Mensaje del 11 de Diciembre de 1997

La presencia de la Madre Teresa es como un símbolo, porque si hay algo que reina entre ustedes y a veces hasta en forma exagerada es la humildad, entonces la Madre Teresa ha dicho que se va a quedar siempre acá porque se siente muy cómoda.

Mensaje del 11 de Diciembre de 1997

Habla Artemio:


Yo antes Señor pedí una respuesta respecto a..., o como un examen de conciencia de lo que se hace ¿no?, pero la respuesta fue: 1º visita a los enfermos y después esto que leímos, fue mas vale enseñanza, fue decirnos que para tener éxito valga la expresión, había que ser signo de contradicción ¿no?, por ejemplo, cuando estaba de nuevo en Alemania, en Munich, Eugenio Pacheli que después fue Pío XII, los alemanes creían que había, que Pacheli, refugiaba a los judíos entonces en un grupo de más de 100 personas bien armados se fueron corriendo al Palacio de la Nunciatura, (el Palacio de la Nunciatura en Munich está todavía y es muy grande, es muy grande, tiene columnas adelante y tiene escaleras para subir, esos edificios así del sistema barroco, de la arquitectura barroca. Bueno, Alemania se la otorgó, no es porque la Iglesia lo haya comprado ¿no es cierto?, porque el Nuncio es embajador), y entonces fueron todas estas personas, fueron corriendo con las armas para atacar la Nunciatura y matar al Nuncio y forzaron la puerta, entraron, entraron en el salón principal, el salón principal llevaba una escalera bien amplia al 2º piso y todos empezaron a gritar: ¡que salga el Nuncio, que salga el Nuncio porque es un traidor y nosotros venimos a matarlo!, que salga sino lo vamos a ir a buscar nosotros y Eugenio Pacheli, (todos estaban apurando hacia arriba, es decir aquí está el salón..., aquí está la escalera y seguía la baldosa ilustrada para allá). Se siente que se abre una puerta de aquél lado y Eugenio Pacheli con sus 1.90 mts de estatura, flaco, abre la puerta y solamente empieza a caminar por la baldosa ilustrada y los demás apuntando despacito, venía caminando, se detuvo al comienzo de la escalera, empezó a bajar los escalones, todos los 100 y pico seguían apuntando, dicen que había un silencio de muerte, él venía a entregarse a sus verdugos, se detiene en la mitad de la escalera, (de mármol de Carrara por supuesto), en la mitad de la escalera levanta la mano y los bendice en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Toda esa gente enardecida por los bombardeos, por la guerra, por todo, con el odio que florecería hasta en los poros de la piel ¿verdad?, bajan las armas, en el más perfecto orden se retiran del Palacio de la Nunciatura.

Signo de contradicción, me vienen a matar, bueno seguramente si él se hubiera parapetado detrás, lo venían a buscar, lo hubieran matado, lo hubieran acribillado a balazos, pero él salió, vino hacia ellos y en la mitad de la escalera los bendice, la gente baja las armas y en un perfecto orden se retira, signo de contradicción porque lo lógico hubiera sido que él se hubiera escapado, se hubiera parapetado, hubiera llamado a la policía, hubiera llamado al ejército para que lo salvaran pero no, sí el martirio. Ahora, evidentemente eso arroja que hay que tenerlas bien puestas ¿no? porque hay que ubicarse en el momento, en el lugar, es decir no se tiene fácilmente la capacidad de ser mártir, son regalos especiales que hace el Señor, la capacidad del martirio, son regalos especialísimos que hace a alguna persona, el martirio, el morir por una causa. Yo pienso que la Madre Teresa de alguna forma también es mártir con la descripción que se mandó la otra noche esperamos que se mande otras descripciones así porque a uno le sacan el aliento. Oyeron todo lo de anoche, todo lo que dijo, no sé, tremendo ¿no?.

