Mensaje del 1 de agosto de 1996

Dice Jesús:

Nuestras imágenes de esta noche son las imágenes del dolor del mundo y nuestros hábitos grises son el reflejo de nuestra alma atormentada (la Virgen está vestida con una túnica gris medio desteñida, como muy usada. Jesús tiene una túnica también gris pero con varios agujeros… uno a la altura del abdomen donde se puede ver el abdomen de un hombre delgado, también otros a la altura del pecho y del hombro).

 

Nos gustaría quedarnos con ustedes como dos personas más, sentados junto a ustedes y compartir el pan; porque nos sentimos tratados con mucha familiaridad, con mucho amor y sobre todo hay algo que brilla como el oro y es la humildad.

Artemio sos un “loco”. Te enloquecimos Yo y mi Madre, y no se te va a pasar. ¡Gloria a Dios! Tratá de rodearte de gente humilde, de religiosos humildes, de lo contrario padecerás mucho… Cuando te desprecian, déjate amar por mi y por mi Madre…

Artemio (escribo estos mensajes personales porque explican la totalidad), tu mamá cuando estaba embarazada de vos en vez de engordar adelgazaba, estaba enferma, entonces te ofreció al Sagrado Corazón de mi Madre y mi Madre te cuidó para que nacieras, de lo contrario morías y toda tu vida ha sido exactamente como el camino del Calvario, tu corazón recibía diariamente muchos lanzazos, quien te conoce bien puede ser testigo. Pero desde que tu madre te ofreció, siempre la Virgen María te llevó de la mano. Nunca te abandonó.

¿Le encontrarás ahora una explicación a toda tu vida? Cuando te desprecian por mi causa, yo te aprieto más contra mi corazón. Que esto te baste y no quiero oír ninguna protesta. No quiero decir más, porque no es mi intención ventilar tu vida, pero cuando estén del otro lado, en mi presencia, entonces corroborarán lo que estoy diciendo…

No se pongan tan pedigüeños y trabajen en silencio (se refiere a las persecuciones sutiles y burdas). Todos son lo suficientemente inteligentes para darse cuenta que están en el buen camino y ninguno me va a abandonar nunca.

No sean olvidadizos de las profecías que les fui dando.

Estoy hablando con voz un poco dura para demostrarles que tengo firmeza de carácter junto a toda mi Misericordia y todo el Amor del mundo, ¿o qué creían, que era un debilucho el hijo de Dios?

Déjense guiar por mi en todo momento. Pidan carismas, pidan que hable el Espíritu Santo en vez de ustedes.

Si ustedes pudieran mirar el futuro, verían que de las piedras que tocaron florecerán rosas.

Nadie se sienta poco, todos son enormes a mis ojos.

No pierdan nada de los que les dicto porque llegará el momento en que todo esto será conocido y muchos caerán de rodillas y pedirán a Dios.

Saben que los quiero mucho, y me quedaría toda la noche hablándoles… ¡Me gusta tanto este lugar! ¡Está tan bendecido que no se pueden imaginar!

 

Dice Juan XXIII:

Desde hoy todo va a ser diferente.

Tenías razón cuando hablaste de las palomas de San Marcos, eran una fijación en mi mente recordándome al Espíritu Santo.

Es cierto que en ningún lugar del mundo hay tantas palomas como allí.

Ten paciencia que vuestros sueños se van a cumplir.

En este momento una inmensa bandada de palomas blancas está invadiendo Justiniano Posse (Espíritu Santo). No importa que muchos las maten pero su sangre regará la tierra.

He tenido mucho gusto en bautizarlos a todos en el Espíritu Santo y también bauticé a todas las personas que ustedes quieren.

Siento mucho Artemio que tengas que sufrir tanto para hacer todo lo que haces. Tu cuerpo y tu alma son una llaga que está siempre vertiendo sangre, pero vos te entregaste a Jesús, no podés volverte atrás, llevá tu cruz sin protestar… Los dolores que has pasado son nada en comparación con los que vas a pasar.

Todos los presentes son elegidos del Señor para la irradiación del Espíritu Santo.

Nadie se crea chiquito porque son grandes a los ojos del Señor.

Personal.

No crean que dejaré de visitarlos. Yo vuelvo siempre donde se ama la vida.

Lo que he dejado sobre vuestro hombro no es un peso, son alas que nadie las ve pero Jesús sí.

Son unos locos santos porque se pasan horas pensando en los demás.

Como buen gordo soy un buen hablador pero no quiero cansarlos, desde hoy ténganme en cuenta en vuestras acciones y pídanme lo que quieran y yo se lo pediré a Jesús y María.

Ahora los dejo pero les doy un beso a todos.

Me físicamente pero espiritualmente estoy siempre con ustedes.

 

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