismo, pero sigue un poco más, Yo quiero que quede todo limpio, los años de tu infancia, Yo quiero que se quede todo limpio, tu crecimiento a través del tiempo, todo lo que pasó en tu vida hasta el día de hoy. Estoy pasando por todos aquellos recuerdos que vos tenés en este momento, estoy pasando por todas las heridas que tenés dentro de tu ser en este momento y las estoy cicatrizando, estoy pensando que quedarán las marcas de las cicatrices pero una marca de cicatriz es un pequeño recuerdo de lo que pasó, nada más, pero ya está sano.

Hoy quiero sanar tu alma, tu cuerpo, tu pasado y tu futuro, hoy quiero derrochar Mi Misericordia sobre todo tu pasado, tu vida y las generaciones que vendrán. Mis queridos no están aquí delante de Mi inútilmente, el Hijo del Padre, así como le prometió a Abraham, que leyeron en la Carta de Pablo a los Romanos, así Yo te prometo que desde hoy en adelante, aunque vos no lo quieras ni me hagas caso, suponiéndolo, Yo te llevaré de Mi mano, Mi Madre te llevará de la otra mano, pero sobre todo estaré en tu corazón y en cada latido de él también hay un latido de Mí sangre preciosísima, esa que vine a derramar a la Tierra para la redención de todos los hombres.

Mis queridos, abran vuestro corazón de par en par, si todavía está un poquito cerrado, ábranlo Mis queridos, porque la Misericordia del Señor está entrando a torrentes dentro de vuestro ser, en vuestra familia, en vuestros antepasados y en vuestro futuro, porque para Mi no hay tiempo, Yo veo todo el pasado y el futuro, como un eterno presente.

Mis queridos, tengan la seguridad de Mi amor permanente y cuando salgan de este recinto, que Yo considero Sagrado, piensen: he estado en presencia del Señor y ese Señor tiene tanta Misericordia que me ha invitado a entrar en su proyecto y en su plan, y de aquí en más, de aquí en adelante todo será diferente. Todo lo bueno quedará y todo lo que no esté bien girará ciento ochenta grados pero seguiré respetando tu libertad, seguiré respetando tus decisiones, no puedo vulnerar tu libertad, porque te haría hacer algo en forma obligada pero te estoy sugiriendo siempre que es posible hacer con Mi amor dentro de tu corazón.

Tu presencia aquí hoy no es una presencia inútil, has estado en presencia del Hijo de Dios y el Hijo de Dios te ha regalado toda su Misericordia, toda la que te hace falta, porque Yo quiero que vos estés sano, quiero que seas feliz, quiero que mires el futuro con optimismo y esperanza, quiero que esperes el día lejano de la muerte con alegría, porque entonces vamos a fundirnos eternamente uno en el otro, donde nunca más tendrás problemas y para nunca más morir.

Mis queridos, todos Mis queridos entiendan, Yo he mirado vuestros ancestros, siete generaciones, que quiere decir siempre, hacia atrás y miro hacia delante siete generaciones, que quiere decir siempre y por obra y gracia de todo lo que está pasando y de Mi presencia en este lugar, esto que parece tan grande e imposible es y es palabra de Jesús, así como Dios le dijo a Abraham, así Yo le digo a ustedes: son Mis queridos, son Mis elegidos y Mi amor será permanente hasta que nos encontremos totalmente, frente a frente en la otra vida para fundirnos en el abrazo eterno del amor, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Ahora, no hace falta que te pongas de rodillas, poné tu corazón de rodillas y toda tu vida porque Yo te bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vuestra presencia aquí hoy, me ha robado un montón de milagros, es una expresión hermosa el robarme los milagros, es que aquél que deja entrar Mi sangre presiocíma dentro de sí, se hace bienaventurado él y bienaventuradas las generaciones que le precedieron y las generaciones que vendrán.

Alabado sea el Padre, que permitió este acto en este día. No olviden este día Mis queridos, donde Mi sangre ha invadido la vuestra y ha llegado hasta los más ínfimos capilares llevando la vida total, completa, definitiva. Tu presencia aquí, sin que vos lo dijeras, Yo entendí que me dijo: sí, acepto, por eso, vos me robaste todo un montón de milagros y Yo te he robado a vos.

Alégrense Mis queridos, porque la Misericordia se muestra realmente enorme y se seguirá mostrando aún más enorme para mayor Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y para mayor felicidad de ustedes. ¿Esto significa que todo será un lecho de rosas y un jardín para pasear por el mundo?, deberán seguir luchando Mis queridos, aunque ustedes estén plenamente en la verdad y en el amor, pero vuestros hermanos aún no mucho de ellos y en consecuencia, los lastimarán, los torturarán, les harán daño, pero eso no quiere decir que Yo no esté en vuestro corazón, Yo seguiré estándolo para siempre, así como el Padre le prometió a Abraham, Yo te prometo a vos, a cada uno de ustedes y creo que tienen de quien fiarse ¿no es cierto?, cuando el Señor promete, promete y cumple.

Amén.

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