Entonces pienso que los signos de la contradicción pueden aparecer de muy diversas formas y también morir mártir, puede ser también de muchas maneras, yo también creo que puede morir como mártir o puede ser mártir esa mujer que pasó 40 o 50 años en la cocina dándoles de comer a sus hijos y a su marido, las doce horas, a la tarde y a la noche, medio siglo, medio siglo haciendo lo mismo para en todo caso sentir que el marido se quejaba porque no tenía suficiente sal la comida, o nadie decía nada, también pienso que es una forma de martirio, de morir mártir. Entonces están los ejemplos que hacen mucho ruido y están los ejemplos cotidianos de esa gente que va dejando sus gotas de sangre diariamente, entregando su vida de a poquito, de a poquito, de a poquito, ese hombre que pasa a las cinco de la mañana rumbo a la fábrica cerca de un horno caliente que le quitó la visión a las 35 años y que después su mujer, como su marido no funcionaba lo engañó toda la vida, porque su marido se había quemado su virilidad, esa es otra forma de mártir.

No nos engañemos, no nos engañemos, tenemos que ir descubriendo dentro de la gente todo, esta mañana cuando le hice la sanación a la señora, a la mamá de la P. F. empecé a hablar en lenguas y después la interpreté y mediante mi versión decía: has tenido la suerte de poner las manos sobre un ser piadoso, (el concepto de piadoso dentro de la Biblia es muy profundo, tremendamente profundo y Santo), y entonces después que yo dije eso del Espíritu Santo me entero que esa mujer de hace muchísimos años es una señora que diseminó por todos lados el culto del Espíritu Santo, entonces yo le enseñé a mi pobre alma, así un montón de cosas, ahora ¿quién le enseñó a ella todas esas cosas sobre el Espíritu Santo?, no lo sé, porque no hay ningún libro que sea tan explícito con todas las cosas que dijo ella. El Espíritu Santo en lenguas dijo: “que estaba ante alguien que era Santo”, sin embargo es un ser anónimo que pasó su vida criando a sus hijos, sin protestar jamás con buen ánimo por eso como decía el Padre Aldunate: cuando abramos los ojos del otro lado nos vamos a llevar un montón de sorpresas, muy grandes, en el sentido de que montones de personas que aquí en la Tierra la consideramos mala, poco o no sé qué, que los consideramos pocos es posible que los encontremos en primea fila.

Dice Jesús:

La presencia de la Madre Teresa es como un símbolo, porque si hay algo que reina entre ustedes y a veces hasta en forma exagerada es la humildad, entonces la Madre Teresa ha dicho que se va a quedar siempre acá porque se siente muy cómoda, ¿si vendrá todos los días?, no lo sé, pero sí va a venir muy seguido, muy seguido, pero aunque no se manifieste ella estará presente siempre en todas las cosas, eso no quita que también no lo esté en otros lados y si ustedes supieran que intercesora delante de Mí tienen se quedarían maravillados, ahora la Madre siempre tuvo una forma de actuar y es que no esperó que llegaran a ella los problemas sino que siempre les salió al cruce, así como apareció la primera vez el sábado sin que la llamaran, sin invitación previa, así fue siempre ella y Yo diría también que fue impulsiva, que a veces hasta era un poco dura, otra veces hasta se mostró un poco agresiva, pero cuando se tiene la Santidad de ella esas cosas dejan de ser carencias, defectos y pasan a ser virtudes, es decir entiéndanlo muy bien a esto para no equivocarse al mirar a la gente, no hay patrón general sobre ¿qué es una virtud?, sino que hay hombres y mujeres virtuosos, es decir las virtudes se manifiestan en los seres de manera diferente y con distinta graduación.

Si no fui claro en esto no quiero decir que haya infinidad de interpretaciones de la humildad o de la pureza o de lo que sea, sino que en cada ser humano adquiere una dimensión especial, a no confundir porque sino caeríamos en un relativismo, es decir que cada cosa es relativa a la persona que lo posee.

Las personas tienen manifestaciones diversas de mostrar sus virtudes, eso no quita que uno no pueda suavizar la dureza, controlar los impulsos y ejercitarse en la prudencia, ella decía con mucha claridad que no tenía tiempo en pensar, en los defectos que tenía porque los hombres necesitaban ese tiempo, es decir que incluso no le importaba arriesgar su propia valoración si era necesario con tal de estar al servicio exclusivo de los seres humanos.

No estoy exagerando en lo que digo pero aprender a mirar a los hombres y las cosas, aprender a mirar, porque normalmente lo que se piensa de los demás en la mayoría de las veces no es exacto, ni por aproximación se acierta muchas veces, eso quiere decir que no hay que opinar sobre algo, claro que si el hombre es opinión, es juicio, pero siempre a la expectativa de ver si uno estuvo equivocado o no para corregir aquello que uno debe corregir.

En estas pocas palabras hay unas lecciones enormes, enormes y dejo Mis palabras para que la Madre Teresa pueda decir lo que ella quiera.

Dice la Madre Teresa:

Estuve pensando en todo lo que dije el martes y después de decirlo me di cuenta de que había estado un poco fuerte con ustedes. Porque no es que yo no haya dicho la verdad sino que tendría que haber dicho también que cada uno razona y piensa de acuerdo a la realidad que tienen delante de sus ojos, no era mi intención decirles: ¿se quejan por tan poco?, ¿por qué no se fijan en cómo vivía yo?. Ocurre que cuando se vivió tantos años en contacto familiar con la muerte, cuando uno tantísimas veces no pudo conciliar el sueño por el ruido o el murmullo que hacían los hombres con sus quejidos de la muerte, ocurre que no es tan fácil hablar de otra cosa. Cuando la muerte se vuelve algo tan familiar y cotidiano no se puede hablar de otra cosa tan fácilmente, por eso, si en algo he estado fuerte con ustedes no fue por mal gusto, ¡sepan perdonarme!.

¿Saben?, yo no tuve tanto tiempo para aprender buenos modales, maneras refinadas, no me alcanzó el tiempo porque se lo dediqué a mis hermanos, los hombres.

Y tomando la palabra de Jesús, les digo que sin caer en extremos, las virtudes o defectos son relativos a las personas que los poseen, por eso a los hombres hay que amarlos como son, no como uno quisiera que fuesen, esta es una expresión conocida pero bien vale para el momento. ¡Acuérdense!, hay que amarlos como son, no como uno quisiera que fuesen.

¿Y cómo se corrige a los hombres?, se corrigen con nuestro ejemplo, viendo nuestra vida, sintiendo nuestro aliento, viendo nuestra indumentaria, cómo nos movemos, adónde vamos, qué hacemos. Entonces ¿no hay que predicar cosas buenas?, sí, una cosa es predicar la palabra del Señor y otra es decirles a las personas cómo a uno le gustaría que fuesen, son cosas diferentes, totalmente distintas y no hay que confundirlas. Además, cuando lean todos los libros que circulan sobre mí, sepan interpretar que el mundo en que viví es tremendamente distinto al mundo de ustedes, en consecuencia las cosas no pueden tomarse al pie de la letra porque caerían en un error.

En cuanto a que me quedo acá, como dijo el Señor, sí, es cierto y les voy a decir por qué me gusta quedarme acá. Me gusta porque mi forma de pensar coincide con la de ustedes, no fui una tremenda defensora de la vida y vos, Artemio, no te ponés a pensar nunca en los abortos que evitaste pero ahora que yo estoy “del otro lado” sé que fueron miles y miles. ¡Cómo querés entonces que no me quede aquí a tu lado, viendo cómo luchás para hacer que la vida prevalezca!, ¡cómo querés que no me quede acá para emocionarme con vos cuando bautizás a los niños abortados!.

Hay una cosa común y entonces uno se acerca a los que piensan igual, ¿o ustedes creen que cuando se está de este lado uno se pasa todo el día en una adoración constante al Señor?, ¡no!, ¡también de este lado se trabaja mucho cuando uno quiere ser un intercesor permanente delante del Señor!.

Parecería que este es un concepto nuevo dentro de la teología, ¡pues bien, que lo sea!, pero hay mucho trabajo que hacer de este lado, muchísimo trabajo, nuestra vida aquí no es solamente la visión ratifica de Dios, es decir ver a Dios cara a cara y quedarse arrobado con eso. El trabajo de la intercesión es constante, y sépanlo bien, las características que teníamos en el mundo no dejamos de tenerlas cuando estamos de este lado.

Otra frase conocida es: “en la casa de Mi Padre hay muchas moradas”, pues bien, hay gente que pasa el tiempo en una visión constante del Señor y otros siguen trabajando ardorosamente. Y para el que quiera decir algo en contra de lo que yo he dicho, que se fije en el Evangelio de San Juan, que lo va a encontrar casi textualmente.

Amén.

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